martes, 26 de marzo de 2013

Liz Greene: Predicción sobre el derrumbe de la antigua URSS



Una de las predicciones más certeras que se conocen en la moderna Astrología la protagonizó en 1983 la astróloga Liz Greene. En efecto, Liz Greene fue incluso más concreta que el propio André Barbault. En su texto "Los Planetas Exteriores y sus Ciclos" (conferencia nº5), editado originalmente en 1983, la astróloga británica especifica, con todo detalle, el proceso subsecuente a la triple conjunción Saturno - Urano - Neptuno de 1988-1989, y lo hace de forma bastante más certera que hiciese el maestro galo. Esto es algo que muchos desconocen y que avala, una vez más, a la Astrología como herramienta número uno para predecir acontecimientos considerados por otras ciencias, como la Prospectiva, impredecibles.

A continuación transcribimos el texto completo, que todo el mundo debería leer, ya que junto con el susodicho André Barbault y con el español Rafael Lafuente (Crisis del Petróleo de 1973) son quizás los aciertos más espectaculares con que cuenta la moderna ciencia de Urania para defender su verosimilitud operativa. Unas predicciones que debemos conocer, aunque sólo sea por cultura astrológica.









QUINTA CONFERENCIA




Quería hablar primero un poco del horóscopo de Rusia, y luego me gustaría entrar en las conjunciones de los planetas exteriores que se producirán en las próximas dos décadas, que es algo de lo que mucha gente parece estar muy asustada. Esta carta está levantada por la F.A.A. y corresponde a la revolu­ción bolchevique y a la toma de poder de Lenin. Una vez más, no puedo garantizar la exactitud del ascendente, ya que dudo que hubiera alguien fijándose en la hora en ese momen­to, pero la posición planetaria es exacta y es extremadamente interesante*.


Probablemente sea bueno mencionar, o repetir, que este horóscopo representa a una entidad política, no al "alma de la nación" en el sentido de lo que alguna gente considera como las cualidades de un pueblo. Las cosas que imaginariamente atribuimos a las distintas naciones concibiéndolas como atri­butos básicos, son, en mi opinión, ajenas a esta clase de ho­róscopo. No se puede levantar la carta de las cualidades psico­lógicas de un pueblo, ya que no es posible definir la hora de nacimiento de ese pueblo. Dicho en términos más místicos, supongo que es algo así como la dicotomía entre la carta natal de una persona y su alma o su verdadero ser, que es algo que ciertamente no se encuentra en su carta natal y constituye un gran misterio. Lo que yo imagino es que el alma de una nación o de un pueblo experimenta una serie de reencarnaciones, representadas por los diferentes gobiernos y los horóscopos natales de las naciones. Por tanto, en este horóscopo no hallaremos representada a la Madre Rusia, tal como la siente su pueblo, sino a una entidad política que nació el 7 de noviembre de 1.917 con ciertos preceptos ideológicos. Tal vez esta sea una de las encarnaciones de la Madre Rusia. Y quizá no sea la última. También las naciones tienen períodos vitales. Ninguna nación permanece inalterable eternamente, aunque algunas tienen una vida mucho más larga que otras. Creo tam­bién que la carta de una nación sugiere la profundidad y con­tumacia de sus conflictos. Siempre que veo una carta natal in­dividual con configuraciones en las que intervienen los signos fijos, tales como una cruz en forma de T o una gran cruz tengo la impresión de que estos temas están profundamente enraizados en el carácter del individuo. Tal vez son temas que han estado presentes en la psique de su familia durante muchas generaciones. Emanan una sensación de inmensa solidez, tanto respecto al carácter como a los problemas, y cualquier cambio que la persona intenta acometer en relación con su carácter se realiza con mucha lentitud y requiere mucho tiempo, mientras que las configuraciones que abarcan signos cardinales y mutables pueden cambiar su expresión de una manera bastante radical.


Una de las cosas que más salta a la vista en la carta de Rusia es la conjunción de Saturno y Neptuno en Leo, y la oposición de Saturno a Urano en Acuario. Mencioné anteriormente que los contactos de Saturno con los planetas exteriores poseen una cualidad compulsiva ya que, al abrirse camino las poderosas corrientes subterráneas que se alzan de la psique colectiva, amenazan la concha del ego y presionan a la persona forzándola a la acción. Ahora bien, la conjunción Saturno-Neptuno posee un sabor a visión mística, a añoranza religiosa, y por estar en Leo adquiere un peculiar matiz autocrático. Saturno-Neptuno en Leo podrían decir algo como: "Soy el emisario de Dios en la Tierra, destinado a traeros la Única Verdad capaz de vencer a todo mal y de crear el reino perfecto de Dios en la tierra". Esta conjunción en Leo agudiza el sentido de la propia divinidad interior, lo cual puede ser muy creativo en un individuo siempre que este impulso dis­ponga de cauces adecuados. Es un poco más complicado cuando se trata de un país, ya que con una persona Saturno-Nep­tuno, que está convencida de que siempre y en última instan­cia tiene razón, al menos se puede discutir. Esta conjunción, interesantemente, cae en la duodécima casa de Rusia, donde se  halla oculta en las profundidades del inconsciente. Es como una especie de vestigio ancestral de la época de los zares.


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* La íxtensa investigación de Borry Lynei .sobre la carta natal de la URSS da como reeditado una carta con ascendente a I6°50' de Virgo, levantada para el 8 de noviembre de 1917 en Petrogrado. Muchas cartas de la URSS son hipo­téticas, debido al caos de la época. N.E.











Saturno en oposición a Urano sugiere de nuevo la exis­tencia de pautas bastante compulsivas sobre cosas como la li­bertad, los derechos individuales, la democracia, etc. Urano en la sexta casa me transmite la sensación de esa utopia bella­mente organizada de los trabajadores. En verdad, Saturno - Urano intentarán crear una sociedad que opere de acuerdo con un esquema, impecablemente organizado y cuidadosamente pensado, de igualdad y solidaridad. O al menos fingirán hacerlo así, porque la conjunción Saturno-Neptuno en casa doce sugiere que hay algo más funcionando bajo la superficie que no tiene ninguna inclinación en absoluto hacia la igualdad y la] solidaridad.


Por si estos dos contactos saturnianos no fueran ya de por si lo suficientemente difíciles, reciben una cuadratura del S y Mercurio en Escorpio. Por lo tanto, esta carta tiene una cuadrada fija. La cuadratura Sol-Saturno ya la he mencionado en relación con la carta americana. Las mismas inseguridades subyacentes afligen a ambas naciones. En una carta individual es normalmente indicadora de algún problema en relación c el padre: a menudo se carece de padre o se tiene la sensación de que la relación ha fracasado, por lo que la persona siempre está luchando contra la autoridad en el mundo y, sin embargo añorándola al mismo tiempo. No creo que sea descabellado sugerir que tanto Rusia como América comparten la problemática de este esquema, es decir, la ausencia de un modelo paternal fuerte. América ha carecido de una familia que la gobernara, de un rey que pudiera cumplir el papel de padre, y Rusia asesinó a su familia real, matando al padre y a su descen- dencia. Cuando se pierde el contacto con el padre se produjo una terrible sensación de alienación. En Inglaterra hay mucha: gente políticamente orientada hacia la izquierda que critica a la familia real, pero ésta permanece por su potentísima imagen arquetípica de estabilidad y continuidad. Es muy distinto cuando en un país no existe este símbolo sobre el cual personalizar la proyección consciente de la autoridad y fuerza paternas.


