Desde la página
oficial de
ANONYMOUS ESPAÑA
nos ofrecen Diez
razones para ir al 25 S
1. Porque la situación se ha vuelto
intolerable y las políticas de austeridad sólo ahondan más y más en la recesión
y la depresión económica. Como ha sucedido con todos los países donde se han
aplicado las medidas de austeridad, la situación económica no ha dejado de
empeorar. España está, gracias a las imposiciones políticas de la UE, en una
situación de depresión económica con cerca de seis millones de parados y sin
ninguna expectativa de mejora en un panorama de creciente endeudamiento
provocado por el pago de los intereses de una deuda ilegitima que no sirve más
que para alimentar el beneficio de los agentes financieros a costa de nuestros
derechos sociales Esto no es igual para todo el mundo, por ejemplo, en el
tercer trimestre de 2012, mientras los salarios, fuente de renta de la mayoría
de la población, sufrían la mayor caída de los últimos años, los beneficios
empresariales subían un 3%. Esta es la tónica general desde que comenzó la
crisis, todo un éxito para las políticas del 1%, que a fin de cuentas buscan
esto: la intensificación del saqueo al 99%.
2. Porque el gobierno no sólo es
cómplice de esta situación, sino que es incapaz de la más mínima autonomía
respecto a los dictados de la UE, del gobierno alemán y de los intereses
financieros. Si no lo evitamos, la única política que va a seguir este gobierno
en el futuro va a consistir en profundizar aún más las crisis económica y
social mediante un programa intensificado de privatizaciones y recortes.
Recordemos que la economía española está intervenida desde, al menos, el verano
de 2011y sometida a un rescate escalonado de intensidad creciente en el que las
operaciones de “alivio” de la carga de la deuda implican contrapartidas,
recortes y privatizaciones, que eliminan sin contemplaciones derechos sociales
que ha costado décadas conseguir. Ya que sabemos que este es el único plan, no
queda más opción que deshacernos de este gobierno.
3. Porque dentro del actual
ordenamiento político no hay ninguna alternativa institucional creíble que sea
capaz de devolver a la población la más mínima capacidad de decisión sobre la
actual coyuntura. Ni el PSOE, ni IU, ni UPyD, ni desde luego ninguna de las
formaciones nacionalistas en sus respectivos territorios pueden, ni podrán
hacer nada que no sea parecido a lo que hace el gobierno. Y esto no sólo porque
las enormes tasas de corrupción, burocratización y deterioro ético de la mayor
parte de la clase política, sino porque el actual ordenamiento constitucional
impide y dificulta la democracia real.
4. Porque el 25S apunta precisamente
al gobierno y al actual ordenamiento constitucional de 1978 como la clave
política que impide el ejercicio de la democracia por parte de la población. Un
régimen, apoyado en sus principales partidos políticos, que lleva, al menos,
tres años gobernando abiertamente contra los intereses de la mayoría de la
población no tiene la legitimidad mínima para seguir regulando la vida
política. Los años que han pasado desde el comienzo de la crisis han dejado
claro que este no es un problema de uno u otro partido sino la crisis terminal
de un modelo de toma de decisiones en el que sólo cuentan los intereses del 1%.
5. Porque obtener o abrir la
posibilidad de un proceso democrático pasa por hacer cada vez más inviable e ilegítima
la capacidad de acción del gobierno. En estos momentos el gobierno español es
una mera marioneta en manos de los poderes financieros europeos dirigidos por
Alemania. Su única función es encajar los golpes producidos por el malestar
social que generan las autodestructivas políticas de austeridad auspiciadas por
la troika. Si este gobierno es un mero intermediario, que deje de entorpecer.
Si la crisis es Europea queremos decir directamente a Alemania, a los mandos de
la UE y a los poderes financieros que no debemos y no pagamos.
6. Porque la única alternativa viable
a la crisis y a la dictadura de las finanzas y a la miseria ética de la clase
política es propiamente la democracia, la sustitución del actual ordenamiento
político, la destitución de la actual clase política y la apertura de un amplio
proceso de discusión ciudadana que de pie a la fundación de una nueva
«República», y que llamamos «proceso constituyente». Cuando los mecanismos de
representación existentes han dejado de tener legitimidad y el sistema de
partidos se derrumba progresivamente, no queda más remedio que recuperar
nuestra capacidad para hacer política en común y abrir un proceso amplio en el
que podamos decidir cómo vamos a vivir juntos, que tipo de sociedad y de
economía queremos.
7. Porque sin afrontar un reto
político como el que señala el 25S será imposible empezar a dar ni un sólo paso
en este proceso de democratización real de las instituciones. Porque sin una
quiebra desde abajo del actual ordenamiento constitucional no hay espacio
alguno para proceso constituyente. Por eso la convocatoria del 25S ha tenido
tanta resonancia, porque apunta al centro de un régimen político marchito y
decadente del que no queda ya esperar nada.
8. Porque no debemos tener miedo a lo
que venga después de la caída del gobierno actual. La situación más probable
apunta a que después de este gobierno, vendrá uno de concentración nacional o
un gobierno técnico con distintos grados de tutela europea. En ese caso,
podremos decir que hemos liquidado el bipartidismo, ese sistema en el que el
malestar generado por un gobierno se convierte automáticamente en apoyo al
partido de la oposición y que, con el campo más despejado, nos enfrentaremos en
una escalada de nuestro poder democrático a los verdaderos poderes, Alemania y
los mercados financieros. El «proceso constituyente» no puede pasar sólo por la
mera discusión democrática, por la redacción de una nueva constitución entre
muchos, si no todos, sino que habrá que imponerla a aquellos, también a nivel
europeo, que no quieran aceptarla, provocando un cambio efectivo a escala
continental del que se beneficiaran otras poblaciones europeas sometidas al
mismo régimen de saqueo y dominio financiero que nosotros.
9. Porque la alternativa al 25S o a
cualquier otro reto político de similares características que se plantee a
futuro, es el impasse, bien de la mano de las grandes concentraciones
orquestadas por los sindicatos, bien de las grandes concentraciones que sepamos
organizar por nosotros mismos. Como sabemos por otros casos semejantes al
nuestro como el de Grecia, el tiempo que pasa sin una respuesta democrática al
saqueo, es tiempo en el que la desposesión financiera, los recortes y las
privatizaciones avanzan. Realmente no podemos permitirnos que esta situación de
dictadura de los mercados dure mucho más. En cualquier caso, habrá que admitir
que la sola denuncia por multitudinaria que sea no va a modificar el régimen
político, y que sólo tumbando a sus administradores (los gobiernos) será
posible avanzar en esta dirección.
10. Porque tenemos la capacidad
colectiva para hacerlo. Porque la política ha empezado a estar en nuestras
manos y ahora no vamos a dejarla escapar. Porque el 25S nos coloca un gran reto
organizativo que nos obliga a profundizar en las líneas abiertas el pasado 15M
y la explosión colectiva del 19 de Julio. Porque sabemos que tenemos los
medios, la confianza colectiva y la determinación. Porque no hemos terminado lo
que empezamos el pasado 15 de Mayo. Porque solo podemos ganar.
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