"El Council on Foreign Relations (CFR) es una organización poco conocida pero muy influyente en los asuntos internacionales que ha ido creciendo en poder, prestigio y amplitud de ámbitos de acción, hasta tal punto que ya en nuestros días podemos decir que conforma el auténtico “cerebro del mundo” que direcciona el rumbo complejo e incierto hacia el que se empuja y arrastra al planeta entero. No existe pueblo, región o segmento económico, social, o político que pueda extraerse a su influencia y es, precisamente, el hecho de haber logrado permanecer “detrás del telón” lo que le otorga al CFR su inusitada fuerza e influencia. Hoy, el CFR conforma una organización discreta de muy bajo perfil público y de alta efectividad, integrada por unos 3.600 miembros del más alto calibre, prestigio e influencia en sus respectivas disciplinas y ámbitos de poder.
De esta manera, reúne a altos directivos de instituciones financieras, colosos industriales y medios de comunicación social; a investigadores y académicos; a oficiales militares de máxima jerarquía; y a políticos, funcionarios públicos y decanos de universidades, facultades y centros de estudios. Sus objetivos fundamentales consisten en identificar y evaluar amplios conjuntos de factores políticos, económicos, financieros, sociales, culturales y militares que abarcan a toda faceta imaginable de la vida pública y privada de los Estados Unidos, de sus Aliados y del resto del mundo. Hoy, gracias al enorme poder de Estados Unidos, el ámbito de análisis del CFR abarca al planeta entero. En rigor de verdad, el CFR conforma un poderoso centro de análisis y planeamiento geopolítico y estratégico.
Sus investigaciones y evaluaciones son realizadas por distintos investigadores y grupos de trabajo conformados dentro del seno del CFR, que se dedican a identificar amenazas y oportunidades del entorno mundial, evaluar las fuerzas y debilidades de los intereses agrupados dentro del CFR, y realizar amplios planes estratégicos, tácticos y operativos en todos los ámbitos a los que nos hemos referido. Aunque estas intensas, profundas y efectivísimas tareas se realizan dentro del ámbito del CFR, la clave para comprender su accionar radica en el hecho de que el CFR jamás opera por sí misma, sino que son sus miembros individuales los que lo hacen. Y ello siempre desde sus ámbitos formales de acción y poder, que son las empresas multi y transnacionales, los bancos internacionales, las instituciones multilaterales internacionales, los gobiernos, las universidades, las fuerzas armadas y los medios de comunicación social. Esos mismbros del CFR jamás invocan o siquiera aluden a su pertenencia dentro de la institución, ni mucho menos la invocan.
Los ámbitos naturales de poder de cada uno de sus miembros a los que nos referimos son, por demás, muy poderosos ya que hoy encontramos que son miembros del CFR buena parte de los presidentes, gerentes y accionistas de las empresas Fortune 5001 que en su conjunto manejan casi el 80% de la economía estadounidense, emplean a más de 25 millones de personas, y en su conjunto tienen un valor de mercado que equivale a dos veces y media el PBI de los Estados Unidos. Pero también son miembros del CFR los máximos directivos de los grandes bancos como el Chase Manhattan de la familia Rockefeller que acaba de fusionarse con el banco J P Morgan, el Bank of America y el actual número, CitiGroup, cuya capitalización hoy excede los 250.000 millones de dólares; los directivos y formadores de opinión de los ocho monopolios multimedia mundiales; los rectores y decanos de las grandes universidades y facutades como Harvard, MIT Massachussets Institute of Technology, Columbia, Johns Hopkins, Princeton, Yale, Stanford, y Chicago; y – factor clave en esta verdadera rueda de poder planetario -, los 150 puestos clave del gobierno estadounidense incluyendo los cargos más relevantes en sus fuerzas armadas.