Otra característica del aspecto Sol-Saturno es su ligera tendencia a la paranoia, que creo que, en parte, se debe al mismo esquema de carecer del sentido de la continuidad. Con él se tiene la sensación de que nadie prestará su apoyo, que siempre tiene que hacer todo por sí mismo. Esto produce una| maravillosa autosuficiencia, pero también dificulta mucho las relaciones con los demás ya que uno nunca podrá recibir algo a gusto sin el resquemor de ser dependiente. A menudo hay una gran supercompensación y cierta susceptibilidad a recibir ayuda o regalos de cualquier clase. Pueden verse estas pautas, en mayor o menor medida, en cualquier configuración Sol-Sa­turno de una carta individual. Creo que ocurre lo mismo cuando se trata de un país. De este modo es posible explicar por qué cuando Rusia y América se reúnen para hablar de re­ducir los armamentos nucleares y aprender a confiar el uno en el otro, eventualmente dicha reunión fracasa. Las dos cartas nacionales tienen al Sol en cuadratura con Saturno y ninguna de estas dos naciones es capaz de confiar en nadie en absolu­to.


Supongo que ya habrán vislumbrado un tanto la psique nacional partiendo de esta configuración de Sol, Saturno, Neptuno, Urano y Mercurio. Hay un tremendo idealismo que se ve forzado a laborar codo con codo con un fervor religioso que la ideología política niega, y hay una necesidad de control y autocracia absolutos que se encuentra en pugna con una genuina creencia en la libertad individual. Si se tratara de una persona, la mandaría inmediatamente a psicoanalizarse. Rusia combate esta presión y tensión terribles invadiendo otros paí­ses y manteniendo un estado policiaco disfrazado de sociedad libre, donde la gente siempre trata de escapar y desaparece, y donde es necesario censurar todas las comunicaciones que puedan revelar la verdad. Todo esto es muy triste, ya que po­siblemente el sueño de Urano y Neptuno sea muy real en la psique nacional. La cualidad autocrítica de Saturno en Leo mantiene una guerra interna contra la ideología liberal de Urano, y ambos socavan la estabilidad del sentido de identi­dad que el Sol representa.


Los tránsitos sobre esta carta revelan la viveza de los su­cesivos horóscopos nacionales. Cada vez que Saturno ha pasa­do sobre el Sol natal, el líder ruso ha muerto o ha sido desti­tuido. Esto fue lo que sucedió cuando Stalin sucedió a Lenin, cuando Kruschev sucedió a Stalin, y cuando Brezhnev sucedió a Kruschev. Brezhnev no debería tardar en caer, ya que Sa­turno entrará en Escorpio dentro de pocos años, lo cual no es una predicción muy asombrosa puesto que este estadista está un poco achacoso dados sus años. Cuando en una carta indivi­dual Saturno se aproxima por tránsito al Sol, normalmente el año que precede al tránsito exacto está lleno de tendencias hacía la búsqueda interna y la muerte de viejas actitudes y valo­res que una vez fueron dominantes. En un sentido interno, el viejo rey muere y hay un periodo de confusión, y a veces de depresión, antes de que emerjan los nuevos valores. Lo que ha venido ocurriendo en Rusia es que, justo antes del tránsito, el anterior líder muere o es depuesto, y hay una lucha de poder que continúa hasta que alguien eme r je en el pináculo. El país, por supuesto, no puede votar a su gobernante, como ocurre en un sistema democrático, por lo que no hay ninguna posibili­dad para la búsqueda interior y la reflexión.


Lo que nunca le ha ocurrido todavía a Rusia es que se le aproximara el tránsito de Plutón a través de Escorpio. La en­tidad política actual es demasiado joven para haber experi­mentado este tránsito con anterioridad. Y tengo bastante cu­riosidad por ver lo que pueda ocurrir. Si Saturno es capaz de hacer rodar la cabeza del gobierno, ¿qué es lo que no podrá hacer Plutón? Es posible que toda la estructura sufra un cam­bio. Plutón siempre trae cambios profundos y libra a la perso­na de todo lo antiguo. Es una especie de hado. Si la persona no puede adaptarse al desafío del cambio, entonces se de­rrumba. Es muy posible que ello ocurra en Rusia, ya que no demuestra ninguna inclinación a alterar de ninguna manera el sistema, salvo para controlarlo aún más. La conjunción de Sa­turno, Urano y Neptuno en Capricornio, que se producirá ha­cía finales de esta década, transitará sobre el Venus natal de Rusia, en Capricornio en la quinta casa, haciendo oposición al Plutón natal en casa once. Esto ocurre casi sincrónico con el tránsito de Plutón sobre el Sol natal. En una carta individual Venus tiene que ver con las relaciones y las sociedades, y los tránsitos como éste ejercen una enorme presión sobre ese área de la vida. A menudo se producen rupturas matrimoniales cuando los planetas exteriores transitan sobre Venus. La URRS es un conglomerado de muchas y muy diferentes na­ciones, y no todas ellas han aceptado de buena voluntad este matrimonio. Polonia, Checoslovaquia y Hungría pueden estar pensando en el divorcio. En parte interpretaría que esos trán­sitos significan la desunión de la interconexión entre los países que constituyen la Unión Soviética, lo que sólo podría ocurrir si se derrumbara el gobierno central, porque de otra manera volverían a ser pisoteados como sucedió en el pasado. De una manera simplista, yo diría que habrá una tremenda erupción del colectivo, tal vez el comienzo de una revolución interna, en un momento en el que la autoridad central no estará en posición de impedirla. Entonces sobrevendrá un periodo de desintegración junto con el potencial para un nuevo nacimien­to. Si se tratara de un individuo, podría buscar diverso tipo de ayudas para retener cierta continuidad del ego mientras se producen los cambios. Pero un país no puede obtener ayuda de esa clase, aparte de que un país Sol-Saturno no la pediría nunca. Por lo tanto, es posible que Plutón incorpore literal­mente el significado de muerte, y la Unión de Repúblicas So­cialistas Soviéticas deje de ser una unión.


Creo que estas cartas nacionales son sólo representativas de una encarnación especifica del alma de un pueblo. Real­mente no se puede decir nada acerca de las cualidades de su alma, de la misma manera que tampoco se pueden determinar las cualidades de un alma humana por la carta natal del indi­viduo. Esta carta mundana en particular es muy difícil, en mi opinión es con mucho la más difícil de las que hemos obser­vado hasta ahora. La naturaleza de las casas en las cuales están ubicados los planetas, y sus aspectos, sugieren una ruptura de al­guna clase con el potencial inherente a un comienzo. La tensión es demasiado grande. Un individuo podría manejarla y hacer al­go creativo con ella. Pero los países están más predestinados.


P: Rusia intentó establecer una figura paternal con Stalin, pe­ro al final no perduró. Tuvieron que derrocarlo.


