sábado, 12 de abril de 2014

Cataluña - Referendum Independencia: Jugando a ser los Gallos en Cataluña


Jugando a ser los Gallos en Cataluña


Pesos pesados de la ​​política en España enfrentados en posturas irreconciliables por motivos secesionistas  podrían conducir al  desgarramiento  del país.









El impasse crece en la cuenta atrás hacia el día en que Mas y sus aliados nacionalistas han jurado que los catalanes podrán decidir. Dado que un fallo de la Corte Constitucional en 2010 eliminó partes del estatuto de autonomía de Cataluña, que había sido aprobado en un referéndum regional, el apoyo a la independencia en Cataluña ha aumentado hasta un grado sin precedentes desde el retorno de España a la democracia a finales de 1975. Desde el punto de vista de Madrid, sin embargo, Cataluña,  junto con Madrid y Baleares es una pieza clave dentro de la economía española, ya que aporta el 20 por ciento del PIB siendo una de las tres autonomias de las 17 regiones de España (comunidades autónomas) que en forma general contribuyen positivamente  a las finanzas públicas del país.

Unos 1.300 kilómetros más hacia el norte, en otro debate secesionista, las autoridades escocesas y el gobierno británico superaron la ausencia de un marco constitucional firme para ponerse de acuerdo sobre los términos del referéndum sobre la independencia que tendrá lugar este año. Pero en España no existirá una sana contienda política acerca de la permanencia o salida. En su lugar, la negativa obstinada del gobierno del Partido Popular (PP)  para discutir las reglas del juego y las ideas nacionalistas de la región catalana, apoyadas en la suprema voluntad de su pueblo para decidir su propio destino, se han combinado peligrosamente para crear una crisis cuyas últimas consecuencias nadie conoce con certeza.

En una esquina, el primer ministro conservador Mariano Rajoy se limita a reiterar que "el referéndum no se llevará a cabo, sino que es ilegal." En la otra esquina, Mas insiste en que la votación seguirá adelante incluso si tiene que "colocar las urnas fuera" en las calles.

La ausencia de una voluntad evidente de negociación es alarmante. Pero ¿existe alguna posición intermedia? los viejos mecanismos de estructura territorial autonómica en España que permitían a los gobiernos regionales  negociar niveles asimétricos de poder con la administración central aparentemente se han roto. El Partido Socialista de los Trabajadores, en la oposición, tanto a nivel nacional como en la mayoría de regiones, incluyendo Cataluña, está tratando de revivir el espíritu de compromiso con un paquete de reformas constitucionales que ampliarían aún más la autonomía regional. Pero los dos hombres instalados en el poder que realmente deciden apenas han dejado  margen de maniobra.

El astuto Rajoy tiene en su partido el PP, un ala derecha radical anti-regionalista que tiene que contentar, como también al creciente apoyo del frente de fuerzas políticas, como la Unión Nacional, el Progreso y la Democracia y el partido catalán Ciutadans, que se oponen a gritos a una mayor autonomía para la España de las regiones. Por otro lado, el conservador bloque nacionalista catalán CiU de Mas, que ha sido la fuerza política hegemónica en Cataluña desde la restauración democrática en España,  se enfrenta ahora con Esquerra Republicana (ERC), el partido radical catalán que apoya inequívocamente la independencia para la región. un rival real que le disputa el poder. Peor aún para Mas, los viejos escenarios del libro de rutas de CIU para negociar mayores poderes autonómicos a cambio de estabilidad política ya no parecen funcionar.

La masiva participación el 11 de septiembre en la manifestación a favor de la independencia de 2012 en Barcelona justificó el viaje de Mas a Madrid para proponer un ambicioso "pacto fiscal" desarrollado en la linea del entonces status del régimen concedido también para el rico País Vasco de España, por lo que el monto de los impuestos recaudados en Cataluña habría de ser igualado por el gasto público. Una propuesta que Rajoy rechazó tajantemente y que cayó como un jarro de agua fría, después del cual Mas convocó elecciones anticipadas para el parlamento regional.

Posteriormente aplicó con entusiasmo las medidas de austeridad contra los servicios públicos catalanes, dando la sensación de que CiU había manipulado con metas electorales y de forma cínica los sentimientos favorables a la independencia. La invocación a una victoria por mayoría,  para poder moldear así el futuro de Cataluña resultó poco carismática, aumentando las acusaciones sobre Mas en el sentido de ser un petardo mojado. Este modesto resultado electoral lo lanzó  definitivamente en brazos de la inflexible ERC, cuyo apoyo parlamentario es crucial para el primer ministro.

Torreblanca sostiene que Mas ha sido deslumbrado por la "oportunidad histórica", presentada como la de mayor apoyo hasta la fecha para el nacionalismo, Pero está "tratando de montar a un tigre... Una vez que está sobre él, no puede controlar su dirección." De la posición de Rajoy, Torreblanca señala, citando el apoyo que existe entre algunos magnates del PP para que el Gobierno central protagonice una intervención  en Cataluña, cuyas finanzas públicas están en desorden, que el primer ministro "no ve ninguna alternativa mejor a las tácticas obstruccionistas ya que tiene que contentar al núcleo duro de la derecha de su partido", 

Pero para César Molinas, un consultor financiero y ex asesor económico de pasados gobiernos, la negativa a negociar de Rajoy es peligrosa y sólo sirve para apuntalar su electorado conservador. "Es una política de tierra quemada. La tentación de ganar votos en Madrid es más fuerte que el deseo de hacer frente al problema catalán", dice Molina. Significativamente, la ventana de oportunidad ofrecida por un año raro en España, sin elecciones (2013), se ha cerrado ahora con las parlamentarias europeas en mayo.