Mencionamos a tan sólo unos pocos encumbrados y podersosos miembros del CFR como David Rockefeller, Henry Kissinger, Bill Clinton, Zbigniew Brzezinski, George H.W. Bush, la ex-secretaria de estado Madeleine Albright, el especulador internacional George Soros, el juez de la corte suprema Stephen Breyer, Paul Wolfowitz (subsecretario de defensa), Laurence A. Tisch (presidente de la cadena Lowes/CBS), el secretario de estado Gral. L. Colin Powell, Jack Welsh (presidente de General Electric Company), W. Thomas Johnson (presidente de CNN y hoy director de Aol/Time-Warner), Katherine Graham (recientemente fallecida presidenta del grupo Washington Post / Newsweek / International Herald Tribune); Richard Cheney (vicepresidente de EE. UU., ex-secretario de defensa de George Bush (padre), y ex-presidente de la petrolera Halliburton), Samuel “Sandy” Berger (asesor del presidente Clinton en seguridad nacional), John M. Deutch (ex-director de la CIA del presidente Clinton), Alan Greenspan (gobernador del Banco de la Reserva Federal), Stanley Fischer (ex-director gerente del Fondo Monetario Internacional y actual director del CitiGroup), Anne Krueger (actual vicedirectora del FMI), James D. Wolfensohn (presidente del Banco Mundial), Paul Volcker (presidente del CS First Boston Bank y ex-gobernador de la Reserva Federal), John Reed (director y ex-presidente de CitiGroup); los economistas Jeffrey Sachs, Lester Thurow, Martin Feldman y Richard N Cooper; el ex-secretario del Tesoro, ex-presidente de Goldman Sachs y actual co-Chairman de CitiGroup, Robert E. Rubin, el ex-secretario de estado del presidente Reagan y “mediador” en el conflicto de Malvinas, Gral. Alexander Haig, el “mediador” en el conflicto de los Balcanes, Richard Holbrooke, el presidente de IBM, Louis V. Gerstner, el senador demócrata por el estado de Maine, George J. Mitchell, el diputado republicano, Newt Gingrich, y la asesora del presidente Bush en seguridad nacional, Condoleeza Rice, el representante comercial de Bush Robert Zoellick, Douglas Feith, Elliot Abrams, William Perry, Mark Falcoff, Richard N. Perle, y Richard Armitage entre muchos otros.
Aquí, entonces, hallamos la clave de la alta efectividad del CFR, por cuanto aquellas decisiones y planificaciones que se realizan y acuerdan durante sus reuniones, conferencias, y grupos de trabajo a puertas cerradas, son luego ejecutadas por sus diversos miembros desde sus ámbitos formales de poder".
Así nos presenta a esta poderosa organización el analista internacional y politólogo argentino Adrián Salbuchi, en su libro "El Cerebro del Mundo: Finanzas y deuda externa como factores de dominio", del cual hemos extraido el texto precedente.
Muy recientemente ha aparecido un artículo de M. Kroening en la revista Foreign Affairs (Asuntos Exteriores) que aparece en la página oficial de la CFR (Council on Foreign Relations) correspondiente a Enero-Febrero bajo el título “Es hora de atacar Irán?. Por qué un ataque es la opción Menos Mala”
El artículo de Kroening se inicia como sigue:
“Los oponentes de la acción militar contra Irán asumen que un ataque militar de USA sería mucho más peligroso que simplemente dejar que Teherán construya una bomba. No es así, discrepa este ex planificador de la Defensa del Pentágono. Con un ataque cuidadosamente diseñado, Washington podría mitigar los costes, o al menos limitarlos a un nivel soportable, y alejar a la región y al mundo de un amenaza inaceptable”.
Fuentes:
http://www.cfr.org/iran/time-attack-iran/p26875
http://www.foreignaffairs.com/articles/136917/matthew-kroenig/time-to-attack-iran
Fuentes:
http://www.cfr.org/iran/time-attack-iran/p26875
http://www.foreignaffairs.com/articles/136917/matthew-kroenig/time-to-attack-iran
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