R: Sí, supongo que ésa es la razón por la que se le permitió hacer lo que hizo. La necesidad de una figura paterna era muy grande. A los zares se les llamaba "Padrecitos", lo que también es muy interesante. Stalin tenía el Sol en Capricornio, por lo que constituía un buen gancho para las proyecciones paternalistas del colectivo. En cierto sentido, lo que estamos tratando aquí podría ser considerado como un tema mítico que recorre toda la historia de la psique rusa. Ha estado presente, como mínimo, desde la fundación de Rusia tal como la cono­cemos. El aspecto del Sol con Saturno tiene que ver con los conflictos acerca del padre, y ese es un tema mítico. La vida de un individuo es intersectada por temas míticos, algunos de los cuales pueden apreciarse en los aspectos y el énfasis de al­gún signo. El mito de la lucha entre el viejo rey y su hijo está simbolizado en parte por la lucha entre el Sol y Saturno, y aquí tenemos a una nación que lo está encarnando.


Por supuesto, no es posible coger un horóscopo y, basán­dose sólo en él, declarar llanamente que el "mito" de una per­sona, en el sentido que otorga Jung a este término, es ésto y lo otro. Sólo se pueden obtener inferencias de algunos dramas en particular, que se van a repetir una y otra vez a lo largo de la vida en diferentes niveles. Uno de los dramas, o temas, que yo asocio con Sol-Saturno es la pérdida del padre y la búsque­da por encontrarlo bajo cualquier aspecto, junto con la eterna ira e insatisfacción que brotan cuando se le encuentra. El pa­dre es buscado a la vez que se persigue su derrocamiento. Creo que Rusia está permanentemente buscando estas figuras paternales, pero en cuanto han gobernado durante un tiempo se las experimenta como algo terriblemente represivo, y en­tonces se las rechaza para encontrar una nueva. El padre fra­casa inevitablemente con Sol-Saturno, porque a la postre la cuestión no es encontrar un padre "externo" sino un principio interno de ordenación. Puede que les parezca un contrasentido pero, en cierto modo, a la Rusia Soviética le iría mucho mejor si reinstaurara su antigua línea real. No pueden hacerlo, por supuesto, pero su Sol-Saturno es un poco como el Sol en Ca­pricornio, amante de la jerarquía y de la tradición. Al tenerlos en cuadratura se precisa de un enorme esfuerzo para darse cuenta de ello, porque es lo que uno combate.


Cuando un individuo tiene una configuración como esta T cuadrada de la carta rusa, el astrólogo puede ayudarle po­niéndole en contacto con los temas milicos que forman el te­lón de fondo de sus experiencias. Esta es una conexión que Jung consideraba importantísima, ya que si tiene lugar en un ámbito profundo, en vez de observarse meramente como una teoría intelectual, otorga dignidad y capacidad de introspec­ción en problemas que, de otra manera, parecerían realmente mezquinos y patéticos. Los mitos reflejan pautas arquetípicas, y esta conexión puede ayudar a que una persona entienda que hay cosas operando en su psique y en su vida que se encuen­tran detrás de su enfermedad y sus problemas. Esto también podría hacerlo una nación, pero para ello tendría que elegir a un gobernante muy iluminado. En cierto sentido, esta cone­xión de la vida corriente con el mito es una tarea religiosa. Es, en realidad, el papel del sacerdote que ayuda a que el in­dividuo se mantenga en contacto con sus dioses. Con algún conocimiento de psicología profunda podría ser posible volver a conectar a una nación con sus mitos perdidos.


Es interesante observar la carta rusa desde el punto de vista de los mitos que vive esa nación, y lo que podría ofre­cerse a su pueblo de acuerdo con las pautas de estos mitos. Rusia ha estado muy interesada en la parapsicología y los as­pectos desconocidos de la mente durante mucho tiempo, pero primordialmente desde un punto de vista científico, no mítico. Este interés por los asuntos invisibles es una característica escorpiana, pero no lo es el modo rígidamente materialista de aproximarse a este tema. Tal vez se deba esto a un reflejo de la cuadratura Sol-Urano, pero la cuadratura entre el Sol y Neptuno requiere de algo más místico, tal vez más libertad para los rituales ortodoxos de la iglesia, porque el pueblo ruso siempre ha manifestado un profundo sentimiento místico que ahora no se le permite expresar.


Creo que ahora valdría la pena considerar la conjunción que se producirá al final de la década, ya que la carta rusa, de entre todas las que hemos observado, es la que más fuerte­mente se verá afectada por ella. Por lo tanto, me siento incli­nada a pensar que este país reaccionará profundamente a esta conjunción. La conjunción comienza con Saturno y Urano en Sagitario, a finales de 1.986. Continuará durante todo 1.987 y, finalmente, en Febrero de 1.988, Saturno y Urano se traslada­rán a Capricornio donde comenzarán su conjunción con Nep­tuno. En Junio de ese año. Saturno y Urano retrogradarán de vuelta a Sagitario por un corto período de tiempo, para luego, al final de ese año, volver a alinearse en Capricornio. Conti­nuarán así hasta finales de Febrero de 1.990. Luego Saturno se aleja del orbe de conjunción con Urano-Neptuno, que segui­rán en conjunción hasta finales del invierno de 1.997.


Cuando Saturno se mezcla con los planetas exteriores, uno de los resultados es que las cosas se exteriorizan en el mundo de modo concreto. Y aunque la conjunción representa muchas otras cosas a un nivel más profundo, yo esperaría, por lo tan­to, que uno de sus efectos fuera producir cambios concretos en Rusia. En este momento hay muchos astrólogos y psíquicos que tienden a pensar en términos de holocausto y maremotos, en la destrucción atómica y en el desplome del eje terráqueo. Pero la esencia de una conjunción de planetas exteriores es, como hemos visto con la conjunción Urano-Neptuno acaecida en la época del nacimiento de Marx, un cambio de los valores y necesidades del colectivo. No tiene por qué significar un desastre. La gente que nazca bajo esa conjunción alcanzará la edad adulta con el nuevo milenio, y sin duda manifestarán en sus vidas la visión que refleje la conjunción. Con esto no quiero decir que no habrá problemas de tipo político o econó­mico. Pero me sorprendería mucho que el mundo se acabase. Es muy posible que el régimen ruso pueda derrumbarse, pero, en función del punto de vista de cada uno, éso podría ser in­terpretado como el comienzo de un mundo nuevo en vez del final de un mundo. Ciertamente, es posible que esa sea la sen­sación para naciones como Hungría, Checoslovaquia y Polonia.


