sábado, 19 de marzo de 2011

Consideraciones Sobre el Eje Nodal Lunar


El eje nodal lunar, muchas veces inadvertido, tiene una importancia clave en tanto que señala astronómicamente el contacto por intersección del plano de la órbita lunar con el plano orbital terrestre. La órbita de la Luna está inclinada 5º respecto a la Eclíptica, a la que corta en dos puntos llamados nodos ascendente y descendente, o nodo norte y nodo sur.

El eje nodal diríamos que resulta fundamental para entender el simbolismo lunar, ya que es a través de él que la Luna toma contacto con la Eclíptica, y sabemos que toda la Astrología es “Eclíptica”, pues su simbolismo esta asociado íntimamente con el plano eclíptico, cuya proyección sobre el telón de fondo estelar nos relaciona con la banda zodiacal, donde se encuentran las doce constelaciones que son el sustento de todo el simbólico edificio astrológico.

No es por ello casualidad que todos los planetas exceptuando a Plutón se sitúen normalmente sobre el plano eclíptico o a pocos grados norte o sur de él. Se considera el cinturón zodiacal como la banda donde el plano eclíptico se proyecta en el telón de fondo estelar, al existente al norte o sur del plano eclíptico con una máxima declinación comprendida entre los 8ºN y 8ºS de la Eclíptica, considerando siempre la posición por longitud eclíptica de cualquier astro que no se encuentre en declinación 0º, es decir exactamente en el plano eclíptico, como la proyección de su posición sobre la Eclíptica, incluso, como corrobora la experiencia, en el caso de Plutón, que llega a separarse 17º de la Eclíptica, de tal forma que negar importancia de los nodos en Astrología equivaldría a plantearse, en cierta forma, la lógica de la aceptación de la posición de Plutón como la proyección de su posición sobre la Eclíptica , hecho que por otra parte aceptamos por la praxis demostrativa de su efectividad astrológica.




Los nodos de la Luna y los eclipses


El Sol ilumina la Tierra y la Luna. Como la Tierra gira en torno al Sol y la Luna en torno a la Tierra, lo más fácil es que, en algunas posiciones, un astro se interponga entre los otros dos. Esta interposición, como todo el mundo sabe, es la que da lugar a los eclipses.





Cuando se interpone la Tierra entre la Luna
el Sol se produce un eclipse de Luna. Animación.








Cuando se interpone la Luna entre la Tierra
 y el Sol se produce un eclipse de Sol.






Como la Luna es mucho más pequeña que el Sol, solamente desde algunas posiciones de la superficie de la Tierra se produce una ocultación completa del Sol. En esa franja de Tierra el eclipse de Sol es total.

Puesto que la Luna da aproximadamente una vuelta completa a la Tierra cada mes ¿por qué no se producen dos eclipses todos los meses? Si la Luna se moviese en el mismo plano que la Tierra, es decir en el plano de la eclíptica, efectivamente se produciría un eclipse solar en cada Luna nueva y un eclipse lunar en cada Luna llena.

Pero esto no es así porque la Luna se mueve en torno a la Tierra en una órbita (plano D) que no está en el plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol (plano B).






La Luna se mueve en torno a la Tierra
en una órbita que no está en el plano
de la órbita de la Tierra alrededor del Sol




El plano de la órbita lunar forma un ángulo de unos  con el plano de la órbita terrestre. El eje de la orbita lunar que pasa por el centro de la Tierra recibe el nombre de línea de nodos.

Esta línea juega, como veremos, un papel fundamental en la producción de eclipses.

Para que tenga lugar un eclipse la Luna tiene que encontrarse en el mismo plano que el Sol y la Tierra. Si no ocurre así, cuando la Luna se sitúe entre la Tierra y el Sol su sombra se proyectará por encima o por debajo de la Tierra y no tendrá lugar el eclipse. Pero al ir girando la Tierra en torno al Sol el plano de la órbita lunar se desplaza también y en los puntos A y C de la figura anterior la línea de nodos está en la dirección del Sol.


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El plano de la órbita lunar forma un ángulo
de unos 5º con el plano de la órbita terrestre






Distintas situaciones de la luna con respecto a la Tierra y el Sol







La Luna no está en el plano Tierra – Sol, no hay eclipse


                                                                                                                           





No hay eclipse







En el mismo plano, hay eclipse





VIDEO:

 




Finalmente tenemos que tener en cuenta otro movimiento. La Luna, como la Tierra, tiene también un movimiento de precesión, como todos los cuerpos que giran sobre sí mismos y al mismo tiempo se desplazan, describiendo una órbita

Como resultado, la línea de nodos gira lentamente en sentido contrario al de la Luna, completando una vuelta cada 18,6 años. Por lo tanto el tiempo entre eclipses disminuye, ya que las condiciones que hemos deducido para que se alineen los tres astros tienen lugar con menos frecuencia.

Se define como año de eclipses el tiempo que transcurre entre dos situaciones consecutivas en las que el Sol y el nodo ascendente o descendente de la Luna están en la misma dirección. Esto ocurre una vez cada 346,62 días. Pero en este tiempo la Luna no se va a encontrar en el mismo punto, ya que el mes sinódico (tiempo entre dos lunas nuevas) es de 29, 53 días y 346,62 no es múltiplo de 29,53.





Movimiento de precesión de una  peonza




El ciclo de eclipses se repetirá cada vez que haya transcurrido un número de días lo más próximo posible al mínimo común múltiplo de ambos periodos, es decir de 6585,78 días, ya que:


19 x 346,62 (año de eclipses) = 6585,78 días

223 x 29, 53 (mes sinódico) =  6585,19 días


Esto significa que la configuración del Sol, la Luna y la Tierra se repite con una periodicidad de 6585,78 días, período aproximadamente igual a 18 años y 11,3 días. Este período se llama Saros.

La periodicidad de los eclipses fue descubierta por los babilonios, quienes utilizaron este intervalo de tiempo para contar la duración del reinado de sus reyes. Así aparecen en la tabla de Berossus.






Nodos ascendente y descendente de la Luna

                                                                                                                 


Finalmente, algunos datos sobre la Luna: La Luna describe una órbita alrededor de la Tierra con un radio medio de 384.403 kilómetros (distancia a nuestro planeta), con una velocidad media de 3.700 km/h. Su diámetro es de 3.476 kilómetros (aproximadamente una cuarta parte del de nuestro planeta) y su volumen es unas cincuenta veces menor al de la Tierra. La Luna no posee atmósfera, debido al pequeño valor de su gravedad (de tan solo 1/6 de la gravedad terrestre). Los gases que hayan podido existir en su superficie han escapado al espacio.

El periodo de rotación sobre su eje coincide con el de revolución alrededor de la Tierra:

27 días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos.

Esta coincidencia se debe al efecto de las mareas producidas por la Tierra sobre la Luna, que han terminado por sincronizar ambos movimientos. Como consecuencia, desde la Tierra siempre se ve la mitad de la superficie total de la Luna. Sin embargo, desde el siglo XVII han sido detectadas pequeñas oscilaciones, denominadas libraciones, que permiten observar un 10% adicional de la superficie alrededor de los bordes aparente de la Luna. Las libraciones se deben a la excentricidad de la orbita lunar en torno a la tierra y al plano de la órbita lunar en torno a la Tierra.

















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