Recuerdo aquella tarde, parecía un día cualquiera, sin embargo al llegar a casa vi el rostro descompuesto de mi padre...
Mi padre, que había esperado cuarenta años para ver de nuevo una democracia en España, que mientras otros padres, los de mis amigos, veían cada noche, la única televisión que podía verse entonces en España, la del canal estatal TVE, se recluía en su dormitorio y como en una ceremonia nocturna, exorcizaba el pasado mientras escuchaba semiclandestinamente, y con indisimulado regocijo, la emisión en español de la BBC. A través de este vehículo, que llegaba como un milagroso cordón umbilical, la radio en Onda Corta le mantenía al corriente de lo que realmente estaba sucediendo en España. Esos cuarenta largos años de espera estaban tocando definitivamente a su fin, mientras, un hombre criticado por todos, con una clara visión de futuro, incomprendido, solo y decidido. Con fe inquebrantable, comandaba la nave zigzagueante a través de la galerna.
Mi padre parecía muy preocupado, luego supe la verdadera razón: Le preocupábamos nosotros, no él mismo. En su dura juventud había pasado tres años y medio de trabajos forzados durante su servicio militar. Como un castigo ejemplar, la Dictadura Franquista le había hecho recalar en la entonces isla de los deportados, Fuerteventura. Su único delito entonces había sido tener la edad que tenía, y estar donde estaba en aquel momento, cuando las tropas Franquistas finalmente tomaron Madrid.
Le recuerdo aquella tarde, hace 33 años... Me miró con cara de tristeza, seguramente recordando su propia experiencia y temiendo lo peor, para mi hermano de 23 años y para mí, que entonces contaba sólo con 20. Si el "Golpe" triunfaba, seguramente que ambos íbamos a ser "carne de cañón"....
Recuerdo sus palabras. Solamente pronunció esta frsse:"Tanto tensar la cuerda de un lado y de otro, que al final se ha roto...".
Esta metáfora pronunciada aquel día angustioso, define perfectamente la situación de aquella época, la tensión a la que fue sometido Adolfo Suarez, el hombre que dirigía los designios de mi país en aquellos difíciles momentos y que recuperó la Democracia en España., Han tenido que pasar casi 40 años para que unos y otros le reconozcamos su valía, entonces negada por todos. Yo mismo fui uno más de los que le criticó en aquellos difíciles años, pero ahora, con la certera perspectiva que sólo otorga el tiempo, debo reconocer finalmente, el mérito indudable de aquel hombre, un presidente, el único hasta la fecha, que nuestro país nos ha dado en nuestra breve historia democrática, que supo dimitir cuando pensó que era lo mejor para todos. Después llegaron otros de mucha menor talla política y ética, que se aferraron como lapas a poder, cuando salpicados por los escándalos, la prudencia aconsejaba su abandono inmediato del cargo.
Esta metáfora pronunciada aquel día angustioso, define perfectamente la situación de aquella época, la tensión a la que fue sometido Adolfo Suarez, el hombre que dirigía los designios de mi país en aquellos difíciles momentos y que recuperó la Democracia en España., Han tenido que pasar casi 40 años para que unos y otros le reconozcamos su valía, entonces negada por todos. Yo mismo fui uno más de los que le criticó en aquellos difíciles años, pero ahora, con la certera perspectiva que sólo otorga el tiempo, debo reconocer finalmente, el mérito indudable de aquel hombre, un presidente, el único hasta la fecha, que nuestro país nos ha dado en nuestra breve historia democrática, que supo dimitir cuando pensó que era lo mejor para todos. Después llegaron otros de mucha menor talla política y ética, que se aferraron como lapas a poder, cuando salpicados por los escándalos, la prudencia aconsejaba su abandono inmediato del cargo.
De aquellos momentos me quedo con tres figuras de dimensión soberbia, que hasta entonces fueron enemigos políticos, aunque después supe que se apreciaban mucho en privado. Esos otros personajes eran el General Gutierrez Mellado, un militar extraordinario, por entonces ministro de Defensa del gabinete comandado, hasta aquel momento, por el presidente Adolfo Suarez, y Santiago Carrillo, el carismático líder del Partido Comunista de España, que Suárez, en contra de todos, había sacado de la clandestinidad en el año 1977. Los tres dieron la talla, en una actitud que les honra y habla de su talante y grandeza, con una respuesta sin arrugas, algo de lo que adoleció el resto de los allí presentes, plena de generosidad y valentia, la que se espera de quienes dirigen los designios de un país soberano: Cuando irrumpían a golpe de metralleta los números de la Guardia Civil en el Congreso de los Diputados comandados por el teniente coronel Tejero, sólo ellos tres, en un hemiciclo ocupado por casi doscientas personas, permanecieron en pie, dando la cara, desafiando las órdenes tajantes de los asaltantes, apoyadas expeditivamente por los disparos: "¡¡Todos al Suelo!!"