Me gustaría emplear algún tiempo en el análisis de esta conjunción. Ya nos hemos encontrado anteriormente con sus componentes, Urano y Neptuno. Dicho brevemente, esto su­giere una nueva visión política o social que emerge del colec­tivo, emparejada con un anhelo místico o religioso. Pero mientras que la anterior conjunción, la de la época en que na­ció Marx, se produjo en Sagitario, la próxima caerá en Capricornio. Así que el ámbito de la vida contenido en la visión que esta conjunción conlleva es diferente. Primero nos debe­remos preguntar qué esferas de la vida están representadas por Capricornio. Creo que una de las conexiones de Capricornio es el principio del gobierno. Capricornio está también interesado por la jerarquía social. Además, creo que este signo tiene niveles más profundos y sutiles que aparecen reflejados en la antigua noción renacentista de que Saturno gobierna tanto el mundo de lo oculto y de la iniciación como el mundo de la substancia. Capricornio es también símbolo del encarcelamien­to del alma en la realidad física, y la típica depresión capricorniana está muy vinculada a la sensación de que el mundo es un lugar de ataduras: al cuerpo, a las responsabilidades, a la ley, a la conciencia, a Dios. Hay estados de ánimo característicos de Capricornio, y a menudo son de aislamiento, sepa­ración, y autosuficiencia. Capricornio cristaliza, estructura y concretiza. También incumben a este signo la valoración de la tradición y las costumbres del pasado. Estoy convencida de que se podrían mencionar muchas más cosas, pero estas son algunas de las principales. Supongo que todo esto podría resu­mirse diciendo que lo que intenta Capricornio es dominar el  mundo mediante el ego, así como la lucha por la bondad y la sabiduría para realizar la intención divina es la esencia de Sa­gitario.


Marx y su generación cambiaron los cimientos religiosos sobre los que se basaban los códigos éticos humanos, al postular que el dominante real en la vida era la propiedad, y no Dios. Ahora estamos a las puertas de una especie de cambio o revocación similar pero en conexión con el significado de Ca­pricornio. Por supuesto, sólo podemos especular, y no dema­siado bien, ya que cualquier cambio genuino producido por los planetas exteriores no puede ser anticipado, pues de lo contrario no sería un verdadero cambio sino simplemente una alteración o una extensión. Sólo puedes comprender a través de la cualidad consciente de tu ego, y si es ésto lo que está en proceso de cambio, entonces el cambio es hacia lo desconoci­do. Pero al menos podemos intentar algunas corazonadas in­tuitivas.


Creo que la convicción de que la realidad material es la única realidad es una visión típicamente capricorniana, y to­dos los esquemas éticos, de lucha y de comportamiento típica­mente capricornianos son vástagos de esta visión de la natura­leza de la realidad. Es posible que sea esta actitud central, con la que todos nacemos y nos desarrollamos, lo que vaya a cam­biar. Casi es imposible imaginar cómo sería este cambio, ya que durante nuestras vidas no hemos visto las cosas de otra manera. Ciertamente, nuestras nociones de gobierno y de quién es un líder adecuado están edificadas sobre esta misma visión del mundo. La concepción del mundo no siempre ha si­do ésta, y creo que es uno de los motivos por los cuales en­contramos tan difícil ahora entender la mente medieval, o la mente de los antiguos griegos que habitaban un mundo fértil en dioses. El aislamiento y la autoprotección de Capricornio son asimismo vástagos de esta misma identificación, no sólo con la realidad material, sino con el poder y la efectividad del ego. No creo que sea demasiado inverosímil imaginar cambios inducidos por la investigación científica, que puede llegar a ofrecernos no sólo una visión completamente diferente del universo físico, sino también de la naturaleza del ser humano. Ahora bien, esta conjunción transita sobre el Venus natal de Rusia y hace oposición a su Plutón natal, y ello simultáneo con el tránsito de Plutón sobre su Sol natal. Dado que Venus tiene que ver con las relaciones de pareja, lo cual en términos de países se traduce por naciones aliadas y satélites, yo espe­raría de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que se transformara en algo distinto a una unión. Venus-PIutón tien­de a intentar coartar a su pareja, ya que el problema del po­der penetra en las relaciones, y esto es lo que ha hecho Rusia.


Estos matrimonios forzados pueden explotar. Si el gobierno central entra en un estado de caos y cambio debido al tránsito de Plutón, y una nueva visión de la realidad comienza a fil­trarse en el colectivo minando la actual ética materialista, en­tonces no sería nada sorprendente ver una revolución en el país. El espíritu religioso innato del pueblo ruso ha sido apri­sionado y reprimido, y si se le diera una mínima posibilidad, volvería a liberarse.


Si un individuo recibiera este tipo de reto, podría sumer­girse en un periodo muy turbulento y tal vez llegar hasta a derrumbarse de algún modo, de manera que los rígidos puntos de vista de su ego pudieran alterarse volviéndose más flexibles y permisivos con las nuevas actitudes. Esto podría coincidir con la ruptura de su matrimonio y un posterior período de aislamiento, depresión, y de una reorientación gradual. Pero el gobierno ruso no tiene la flexibilidad de una psique indivi­dual. Si Rusia se derrumba, sería necesaria una forma de go­bierno completamente diferente. No hay lugar para movi­mientos de ninguna clase en el sistema de este país, al contra­rio de lo que podría suceder si se tratara de Inglaterra, por ejemplo, con su diversidad de partidos políticos. Por lo tanto la única salida que le queda es la ruptura.


P: Tal vez haya un retorno a un sistema feudal.


R: No creo que sea posible retroceder, una vez que el colecti­vo ha avanzado más allá de una fase determinada. Un país puede derrumbarse, desintegrarse y caer en el caos, pero siempre emergerá algo nuevo. El sistema feudal se basaba en una sociedad en la que no había un concepto o experiencia de individualidad. Se era rey, príncipe, caballero, sacerdote o siervo. Creo que la experiencia de las excelencias y valores del individuo está aquí para permanecer. El feudalismo nunca po­dría funcionar en un mundo donde la conciencia individual se ha desarrollado al grado en que lo ha hecho. En muchas na­ciones atrasadas tal vez todavía pudiera funcionar, pero no creo que sea el caso de Rusia.


Por otro lado, el retorno a la tradición de la realeza, vista bajo una nueva luz, puede que no sea imposible. El punto de vista místico es que un rey rige pero no gobierna. Es un sím­bolo de Dios sobre la tierra, pero no un tirano o un dictador. La importancia psicológica de tener una familia real es que ésta es la portadora de la proyección del Sí Mismo del colecti-vo. Representa algo permanente y antiguo que el tiempo no puede alterar, que lleva el poderoso símbolo del linaje real. Claro que en el mundo moderno somos escépticos sobre estas cosas. Pero los reyes y las reinas constituyen uno de los moti­vos más comunes en los sueños y, a pesar del cinismo cons­ciente, todavía encierran un poderoso significado para noso­tros.


