El personal de la compañía que gestiona la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), piensa que el vapor proviene de la zona dañada de la piscina del reactor. El vaho podría ser altamente tóxico, por lo que todavía no se ha determinado una solución a este problema. En cambio, los niveles de radiación son relativamente bajos y la empresa cree que algunos trabajadores podrían entrar en las instalaciones por breves periodos de tiempo.
Por otro lado, los robots -que pretenden medir las cifras de radiactividad, hidrógeno, temperatura y humedad- se han adentrado en el reactor 3, pero se han encontrado con el camino bloqueado por los escombros, por lo que no han podido avanzar. Por este motivo, los técnicos están estudiando la posibilidad de emplear otro robot con un peso de más de 100 kilos y con capacidad de retirar estos obstáculos. En el edificio del reactor 1, los robots tampoco han podido avanzar más allá de 40 metros a lo largo del muro norte, según informa la cadena de televisión japonesa NHK.
Ayer la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón (NISA, por sus siglas en inglés) informó de que ha detectado ha detectado tenecio 99 en el reactor 2, un elemento que sólo se libera con la fusión de las barras de combustible, por lo que se sospecha que este reactor también está afectado, aunque de momento se desconoce el alcance de estos daños.
Descontaminación del agua radiactiva
Mientras tanto, la compañía francesa Areva ha anunciado que va a instalar un sistema de descontaminación de agua radiactiva en la central, según ha informado la directora ejecutiva de la firma, Anne Lauvergeon. La instalación, no obstante, no estará finalizada hasta finales del mes de mayo y las tareas se prolongarán durante los meses de verano.
El método empleado por esta compañía es la coprecipitación, en la que agentes químicos especiales eliminan las partículas radiactivas. Este sistema es capaz de limpiar unas 50 toneladas de agua por hora. Tepco decidió verter al océano Pacífico 11.500 toneladas de agua contaminada -una cantidad aproximadamente equivalente a cinco piscinas olímpicas- para liberar espacio en el que almacenar otra mucho más contaminante, una medida considerada como mal menor pero muy criticada por países como China y Corea del Sur, por los daños ocasionados al ecosistema marino.
Además, Areva se ha ofrecido a ayudar a Tepco a eliminar la sal del agua marina utilizada para refrigerar la planta. De esta manera, se podrá seguir utilizando sin riesgo a que la sal cristalice y provoque rupturas en las tuberías. La empresa francesa también quiere trabajar en la descontaminación del suelo y la gestión de los residuos nucleares.
A pesar de los datos que se conocen día a día, el Gobierno nipón ha asegurado que la emergencia nuclear de Fukushima no está al mismo nivel que la de Chernóbil, ocurrido en 1986. Si bien las autoridades decidieron elevar la intensidad del accidente del quinto al séptimo nivel en la escala internacional (el más alto de la gradación), equiparándolo así al de Chernobil, el secretario de Estado para Asuntos Exteriores de Japón, Chiaki Takahashi, ha negado un deterioro de la situación de la central japonesa, informa la televisión estatal NHK.
Takahashi, que asistió a la conferencia de donantes celebrada ayer en Kiev para financiar la construcción de un nuevo armazón de contención de residuos para la planta Ucrania, ha solicitado a la comunidad internacional que confíe en las medidas que está adoptando el Gobierno de Japón en relación con la emergencia nuclear, así como en la información que está facilitando sobre la misma, informa la televisión estatal NHK.
La cifra de víctima sube a 14.000
El número de fallecidos por el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo ha superado los 14.000, según los datos facilitados hoy por la Agencia Nacional de Policía japonesa, y se sitúa en 14.013. Otras 13.804 personas están desaparecidas. La policía ha confirmado que más del 90% de las víctimas en las tres provincias más afectadas por la catástrofe, Miyagi, Iwate y Fukushima, murieron ahogadas por la ola gigante, que llegó a cubrir hasta 40 kilómetros tierra adentro.
Por otro lado, más del 65% de las víctimas tenía más de 60 años. El mayor porcentaje de muertes por el tsunami se produjo en Miyagi, la provincia más afectada por la catástrofe, donde se han registrado 8.505 víctimas mortales y aún quedan 7.934 personas desaparecidas.
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