Ahora que la figura de Suarez ha desaparecido todos parecen olvidar lo que entonces escribieron durante su mandato. Tras su muerte, los periódicos hablan de Adolfo Suárez como el artífice de la transición y un gran estadista, pero entonces, como yo mismo hice, criticaron sus cuatro años y medio de gobierno y su dimisión:
- El País recriminó la "debilidad" del presidente dimisionario y tachó de "insulto al pueblo español" su marcha, que según el periódico no fue suficientemente explicada
- ABC encontró "lógica" la decisión de Adolfo Suárez tras sus "errores palmarios" y una "política titubeante" que había generado "desencanto" social.
Atrás queda la figura de este hombre, el más intachable presidente que seguramente hemos tenido y tendremos en nuestro país en muchos años, al que el destino dejó sin memoria, tal vez para olvidar la traición de aquellos en los que erróneamente un día depositó su confianza, y la desgracia que como una maldición, después de su abandono de la política activa, sobrevino sobre su familia. Tuvo que hipotecar su casa de Cebreros, (su pueblo), para poder pagar el tratamiento de cáncer que infructuosamente siguió su mujer, y perdió aquella morada. Cuando dejó de ser presidente renunció al sueldo que le correspondía como ex; dimitió de su cargo como presidente porque creyó que, en aquel momento, era lo mejor para el país; antepuso siempre el interés de España al personal y al de su partido UCD, valdría la pena que los políticos actuales aprendieran de él, pero dudamos que lo hagan, pues como su amigo, el recientemente también fallecido actor Sancho Gracia solía comentar al refirirse a su figura: "Suarez es Suarez". Y esa talla está reservada para pocos.
Descanse en paz este gran hombre.
ADOLFO SUAREZ
25 Septembre 1932
ADOLFO SUAREZ
TRÁNSITOS
FALLECIMIENTO
23 Marzo 2014
ADOLFO SUAREZ
PROGRESIONES SECUNDARIAS
FALLECIMIENTO
TRÁNSITOS
23 Marzo 2014
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
ADOLFO SUAREZ
TRÁNSITOS
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
ADOLFO SUAREZ
PROGRESIONES SECUNDARIAS
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
ADOLFO SUAREZ
TRÁNSITOS A PROGRESIONES
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
ESPAÑA
RESTAURACIÓN MONARQUÍA
SINASTRÍA
ADOLFO SUAREZ
ESPAÑA
RESTAURACIÓN MONARQUÍA
TRÁNSITOS
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
ESPAÑA
RESTAURACIÓN MONARQUÍA
PROGRESIONES SECUNDARIAS
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
ESPAÑA
RESTAURACIÓN MONARQUÍA
TRÁNSITOS A PROGRESIONES SECUNDARIAS
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
ESPAÑA
RESTAURACIÓN MONARQUÍA
SINASTRÍA
ADOLFO SUAREZ
TRÁNSITOS
INTENTO GOLPE ESTADO
23 Febrero 1981
Adolfo Suárez planta cara a Tejero en el 23-F
Los españoles más interesados en conocer quien era el nuevo presidente del Gobierno empezaron a verle en fotos vestido de falangista, con la camisa azul y la corbata negra, a verle como un funcionario del franquismo en diversos cometidos dentro de la Secretaría General del Movimiento.
Pero esta primera imagen pronto dejó paso a un Adolfo Suárez que desmontó, durante el período conocido por la Transición, el aparato del franquismo: las Cortes, policía, ejército, sindicato y ordenó retirar el yugo y las flechas de la Calle de Alcalá, sede del sindicato vertical.
Suárez estudió derecho en Salamanca por libre, con dificultades, luego se preparó en el Colegio Universitario Francisco Franco para doctorarse en derecho por la Universidad de Madrid. Fernando Herrero Tejedor lo ayudó a escalar en la política dentro de la Falange, primero en 1961 como jefe de Gabinete, después en 1967 procurador en Cortes por Ávila.
En 1968 es gobernador de Segovia, director de RTVE en 1969, y en 1975 es nombrado por el ministro Herrero Tejedor vicesecretario general del Movimiento. El mismo año es ministro secretario general del Movimiento en el Gobierno de Arias Navarro.
En 1976, con 43 años es nombrado presidente del Gobierno. Un presidente que se volcó en el servicio a España, de consenso, con las demás fuerzas políticas, un presidente conciliador, de diálogo.
En 1977 decretó la amnistía, legalizó los sindicatos, negoció los famosos Pactos de la Moncloa donde demostró sus principios sociales. El domingo de Pascua los españoles se levantan conociendo la legalización del Partido Comunista de España y la llegada de Santiago Carrillo, después del encuentro clandestino entre Suárez y Carrillo donde negociaron la aceptación de la monarquía por el comunismo. Igualmente permitió la llegada de Tarradellas, “Ja sóc equí”, el mismo año.