Hasta aquí, mis observaciones sobre esta conjunción no han revelado nada terriblemente destructivo. Estoy segura de que habrá cambios, pero no los veo rodeados por una aureola violenta, al menos no en un sentido extraordinario. Capricor­nio es un buen signo, y sólido. Creo, más bien, que la fantasía del fin del mundo es el modo mediante el cual el inconsciente registra que van a ocurrir grandes cambios en el consciente. Probablemente valga la pena echarle un vistazo a lo que ocu­rrió la última vez que Saturno, Urano y Neptuno se alinearon juntos. No fue en la época de Marx, pues Saturno no estaba incluido en la conjunción. De hecho, la última vez fue alrede­dor de 1.307, aunque estoy segura de que esta fecha no hará que salten de sus asientos ya que no es una fecha memorable, históricamente hablando. La conjunción se produjo en Escor­pio. Sucedieron unas pocas cosas que en última instancia tu­vieron gran significado, aunque parecen pequeñas desde el punto de vista de los grandes acontecimientos. Por aquel en­tonces el rey de Francia, Philippe le Bel, necesitaba dinero. Para conseguirlo decidió apropiarse de los vastos recursos mo­netarios de los Caballeros Templarios, la orden de monjes guerreros que mantenía un estado político casi independiente y sólo respondía a la autoridad del Papa. El rey no podía di­solver a los Templarios sin conseguir una ratificación papal, y el Papa se negó a dársela. Hombre de recursos, hizo que asesi­naran al Papa y sobornó al colegio cardenalicio para que eli­gieran a su propio candidato. Este nuevo Papa todavía mantu­vo ciertas reservas, por lo que el rey hizo que lo secuestraran y se lo llevó a Francia, instalándolo en el palacio papal de Avígnon. Esto es lo que se conoce como el Cautiverio Babilónico.


Ahora bien, aparte de ser una interesante pieza de curio­sidad histórica, este hecho tuvo grandes repercusiones. La Eu­ropa medieval veía a la Iglesia como algo infalible e inamovi­ble. Entre las plagas, el bandidaje, el hambre y cosas así, la vida era bastante dura y poco segura. El Papa era el Vicario de Dios en la Tierra, con un aura de infalibilidad semidivina mucho mayor de lo que ahora podríamos imaginar. Lo que Felipe IV hizo fue arrojar a la Iglesia al caos, algo de lo que ésta nunca se recuperó totalmente. Durante un tiempo hubo dos Papas ejerciendo al mismo tiempo, uno en Roma y otro en Avignon. Cada uno pensaba que el otro era el Anticristo. Se dice que durante la época del Cautiverio Babilónico no se salvó ninguno de ellos. La fe total en la Iglesia se vio seria­mente sacudida, y cuando apenas se iniciaba una recuperación comenzó la Reforma. Por lo tanto, el año 1.307 marcó el co­mienzo del fin del poder absoluto de la Iglesia, la única voz que establecía la naturaleza y el significado de la realidad para todo el mundo conocido.


Creo que esta pequeña viñeta histórica es muy instructiva para nosotros ahora, ya que pienso que esta conjunción signi­fica que alguna interpretación básica de la realidad, que he­mos dado por cierta durante mucho tiempo, y que posee una autoridad absoluta sobre nosotros, va a ser conmovida. No sé de qué pueda tratarse. Al respecto, sólo cabe la especulación. La conjunción que mencioné anteriormente tuvo lugar en Es­corpio. La naturaleza del bien y del mal, el conflicto entre ambos, la dualidad del hombre entre la bestia y el ser espiri­tual, la naturaleza del poder, son todos temas escorpianos. El núcleo de la Iglesia medieval residía en la idea de que el hombre era una criatura pecadora, caída en desgracia debido al error de Adán, empapada de deseos carnales y bestialidad, y que sólo la Única y Verdadera Iglesia podía salvarlo de la maldición. Los medios por los que se mantenían estas creen­cias, como la tortura y los severas penas, son también franca­mente escorpianos. Sería posible debatir largamente en torno a este gran cambio en la concepción que el hombre tenía de Dios y el Diablo.


Volviendo a los temas por los que se preocupa Capricor­nio, cada vez que lo pienso me viene a la mente su visión ma­terialista de la realidad. Con esto no quiero significar materia­lismo en el sentido meramente financiero o económico. Proba­blemente un marxista supondría que se trata de esto pero, francamente, no creo que el dinero sea un problema realmente capricorniano. Sin embargo, sí lo es el ver el mundo sólo a través de los sentidos, y mi propia sensación subjetiva acerca de esta conjunción es que afectará a nuestras suposiciones sobre la naturaleza del universo físico y el cuerpo humano. Por las razones que acabo de mencionar, no interpreto esto como una gran explosión milenaria. No dudo que muchas cosas van a cambiar, y que tal vez se pongan bastante difíciles en un sentido material, ya que el mundo se está metiendo en difi­cultades con sus fuentes de energía y existen muchos proble­mas conectados con la distribución de la riqueza. Pero todavía me tienen que convencer de que esta conjunción anuncia la Tercera Guerra Mundial. La Comunidad Económica Europea podría convertirse en unos Estados Unidos de Europa, y pue­de que los coches funcionen a base de excrementos de gallina; pero, de cualquier modo, mis expectativas son que el mundo todavía estará aquí para el año 2.000. Fantaseo con la idea de que ya sé qué dirección toman los acontecimientos, debido a los nuevos descubrimientos que se están realizando sobre la aparente inteligencia e interconexión de lo que antes conside­rábamos sólo materia inanimada. Pero supongo que, como todo el mundo, no tengo más remedio que aguardar y sorprenderme con lo que ocurra.


P: ¿Es posible que vayamos a ser confrontados con el fin de toda idea materialistico-industrial y de la creencia de que una buena vida depende de la tecnología?


R: No tengo ni idea. Sospecho que esta clase de esperanzas y cuestiones son consecuencia del punto de vista político de ca­da uno, mientras que los planetas exteriores traen cambios que no pueden ser realmente previstos, ya que nunca antes los he­mos experimentado. La pregunta que usted acaba de hacer no es nueva. La gente ha estado lamentándose de la tecnología desde que los cretenses inventaron el inodoro. Yo creo que se trata de algo más profundo que eso. Le recomendaría que le­yera el libro de Norman Cohn, The Pursuit of the Millenium. La creencia de que la destrucción de las perversas máquinas y tecnología traerá una nueva edad de oro donde nadie se pelea­rá por la propiedad, es una fantasía arquetípica que ya ronda­ba con fuerza en la Edad Media. Lo que esto significa es que estamos proyectando nuestra propia maldad sobre las máqui­nas, lo cual no resuelve gran cosa. La tecnología ha facilitado que nuestras vidas sean enormemente fructíferas y nos ha da­do la posibilidad de desarrollarnos interiormente. La tecnolo­gía es el reflejo exterior de la conciencia diferenciada del ego.


Si un individuo proyecta todos sus valores sobre los aparatos, ése es su problema, no el mal inherente al aparato. Los cultos milenarios medievales tenían esa misma concepción sobre la tecnología medieval. El diablo estaba en las cosas materiales, ya que es mucho más duro aceptar al diablo en uno mismo. Además, no creo que a Capricornio le incumba la tecnología. Esta es mucho más acuariana, en coherencia con la visión que Acuario tiene del intelecto del hombre como susceptible de dominar a la naturaleza robándole sus secretos.


