La Luna, el pueblo, es el protagonista (Casa
1ª), pero tiene en frente a la mundaneidad del la Magistratura impostada, de la
Burocracia (económica, judicial, educacional, cotidiana y etc..) y del ejército
(y sus etcéteras).
Afortunadamente hace de mediador, de colchón, de
buen chico enrolladísimo, ¡¡NEPTUNO!!, la burbuja iridiscente, que además juega
en casa, es decir, se siente a sus anchas, y con esa posición armoniquísima con
todos esos “actores sociales” no está dispuesto a que las cosas se vayan por el
método “hostias en Barcelona”. No. Aunque ya sabemos que el agua se escapa por
cualquier resquicio y un poco de sufrimiento sazona de épica. La droga del “buen
rollito”, del sacrificio: de dormir en la calle si es preciso; el sacrificio de
la acción deseada a favor una corrección politico-espiritual-volitiva; entrega
que tiene el premio de ser partícipe de la Historia. El sacrificio de la
revolución deseada misma.
Por otro lado pero en el mismo “cuerpo”, por eso
está en la carta, aunque pueda ser visto cómo aquello que se pretende… derrocar,
como eso que ejerce el papel de Dragón del que hay que rescatar a la doncella:
Saturno, Urano y Plutón están pergeñando la jugada magistral. ¿No será porque no
hay salida que no sea tirar por la acera de en medio y que sea lo que tenga que
ser?
¿Y no estamos pendientes de ese giro fascinante
del devenir del que no somos ajenos a que sea dramático aunque lo veamos como
testigos aun siendo protagonistas que quedemos escritos –o inscritos-- en los
papeles de la Historia?
Hay, pues, dos cosas: una voluntad de ser, con
el Derecho en la mano (la mayúscula no es un error), por una parte; y la falta
de control y conocimiento de la situación, por otra.
Más claro: hay una necesidad-voluntad de cambiar
algo, si bien el método es bisoño, de andar por casa, necesita rodaje y, sobre
todo, conocimiento. Son dos cosas que no se excluyen, pero van, de momento,
por separado: como el isósceles articulado por Neptuno con respecto
rectángulo centralizado en Plutón. No es que la eclosión no sea espontánea y
consecuente, si no que no tiene bagaje como para no ser instrumentalizada.
Plutón no pierde el tiempo.
¿Pero no está el titular de esta carta
aprendiendo de ello?
¿No se está creando un tejido?
¿tejido natural o acrílico?
No quisiera dejarme llevar por mis deseos. Veo
escalonado el asunto. La "gente" está improvisando, pero no va ceder fácil
porque cada vez tiene menos que perder.
Juan Carlos Rodriguez Sanz
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