Negoció la Constitución con los representantes de los partidos políticos, aprobada en 1978.
Adolfo Suárez gobernó España con el partido de la UCD, de centro-derecha, gana las elecciones de 1979 con su célebre frase “puedo prometer y prometo”.
Pero la UCD, fundada por él, acogía a muchos “cachorros “ del franquismo (son los que no le dejan gobernar a su estilo, parecido a lo que sucede en el PP hoy en día). Gobierna apenas en dos cortas legislaturas donde dejó patente su enorme sacrificio para consolidar la democracia para todos, sin enfrentamientos pasados, pero también con una posición social en sus gobiernos, principios sociales aprendidos en su paso por la Falange, principios sociales, que no abandonó nunca y su honradez personal, digna de encomio en los tiempos que corren.
Adolfo Suárez llevó con resignación su enorme carga política. Se cuenta que en los banquetes oficiales en el Palacio Real o en la Moncloa, debido a la tensión del momento, su cuerpo no podía admitir comer normalmente, su comida era una simple tortilla francesa y un café con leche, platos fuera del rimbombante menú oficial.
No era “santo de devoción” de unos ni de otros. Atacado por los socialistas, que le presentan una moción de censura en 1980, Alfonso Guerra le llega a llamar “tahúr del Mississippi”en una desafortunada ocasión, aunque después le alabó por todo lo que hizo en la Transición.
Pero también fue atacado de forma “inmisericorde” por los “barones” de su partido que le dejan aislado, sólo. Tampoco la Iglesia le apoya, por la ley del divorcio. Sin un apoyo fuerte del rey, Adolfo Suárez analiza que puede ser un obstáculo, percibe un futuro golpe de estado conociendo las reuniones de militares y en 1981 decide dimitir.
El 23-F de 1981, Adolfo Suárez demuestra su enorme valentía al permanecer en su escaño cuando a punta de pistola era requerido para que se tirase al suelo.
En 1982, deseoso de volver a la política, funda el partido CDS (Centro Democrático y Social), una posición de centro-izquierda.
Es elegido diputado por Madrid en varias legislaturas, pero no contó con el apoyo de la banca y los poderes fácticos. No consiguió volver al poder. Dimite definitivamente de la política en 1991.
Sus dos mayores disgustos como político fueron: El trato de los “barones” de su partido de la UCD, que lo menospreciaron, le dieron la espalda, le dejaron de lado y el nulo apoyo recibido en el CDS.
Disgustos que Adolfo Suárez no se merecía de los españoles después de su entrega, sacrificio y honradez al servicio de los mismos.
Más tarde, debido a las consecuencias de graves enfermedades sufridas por su mujer y dos de sus hijas, se vio obligado a hipotecar su casa de Ávila e invertir todo su capital para intentar salvar sus vidas . Se había marchado de la política con las manos vacías, sin retiro, sin un puesto oficial.
En los últimos años, los españoles conocen que el presidente perdió la memoria, está enfermo de Alzheimer, el rey le visita y Adolfo, que no le conoce, le pregunta ¿tú también vienes a pedirme dinero?.
Rara Avis este gran hombre que nos ha enseñado lo que realmente puede llegar a ser un ser humano.
Rara Avis este gran hombre que nos ha enseñado lo que realmente puede llegar a ser un ser humano.
Imprescindible que vean este vídeo:
http://jmalvarezblog.blogspot.com/2014/03/nos-importa-un-carajo-adolfo-suarez.html
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ResponderEliminarYo también en aquel tiempo consideraba en su día a Suárez un fascista sin más, y no me planteaba, porque lo desconocía entonces, que a un hombre son otros aspectos más universales e internos los que le definen. Es verdad que Suárez ascendió bajo el auspicio de una dictadura manchada de sangre y del fascismo español que representaba la Falange, pero también lo es que, una vez alcanzado el poder, podía haberse dedicado a medrar y sucumbir a la soberbia, la pereza, la avaricia... o la cobardía, como, por ejemplo, le ha ocurrido a Felipe González, el primer presidente socialista de la democracia que ha perdido una oportunidad única en su vida y en la historia para ser un Hombre con mayúsculas, como finalmente Suárez ha sido.
ResponderEliminarPero, Erny, solo los buenos Hombres como tú, son capaces de reconocer a los Otros y rectificar admitiendo el error de visión de juventud que... afortunadamente pasa. Gracias por este apunte sobre Suárez porque quien vea tus posicionamientos políticos aparentes no podía esperarlo, aunque si miramos un poco mejor lo que haces, no tiene que ver tanto con ideas políticas o ideológicas y sí con la dignidad, la valentía, la honradez, la solidaridad, la libertad, la entereza, la empatía, la Humanidad. Enhorabuena por este In Memoriam porque honras con él a un gran Hombre y te honras a ti mismo.
a mi si me importa mucho, como el no habra otro presidente, es el mejor, dios lo tenga en su gloria.
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