Plutón transita por Escorpio mientras esta conjunción atraviesa Capricornio. Ya mencioné antes algo sobre Plutón en Escorpio, y cómo este tránsito del planeta por su propio signo parece resucitar visiones antiguas que han permanecido ente­rradas durante mucho tiempo y que guardan relación con la naturaleza del alma, la inmortalidad y el renacimiento. En­cuentro esta combinación de tránsitos excitante más que ate­rradora. Hablando en términos de la astrología mundana, estoy segura de que Rusia se verá fuertemente afectada, pero eso es algo que no me perturba, ya que no siento gran simpatía por los encarcelamientos que tienen lugar bajo ese sistema políti­co. Aparte de esto, no tengo una idea clara sobre otros cam­bios mundanos. Debido a la tensión que los profundos cambios colectivos generan, creo que es posible que se cometa la estu­pidez de ir por ahí culpando a un sistema político u otro de todos los infortunios del mundo. Pero supongo que es más in­teligente ser pragmático y esperar, ya que los planetas exterio­res son siempre sorprendentes. Aunque pueda ser acusada de exceso de optimismo, el hecho de que esta conjunción tenga lugar en un signo de tierra hace que sienta con mucha más fuerza que podríamos emerger de ella con un mejor entendi­miento del mundo físico en el que vivimos, en vez de ser vo­lados en pedazos.


La conjunción también afecta las cartas de otras naciones. Una de ellas es Inglaterra. Tanto en el caso de la carta de la coronación de Guillermo e! Conquistador como en la de la fundación del Reino Unido, el Sol está en Capricornio y será transitado por la conjunción. Igualmente, América también se verá afectada, ya que la conjunción cae en oposición a su Sol, Venus y Júpiter en Cáncer. Creo que esta vez voy a dejarles que especulen sobre lo que esto pueda significar.


Es posible que la esfera de la religión esté también co­nectada con la conjunción que se aproxima, ya que considero que a Capricornio le concierne el lado formal de !a vida en general y, por lo tanto, el lado formal de la religión en parti­cular. El espíritu religioso no aparece necesariamente reflejado por Saturno, pero sí el dogma de la religión, porque Saturno es el recipiente formal del cual se rodea la visión mística. El dogma religioso es un esfuerzo por recrear un misterio que ocurrió en el pasado, ya fuere el que encarnó Moisés reci­biendo las Tablas de la Ley, el nacimiento de Jesús, la revela­ción de Mahoma, o la iluminación de Buda. De acuerdo con esto, la forma es un esfuerzo por hacer continuo y eterno algo que por propia naturaleza es momentáneo y milagroso. Tengo la sensación de que las pautas formales de la religión son muy importantes para muchos Capricornio, por lo que la travesía de la conjunción por este signo tiene mucho que ver con una pérdida de fe, desesperanza, el encuentro con la fe y la hu­mildad. Asociamos las rodillas con Capricornio, y es sobre las rodillas sobre lo que nos postramos cuando nos reclinamos.


Me he dado cuenta de una peculiaridad acerca de Saturno situado en la novena casa, que es, por supuesto, la casa aso­ciada con las actitudes religiosas y la imagen que una persona tiene de Dios. Los planetas ubicados en casa nueve describen qué clase de Dios experimentamos y qué poderes y atributos otorgamos a la divinidad. Saturno en novena es un Dios del Antiguo Testamento, que sostiene principios tales como la justicia, la ley, la humildad, el buen comportamiento, la con­ciencia y las buenas obras. Saturno en novena es terriblemente sensible al lado formal de la religión, con sus correspondientes códigos de comportamiento. En ocasiones, éstos pueden llevar a que la persona se convierta en antirreligiosa. Al no poder vivir con las demandas de Dios en su interior, rechaza la reli­gión con la esperanza de que con ella se irá su conciencia —que casi siempre está sumamente desarrollada— para acabar descubriendo que Dios se enfada exactamente igual desde el inconsciente. El Yahveh del Antiguo Testamento es un Dios orgulloso y receloso, y probablemente ama a Job porque éste es otro Capricornio como él, resistente al sufrimiento, sumiso y terco como una muía. Tengo la sensación de que hay ámbi­tos de las religiones que se verán fuertemente afectados por la conjunción, y son aquéllos que tienen que ver con los aspectos formales o dogmáticos más que los que se refieren a las creencias inherentes. Tal vez experimenten algún cambio las estructuras de las grandes religiones que han existido durante siglos. Esto parece muy probable, ya que existe un gran des­contento e insatisfacción dentro de las comunidades religiosas.


P: ¿Podría ser que la conjunción que cae en la carta de Ingla­terra significara que Inglaterra pierde su soberanía para con­vertirse en parte de Europa, o algo parecido?


R: No lo sé. Sus especulaciones son tan buenas como las mías. Ciertamente, esa es una posibilidad. Existen todo tipo de posi­bilidades. Inglaterra podría cambiar su naturaleza de monar­quía. La estructura del gobierno, con su Cámara de los Lores y su Cámara de los Comunes, podría cambiar. O podría mantener todas estas cosas y convertirse en un estado dentro de una Europa unida. Realmente, no tengo ni idea. De lo único que estoy francamente segura es de que la destrucción total es una cualidad plutoniana, y Plutón no toma parte en esta conjunción. Este es un cambio sin destrucción total.


P: Ya sé que ha dejado la especulación para nosotros, pero ¿no podría especular un poco sobre el modo en que esta con­junción afecta a la carta de América? Mis especulaciones son bastante alarmantes, ya que la séptima es la casa de los ene­migos.


R: Bueno, siempre existe esa posibilidad. Yo preferiría inter­pretar la séptima casa como la casa de las relaciones, en la que se experimentan tanto los estados amistosos como los conflic­tos. Sólo le puedo decir lo que diría si se tratara de una per­sona con el Sol, Venus y Júpiter en Cáncer en la séptima casa, y la conjunción de Saturno, Urano y Neptuno transitara por la primera casa en oposición a esos planetas. Sí Plutón estuviera involucrado, esperaría luchas de poder, un divorcio amargo con un montón de manipulaciones y dificultades, o la muerte de la pareja, o que la persona descubriese que ya no puede soportar más a la otra en su vida. Pero Plutón no está involu­crado. Saturno, usualmente, trae consigo enfrenamientos con uno mismo y la aceptación de las limitaciones y la soledad. Neptuno a menudo trae desilusión y un sueño que no termina realizándose como uno esperaba. Y Urano me sugiere separa­ciones, una división de los caminos. Todos estos planetas están atravesando la primera casa, lo que significa que es la propia persona, o el propio país, la que realiza todos estos cambios e introspecciones. No es nadie de fuera quien los causa.


Creo que antes mencioné que las personas que tienen el Sol en séptima casa no son muy autosuficientes. Necesitan de las relaciones para poder desarrollarse y no les gusta estar so­los mucho tiempo. Tienen tendencia a atarse a los asuntos de los demás y a funcionar como un mediador. Un Sol en sépti­ma casa puede ser un mediador muy creativo. He visto a mu­cha gente con este Sol ejerciendo como profesionales de la asistencia, Jung entre ellos y también Freud. Se sienten atraí­dos a intentar resolver conflictos, y ellos mismos se desarro­llan y crecen en el proceso. Creo que esto es típico de Améri­ca. América mete la mano en los asuntos de todos los demás países. Tiende a promocionar su imagen de mediadora, vigi­lando el mundo para mantenerlo libre. Aunque América es in­sular en términos de su cultura, y muchos americanos se enor­gullecen de no haber salido nunca de sus pueblos, no es en absoluto insular en su relación política y económica con otras naciones. Esta tendencia de intentar mediar, por un lado es admirable, y por otro más bien desafortunada, puesto que a veces los demás países se resienten de esta interferencia. Ade­más, dado que el Sol de América está en cuadratura con su Saturno en décima, debe asumir la desagradable y dura reali­dad de su propio gobierno, que a veces tiene un nivel incluso inferior al que América exige a los de sus países aliados. Para resumir, la cuadratura Sol-Saturno tiene un matiz de autoperdición. Las muy nobles ideas de la séptima casa colisionan con una política interna enredada.


