Esta es la situación a la que han conducido a buena parte de nuestra juventud más preparada, la que ahora revierte en otras fronteras el esfuerzo de "inversión" que el estado realizó en su educación.
Mientras tanto aquí, en Madrid donde residimos, algunos de los presuntos responsables de esta situación aprueban ahora mismo más leyes y normas para que los golpeados por su crisis, los que lo han perdido todo, desaparezcan de las calles y plazas convirtiéndolos así de facto en los nuevos "apestados" para el poder.
No solamente han hundido sus vidas, su futuro y el de quienes dependen de ellos, sino que además no quieren enfrentar el resultado de sus delictivas actuaciones, ni que su presencia en las calles hable a otros de la situación real de bancarrota que atraviesa nuestro país.
Como reza la cita bíblica en el libro sagrado de la religión que hipocritamente muchos de los actualmente instalados en el poder en España confiesa de forma pública e impúdicamente profesar: "¡Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda!" (Mt, 6, 3).
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