El accidente en la central nuclear de Fukushima no ha supuesto un empuje para terminar de arreglar el desastre causado en Chernóbil. El presupuesto para construir una estructura de protección y un almacén de residuos nucleares se queda corto. La suma prometida para finalizar los dos proyectos era de 740 millones de euros, pero los 40 países reunidos en una conferencia internacional este lunes en Kiev solo han conseguido reunir 550 millones.
Los dos proyectos datan de los años noventa y están gestionados por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD). El primer proyecto consiste en una estructura en forma de arco que cubrirá el deteriorado sarcófago de protección edificado apresuradamente en torno al cuarto bloque de la central (el que sufrió el accidente).
El segundo proyecto es un almacén destinado a los residuos nucleares que fueron generados por la central antes de que esta fuera definitivamente clausurada en 2000. Las obras de este almacén fueron iniciadas por la empresa francesa Framatom pero se abandonaron por defectos técnicos sin concluir en 2005.
El coste conjunto de ambos proyectos es de 1.755 millones de euros. El BERD espera cubrir la diferencia entre la cantidad necesaria y los fondos recogidos en Kiev con las aportaciones no anunciadas aún y fondos propios del banco.
La conferencia de donantes de Kiev coincide con el 25 aniversario del accidente de Chernóbil y es la tercera en su género después de las conferencias de Nueva York (1997) y Berlín (2000). Las instalaciones pendientes en Chernóbil deberían haberse acabado en 2008, pero han requerido "más tiempo y dinero de lo que originalmente contemplábamos", según el ex director de la Organización Internacional de Energía Atómica, Hans Blix. El plazo de las obras se ha prolongado hasta 2015.
De la suma recogida en Kiev, la UE pone 110 millones de euros; EE UU, 87 millones de euros; Francia,47 millones de euros; Rusia, 45 millones de euros y Alemania,42,4 millones de euros. "España no ha tomado aún la decisión" de "participar o no participar" con una nueva contribución, según dijo el Secretario de Estado de Energía, Fabricio Hernández. Hasta ahora el gobierno español ha contribuido a los fondos de Chernóbil con 5,1 millones de euros de ayuda directa, además de la proporción correspondiente en las contribuciones de la UE. En Kiev ha habido anuncios de contribuciones "para todos los bolsillos", dijo Hernández. "En breve", dijo, el Gobierno español dará "una respuesta a Ucrania sobre si hay una aportación o no, y en el caso de que la haya, de qué cuantía".
La crisis económica ha influido en la generosidad de los donantes. Italia, Canadá, México y Brasil no anunciaron ninguna suma, pero, en cambio, un país tan afectado por la crisis como Grecia ha prometido 100.000 euros. China se convirtió por primera vez en donante a Chernóbil con 4 millones de euros, mientras Japón, contribuyente destacado en el pasado, anunció que no puede hacer nuevas aportaciones, al tener que lidiar con las secuelas del accidente de Fukushima, el tsunami y los terremotos.
Refiriéndose a la situación en Fukushima, en la conferencia de Kiev hubo un amplio consenso sobre la necesidad de establecer estandards de seguridad comunes y más estrictos para construir de nuevas centrales. El presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, dijo que el problema del almacenamiento de los residuos nucleares pide soluciones globales y reiteró su compromiso de eliminar para abril de 2012 los restos de uranio enriquecido (susceptible de emplearse en armas atómicas) que Ucrania aún tiene como herencia de la URSS.
En diciembre de 2010, EE UU ayudó a transportar parte de este uranio a Rusia. En nombre de la UE, José Manuel Barroso, anunció que pronto se aprobarán nuevas normas europeas para el tratamiento de los residuos nucleares. Por su parte, el viceprimerministro ruso, Igor Sechin, aseguró que las centrales rusas son seguras. Antes, el representante de Lituania había afirmado que las proyectadas centrales nucleares en el enclave de Kaliningrado y en Bielorrusia transgreden la normativa internacional. Por su parte, el representante de Azerbaiyán denunció la central nuclear en Armenia y pidió a la comunidad internacional que presione para el cierre de estas viejas instalaciones de origen soviético que están en zona sísmica y fueron reabiertas en vista de los graves problemas energéticos de aquel Estado. La central nuclear de Armenia, dijo, es una seria amenaza de seguridad para Azerbaiyán, Irán y Turquía. Además, el presidente del Estado centroasiático de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, recordó que su país había sido escenario de casi 500 pruebas de armas atómicas en el polígono de Semipalátinsk. Esto equivale a 160 accidentes de Cnernóbil, dijo, y lamentó que la comunidad internacional no haya sido capaz de comprender plenamente la envergadura de aquellos experimentos.
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