Es el tema de las relaciones de América con otros países lo que yo creo que este tránsito afectará. Ya sea que lo que se dispara es, por ejemplo, el que las naciones árabes se nieguen a suministrar petróleo, ya sea cualquier otra cosa, me parece que será un periodo de introspección nacional, un período de apretarse el cinturón. Creo que se producirá una ruptura de las dependencias, lo que conllevará que el pueblo sufra un fuerte impacto en sus sueños de autosuficiencia. Los recursos para conseguir la autosuficiencia están, por supuesto, ahí, pero no se los ha explotado adecuadamente. En la carta de un indi­viduo esta clase de tránsito sugiere que el sentido de la identi­dad se encuentra en buena parte en la acción exterior. En el caso de América, su identidad está excesivamente supeditada a cómo la ve el resto del mundo. Venus y Júpiter en conjunción en la séptima casa sugieren cierto tipo de extravagancia, no sólo material, sino en términos del sentido de autoimportancia. Creo que este tránsito puede ser maravillosamente creativo, porque implica una especie de crecimiento. No pretendo ofen­der a los americanos que hay en la audiencia, ni está en mi ánimo realizar una crítica desagradable. Pero América, a dife­rencia de los países europeos, es una nación muy joven, con tremenda vitalidad, que nunca ha sido invadida, conquistada ni obligada a someterse, y que nunca ha tenido que atravesar por los siglos de contiendas demoledoras y pobreza que han afligido a Europa. La depresión de 1.929 fue un golpe espan­toso para América, ya que nunca antes había experimentado algo así. Pero cualquier país de Europa posee una larga histo­ria de terribles privaciones, guerras, invasiones y caos. Decir que el tránsito puede implicar un período de crecimiento no es un insulto, sino una constatación de cómo están actualmen­te las cosas.


A medida que la conjunción avanza hacia la última parte de Capricornio, Saturno se distancia dejando de estar incluido en ella. Urano y Neptuno transitan entonces sobre el Plutón de América, ubicado en la segunda casa. Esta casa tiene que ver con los recursos y la riqueza, tanto de un país como de un individuo. Debido a que Saturno ya no está involucrado, diría que esto podría producir cambios en los esquemas de valores. El énfasis que América pone en la riqueza y expansión mate­rial sufrirá un cambio importante. Plutón en la segunda casa está dotado de una actitud muy codiciosa, y tiende a ser in­tenso y apasionado en lo que se refiere a su riqueza, pero también tiende a experimentar cambios radicales a largos in­tervalos. En astrología mundana se dice que Plutón rige mo­nopolios y enormes conglomerados de empresas, debido a las pautas de poder que representa. Por eso diría que hay una gran probabilidad de que América experimente cambios im­portantes en esta esfera. Ciertamente, con todos estos datos ustedes pueden ya reunir el escenario. Por supuesto, puede que no sea el escenario correcto. Pero me siento inclinada hacia esa posibilidad, más que a imaginarme una guerra con Rusia.


Creo que al final es igual de productivo considerar esta conjunción en función de la repercusión que tiene sobre nues­tra propia carta. Tal vez eso sea más edificante, ya que sobre los países sólo podemos hablar en general, mientras que un individuo conoce mucho más íntimamente el esquema de su propia vida. Además, tiene algo que decir sobre lo que le ocu­rre a él individualmente, mucho más de lo que podría decir sobre su país. Sé lo fácil que es alarmarse acerca del tránsito de los planetas exteriores, ya que se encuentran más allá del alcance y control de un individuo. Pero si traen cambios que son difíciles o desagradables, todos tenemos algo que decir so­bre cómo vamos a responder a estos cambios. Creo que lo que dice Jung —que la vida de un individuo es característica de si mismo— es muy relevante. Lo que aparece en tu vida es lo que necesitas, y es una oportunidad. Creo que esto es particu­larmente cierto con respecto a los planetas exteriores, que asustan al ego pero lo abren para que la persona pueda vivir lo que potencial mente necesita para su desarrollo.


P: ¿Puede hacer algún comentario sobre los terremotos? Un cierto número de astrólogos cree que la conjunción desencade­nará un terremoto gigantesco en California.


R: No tengo ni idea. Se ha especulado sobre un gran terremo­to durante mucho tiempo. Creo que se debería mirar la carta de California, y yo no he tenido la posibilidad de hacerlo. Un estado tiene una carta, igual que una nación. Si todo el estado fuera a deslizarse al Océano Pacifico, creo que entonces la conjunción debería afectar muy intensamente alguna parte vi­tal de la carta de California. Realmente no puedo especular sobre terremotos. Hay un buen número de profecías de clari­videntes al respecto, pero mantengo ciertas reservas sobre ellas porque las visiones de los clarividentes son como sueños, y és­tos a menudo son sólo el símbolo de algo, en vez del anuncio literal de un evento por ocurrir. Se podría establecer un largo debate en torno a esta cuestión, ya que el petróleo californiano es muy importante para la economía de América. Si hubie­ra un desastre masivo en California, repercutiría muy seria­mente en el bolsillo de América, lo cual es algo que podría estar indicando ese tránsito de la conjunción sobre Plutón en casa dos. Realmente no lo sé. Personalmente, he sentido siem­pre el temor de que pudiera haber un gran terremoto en Cali­fornia, pero ello se debe más a mis propias fantasías que a un pronóstico astrológico. Un terremoto es un símbolo sumamente primordial de destrucción. Es un acto de Dios, y es así como lo denominan las casas de seguros. Obviamente, hay tema de sobra para investigar. Pero me gustaría ver la carta de Cali­fornia antes de empezar a especular.


P: ¿Qué parte de la carta miraría?


R: El ascendente, ya que es lo que representa a la propia enti­dad, a su forma corpórea. En la carta de un individuo el as­cendente es el punto de su encarnación. Por esta razón, tradi-cionalmente rige el cuerpo físico y la postura básica ante la vida. Creo que esto mismo es aplicable al ascendente de un estado, una ciudad o un país. Para un país, la décima casa re­presenta su forma de gobierno, así como en la carta de una persona representa sus valores sociales y códigos de comporta­miento consciente*. Nos gusta ser vistos como nuestros mediocielos, pero lo que verdaderamente somos es, en esencia, nuestro ascendente y el Sol. La segunda casa son los recursos de la entidad, y asi sucesivamente. Si una persona tiene un tránsito fuerte a través de la décima casa, entonces a menudo cambiará de trabajo, o alterará los objetivos de su carrera, o se presentará a si misma de una manera completamente dife­rente ante el mundo. Pero un tránsito fuerte sobre el ascen­dente provocará un cambio en su carácter básico. O tal vez debería decir que revela facetas de su carácter básico de las que hasta entonces era inconsciente.