En medio de la fiebre electoral, no hay ninguna certeza de que las principales fuerzas soberanistas catalanas pueden mantener su cohesión. La  izquierdista ERC ha tenido que tomar la amarga medicina de aprobar el presupuesto de austeridad del gobierno de Mas de 2014, sin embargo, aspira a superar a CiU como principal partido en la región, y según las encuestas indican esta es una posibilidad real. "Lo único que [CiU y ERC] tienen en común es la independencia. Si gana las elecciones, ¿ERC no va a querer gobernar?" se pregunta Molina. De hecho, la victoria,  que señala una reciente encuesta, de ERC sobre CiU en las próximas elecciones europeas de mayo, puede ser en sí misma significativa para la situación de Cataluña, puede llevar a Mas a la conclusión de que su única esperanza es negociar con otras fuerzas políticas españolas - si es que él puede encontrar un interlocutor.

Por supuesto, que no hay ninguna negociación - sobre quién parpaderá primero- .en un juego entre gallos  Rajoy confía en la mayoría absoluta de que dispone en el Congreso, y en la firmeza del Tribunal Constitucional (que recientemente anuló una declaración de soberanía efectuada por el parlamento catalán), además está el hecho de que España podrá vetar la adhesión de una futura Cataluña independiente en la Unión Europea.  Todos ello debilita la determinación de Mas. Pero existen riesgos claros si se desarrolla el escenario en el que un referéndum no oficial, cuyos resultados no serían jurídicamente válidos, tiene lugar pues todavía podría constituir una buena parte de su capital político.

"Entre el Gobierno español existe una gran dosis de confianza de que el clima internacional es desfavorable [a la secesión catalána]", dice Molina."Pero, ¿qué pasará si el Primer Ministro escocés Alexander Salmond gana el referéndum en Escocia? , Europa muestra un ejemplo de una secesión educada, respaldado por un acuerdo ¿Por qué no en Cataluña a continuación.? "

Mientras tanto, Mas también debe ver que la celebración de una encuesta estilo salvaje, como ha denominado el Ministro de Asuntos Exteriores de España, a la reciente consulta en Crimea, sólo ayudaría a que los radicales prosperasen en un ambiente de abierta rebelión contra el Madrid. Si él y Rajoy no pueden negociar un acuerdo para salvar la ante el nacionalismo catalán, su única opción posible sería la de volver a convocar elecciones anticipadas. Se habla ya de una encuesta en la que las partes podían permitir dos preguntas:  O estar en contra de la independencia total para la región o tomar una posición sobre la necesidad de un referéndum sobre el estatuto. Una elección plebiscitaria en ese sentido sería técnicamente legal; los problemas vendrían después. Una mayoría nacionalista controlando el parlamento catalán podría entonces declarar la independencia, una medida que sería bloqueada por el máximo tribunal de España ya que la Constitución española no permite la secesión. ¿Lo que sucedería bajo esa hipótesis sería discutible: los moderados del bloque del CiU de Mas podrían tener los pies fríos, pero el incendiario líder 
Oriol Junqueras de ERC,  sin duda llevaría sus fuerzas hacia adelante hacia su visión de una "República catalána que trataría de mantener buenas relaciones con los países vecinos ".

Tampoco existe ninguna garantía de que incluso si la mayoría se muestra a favor de celebrar un referéndum,  esta sea escuchada por Rajoy o por su sucesor.  Sin embargo a ojos del resto del mundo, el movimiento de independencia habría alcanzado la altura moral.



Rajoy y Mas se han atado a las vías y el tren se acerca.


Rajoy y Mas se han atado a las vías y el tren se acerca. Políticamente, ambos situados en el centro derecha, podrían negociar formas que condujesen a un destino común más seguro. Pero las presiones electorales les están tensando en direcciones opuestas: Mas necesita una salida elegante para evitar una mayor radicalización del voto nacionalista, mientras que la valiente defensa de Rajoy de la unidad española despierta las fuerzas mas conservadoras que residen en el ala más extremista de su partido, y todo ello en medio de una serie de escándalos centrados en la espiral de acusaciones sobre el desempleo y la corrupción que salpican a la propia jerarquía del Partido Popular. Sería deseable un poco más de habilidad política y una visión más amplia en ambos contendientes. De lo contrario, un conflicto que hasta ahora ha sido una falsa guerra de posturas políticas encontradas, podría asumir expresiones menos democráticas. A diferencia de los extremistas vascos que forman y apoyan a la organización terrorista ETA, el movimiento independentista de Cataluña ha evitado tradicionalmente la violencia. De cualquier forma que sea y aunque la Constitución Española no permite la consulta popular que Mas plantea,  es evidente que la intransigencia por parte de Madrid resulta arriesgada, pues existe el peligro de conducir a la insurrección en las calles de Barcelona.


Fuente:http://www.foreignpolicy.com/articles/2014/04/08/playing_chicken_in_catalonia_spain_secession


Traducido por: Ernesto G. Bermejo







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