En 1994, la periodista italiana Enza Massa estaba en la Librería Nacional de Italia, en Roma, dirigiendo una investigación sobre textos antiguos, cuando entre el montón de documentos encontró un misterioso manuscrito fechado en 1629. En el interior aparecía en tinta indeleble el nombre del autor, Michel de Notredame, conocido como el profeta Nostradamus. Este hallazgo fue especialmente importante, ya que el libro incluía más de ochenta ilustraciones de acuarelas que el propio maestro y profeta realizó. Dentro de las páginas del documento aparecen misteriosas y extrañas imágenes, que algunos piensan que son profecías sobre el futuro. Cartas, objetos simbólicos, estandartes, velas, cruces e incluso una torre ardiendo figuran en el manuscrito.
A mediados de 1994, la periodista italiana, Enza Massa, descubrió en la
Biblioteca Nacional de Italia, un extraño manuscrito fechado en 1629. En su
interior el documento tenía una serie de dibujos hechos con acuarela
aparentemente mensajes simbólicos y sin ningún significado claro. Sin embargo,
grande fue su sorpresa cuando notó que el citado códice tenía como título:
Nostradamus Vaticinia Codx, y era firmado nada menos que por el propio Michel
de Nostradamus. Como era de esperar, tal hallazgo puso inmediatamente en alerta
a numerosos investigadores de todo el mundo.
En cuanto al manuscrito se sabe que cuenta con ochenta acuarelas supuestamente pintadas a mano por el propio Nostradamus. Según análisis de datación, el documento provendría del siglo XVII descartando así toda posibilidad de que sea una falsificación, además, las ilustraciones estaban acompañadas de dos cartas, una introductoria y otra a modo de conclusión en las que se puede leer que el vidente francés legó el manuscrito a su hijo César.
Al parecer, por órdenes expresas de Nostradamus el manuscrito debía caer en manos del cardenal Maffeo Barberini, quien años después se convertiría en el Papa Urbano VIII el mismo que obligó al científico Galileo a que se retractara de su teoría heliocéntrica.
En cuanto al manuscrito se sabe que cuenta con ochenta acuarelas supuestamente pintadas a mano por el propio Nostradamus. Según análisis de datación, el documento provendría del siglo XVII descartando así toda posibilidad de que sea una falsificación, además, las ilustraciones estaban acompañadas de dos cartas, una introductoria y otra a modo de conclusión en las que se puede leer que el vidente francés legó el manuscrito a su hijo César.
Al parecer, por órdenes expresas de Nostradamus el manuscrito debía caer en manos del cardenal Maffeo Barberini, quien años después se convertiría en el Papa Urbano VIII el mismo que obligó al científico Galileo a que se retractara de su teoría heliocéntrica.
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