Por tercera vez repetiré que no soy una experta en astrología mundana y, aunque actualmente hay muy pocos libros editados que hayan aportado una nueva luz en este campo, si les interesa el tema pueden leer el libro de Charles Cárter so­bre astrología política, que es muy bueno. Hubo un tiempo en que era fundamental estudiar las cartas de las naciones y las ciudades. Recientemente encontré un libro en la Biblioteca del Museo Británico que data del siglo dieciséis, y es una especie de versión renacentista de Margaret Hone. Es una enorme obra en tres volúmenes para el estudio de la astrología, pero lamentablemente está escrito en latín. La mayoría de las ins­trucciones están dedicadas a la interpretación de cartas judiciarias de ciudades y naciones. Hay un puñado de horóscopos natales de los nobles de la época: varios reyes, príncipes y du­ques. Pero donde se hace mayor énfasis es en las cartas mun­danas. El autor era un hombre llamado Lúe Gauricus, que era el astrólogo personal de diversas familias regentes de Italia. Este astrólogo no hubiera soñado en hacer su trabajo sin incluir los horóscopos natales de las ciudades correspondientes: Florencia, Venecia, Mantua, etc. De otra manera, ¿cómo po­dría vaticinar a sus mecenas lo que pudiera ocurrirles? Ahora hemos perdido todo esto. Soy bastante lega en los sutiles prin­cipios de la astrología mundana, y creo que, tarde o temprano, alguien tendrá que traducir los trabajos de Lúe Gauricus para que podamos volver a aprender lo que una vez fue un aspecto muy honorable del estudio astrológico.


Claro que en el siglo dieciséis no se efectuaba una inter­pretación psicológica de las cartas, ya que no existía el con­cepto de psique. Platón y otros filósofos griegos tenían mucho que decir sobre la psique, pero la corriente principal de la as­trología se alejó de los caminos de Platón poco antes de que apareciera Lúe Gauricus. Esa es la razón de que todos los in­dividuos y países sobre los que escribe Gauricus estén predes­tinados. No existía la posibilidad de elección. El astrólogo va­ticinó que el rey Enrique II de Francia moriría en su cuadra­gésimo primer cumpleaños en un torneo debido a una herida en un ojo, y así sucedió. Gauricus estuvo bastante acertado en esta predicción. El rey murió cuando el astrólogo predijo que lo haría. Nunca se les hubiera ocurrido, tanto a Gauricus co­mo al rey, también conocedor de la profecía, que hubiera al­guna escapatoria. No existía el concepto de internalizar un problema. Pero es posible que en lo que se refiere a astrología mundana estos principios no hayan cambiado mucho, aunque creo que las naciones están un poco menos predestinadas que antes porque en general la gente es mucho más consciente y, en gran parte del mundo, más libre y puede al menos elegir o destituir a sus gobernantes. No obstante, tal vez sea excesiva­mente optimista, ya que la Alemania nazi es un suceso de apenas hace cuarenta años y el Irán de Jomeini no se diferen­cia mucho de una ciudad-estado italiana del siglo catorce go­bernada por un tirano.


P: ¿Cómo se podría establecer la carta de un país que carezca de una fecha de fundación determinada, como ocurre con Ga­les?


R: No se puede. No queda otro remedio que usar la carta del Reino Unido, pero como cualquier gales podría decirles, Gales tiene su propia identidad. Hay naciones que poseen una enti­dad psíquicamente independiente aunque políticamente no sean autónomas. Literalmente hablando, el país de Gales no es autónomo. El que esto sea acertado o erróneo es un debate que dejo para los galeses.


P: Tal vez podría conseguirse algo trabajando sobre la carta de un héroe nacional, como Owen Glendower.


R: Ciertamente es una posibilidad, siempre que se pudiera conseguir la carta de Owen Glendower. Pero me temo que esa carta es tan inaccesible como la carta de Jesucristo. Owen Glendower es tanto un mito como un hombre real, y cierta-mente encarna el espíritu libre de Gales. Pero no existen datos de su nacimiento. Lo mejor que se podría hacer con Gales sería trabajar con pueblos y ciudades galeses en particular, cada uno de los cuales tendrá una carta correspondiente a su naci­miento como entidad. Me temo que no se pueda hacer mucho más.


Con Escocia el problema es el mismo. Creo que en mu­chas naciones modernas subsisten partes que no se sienten realmente iguales al cuerpo político principal, sin embargo sus datos natales son imposibles de obtener. Está el caso de los vascos, que intentan luchar violentamente por su autonomía. El ducado de Lorraine siempre se ha resentido de formar parte de Francia. Y el sur americano provocó una guerra civil en su esfuerzo por establecer su propia autonomía. Todas las naciones satélite de la Unión Soviética tienen una entidad original, como Latvia y Lituania, y así sucesívamente. Pero no se les puede levantar una carta. Al menos, no todavía.


Esto puede parecer muy injusto, máxime si uno es un pa­triota gales, escocés o lituano, pero como dije antes, estos ho­róscopos mundanos sobre los que trabajamos se refieren a en­tidades políticas, no al alma de un pueblo. Gales no es un país autónomo. No pretendo ofender a los galeses, pero es parte del Reino Unido, que si tiene una carta natal. Conseguir la carta de Inglaterra es fácil, porque tenemos la fecha de la coronación de Guillermo el Conquistador. Pero el problema surge otra vez con Alemania. La moderna Alemania Federal apenas es representativa del pueblo alemán en un sentido histórico. Alemania nunca estuvo unida hasta la época de Bismarck. Baviera era un reino separado, igual que Prusia. Había duca­dos y estados individuales frágilmente unidos bajo el paraguas del antiguo Sacro Imperio Romano de los Habsburgo. Lo único que se puede hacer es levantar las manos y resignarse con el horóscopo de la Alemania Federal que nació después de la última gran guerra.


Hay una tradición mística que dice que las distintas na­ciones son gobernadas por signos diferentes, en lo que respec­ta al alma de esa nación. Es decir, que el verdadero carácter nacional tiene su reflejo en un signo en particular, sin impor­tar qué entidad política se ha insertado en el alma nacional en cualquier momento de su historia. Esta idea es atractiva, pero claro, en la práctica uno no puede trabajar con ella. Yo puedo suponer que Rusia es Escorpio o que Alemania es Aries, o lo que sea, pero nunca puedo saber si ello se debe a mi propia proyección sobre esa nación. Por lo tanto, no lo tomaremos en consideración. Es un poco como intentar conseguir una carta para el Ego individual, que es sobre lo que Alice Bailey escri­be. Es un tema maravilloso y muy sugerente, pero no se puede hacer nada con ello en un sentido práctico. Está muy bien creer que tú respondes al Séptimo Rayo y que tu alma real­mente es Virgo. Pero a la postre, estás sujeto al horóscopo de tu nacimiento, porque en última instancia esa es la vida que tendrás que vivir. Espero no haber deprimido a ningún gales. No creo haberlo hecho, ya que mi impresión es que tienen un sentido muy claro del alma.



Liz Greene: "Los Planetas Exteriores y sus Ciclos" (1983)
Quinta Conferencia







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