jueves, 2 de abril de 2015

Rodney Collin: Teoría de la Influencia Celeste









Rodney Collin fue un hombre destacado entre los hombres del Siglo XX, no solamente por la huella visible que dejó sino por la proyección de esa entrega a la búsqueda de la verdad y el bien. 

Su vida sufrió una importante transformación como resultado de un encuentro capital, cuando en el otoño de 1936 conoce a Peter Ouspensky, con quien estableció un entendimiento profundo y una gran amistad, y de quien aprendió una nueva expresión de las verdades de la Creación y de la psicología humana. 

Posteriormente tras la muerte de su maestro, ocurrida el 2 de octubre de 1947,  le fue revelado el significado vital del último mensaje del Sr. Ouspensky: "Que ningún sistema de conocimiento, por completo que este sea, tiene valor alguno si no expresa el crecimiento del Ser y, sobre todo la proyección positiva hacia el prójimo".

Meses antes de su muerte el Sr. Ouspensky había expresado: "Abandono el Sistema, y ustedes ahora deben reconstruir uno suyo y propio, válido para ustedes mismos" (cfr 18 nov, 49). Esto significó un fuerte golpe para muchos de sus seguidores que se pretendían sabios al conocer algunos secretos esotéricos por el revelados.





La quarta via: Ouspensky


P.D. Ouspensky




Como resultado de esta segunda transformación Rodney Collin escribió El Desarrollo de la Luz, obra maestra que trata del funcionamiento de las leyes universales, desde el macrocosmos, hasta su manifestación en el ser humano, su psicología y su historia. Obra magna que provoca asombro y una meditación profunda.  










Rodney Collin



Biografía


Rodney Collin (Rodney Collin Smith) nació el 26 de Abril de 1909 en Brighton, en la costa sur de Inglaterra. Su padre fue un comerciante que se retiró de sus negocios en Londres a la edad de 50 años, como siempre había sido su intención. Después de efectuar un viaje al continente y a Egipto, se estableció en Brighton y contrajo matrimonio con Kathleen Logan, hija del dueño de un hotel. La pareja se estableció en una confortable casa en Brighton Front donde nació Rodney. Cuatro años después nació su hermano menor.

Su madre tenía gran interés en la Astrología y perteneció a la Sociedad Teosófica local. Utilizaba gran parte de su tiempo transcribiendo libros al sistema Braile para personas invidentes.

Rodney asistió primero a la Escuela Preparatoria del Brighton College, una escuela diurna cercana; después fue interno en la Escuela de Gramática Ashfort en Kent. Su tiempo libre lo pasaba leyendo, generalmente un libro por día, que pedía prestado de la biblioteca pública local; o bien caminando y explorando las áreas rurales cercanas. Luego de dejar la Escuela cursó tres años en la Escuela de Economía de Londres, viviendo en la hostería Toc-H. en Fritzroy Square.

En 1926 pasó unas vacaciones veraniegas con una familia francesa en los campos de Chateaux y desde entonces iba cada año al continente.

Cuando tenía dieciocho años, sus padres le financiaron un viaje a España por un mes; sin embargo, viviendo en albergues, granjas y en los hoteles más baratos, y caminando gran parte del recorrido, se las arregló para visitar Andalucía durante tres meses, regresando con una gran cantidad de notas que constituyeron el material para su libro de ensayos: Palmas y Patios, publicado por Heath Granton en 1931. Durante ese viaje aprendió suficiente español para que fuera asignado al Departamento de Censura durante la Segunda Guerra Mundial; también le facilitó enormemente su orientación posterior en México, en 1948.








Rodney Collin a la edad de 39 años






Al dejar la Escuela de Economía de Londres, donde había obtenido el grado de B.Com., se empezó a ganar la vida como periodista independiente en temas de arte y viajes, contribuyendo también con series de artículos semanales sobre caminatas de fin de semana en Londres, en las publicaciones Evening Standard y Sunday Referee. 

Durante la década de 1930, escribió varias publicaciones tales como Evening Standard, the Spectator y the New Statesman, y formó parte del equipo del Daily Express Encyclopaedia. Se unió a una serie de organizaciones típicas de los intereses del momento: Toc-H (una sociedad cristiana), a la Asociación de Albergues Juveniles de reciente creación, y finalmente a la Peace Pledge Union (Unión de la Paz Prometida), un movimiento pacifista extraordinariamente popular que apareció en el periodo previo a la Segunda Guerra Mundial. Evidentemente, él estaba buscando algún significado en la vida y contribuyó activamente en cada una de esas organizaciones, moviéndose de una a otra, editando tanto en el periódico de Toc-H como en la revista YHA de Rucksack. Por esa época conoció a su esposa, Janet, en una peregrinación de Toc-H para ver una representación de la Pasión, en el año 1930 en Oberammergau. 


Ese mismo año leyó el libro, Un Nuevo Modelo del Universo, de P. D. Ouspensky. En ese entonces sintió que aún no estaba preparado, pero que le sería muy importante más tarde. En el otoño de 1931 realizó un viaje a pie a Dalmatia y describió sus aventuras más tarde en dos artículos que aparecieron en Cornhill Magazine. 

Se casó con Janet en Londres, en marzo de 1934, y pasaron su luna de miel caminando en Cornwall. Más tarde, en ese mismo año, pasaron 6 semanas en Sicilia. En 1935 hicieron un viaje de 6 meses por la costa oeste de Estados Unidos y recorrieron la frontera mexicana de regreso. 

Ese mismo año, él y su esposa asistieron a algunas conferencias del Dr. Maurice Nicoll, quien había sido alumno tanto de Gurdjieff como de Ouspensky; sin embargo, no continuó mucho tiempo con las reuniones de Nicoll. Posteriormente, a través de uno de los miembros de la Peace Pledge Union, Robert de Ropp, fue presentado a las conferencias de Ouspensky… Él y su esposa conocieron por primera vez al Sr. Ouspensky en otoño de 1936. Rodney de inmediato percibió que había encontrado lo que él había estado buscando durante sus lecturas y viajes. Rodney y Janet se convirtieron de inmediato en miembros activos del grupo de Ouspensky, el cual estaba pasando por un periodo de expansión y de aumento de la actividad. Asistió a conferencias y reuniones, y trabajó en el terreno de Lyne Place, una gran casa en Surrey dedicada a las actividades de Ouspensky. 

Su hija Chloe nació en 1937. La familia Collin se mudó a una casa en Virginia Water, cerca de Lyne Place, en donde el Sr. Ouspensky y su esposa habían establecido el centro de su trabajo. Cuando no estaba en Lyne, Rodney pasaba la mayor parte de su tiempo en la Biblioteca del Museo Británico estudiando aquellos aspectos de la religión, la filosofía, la ciencia y el arte que parecían más inmediatamente conectados con las conferencias del Sr. Ouspensky. Ese año él y su esposa hicieron un corto viaje a Rumania y más tarde viajaron en auto por dos semanas desde Argelia hasta el norte del Sahara.

En 1938 tomó parte en Londres en una muestra de los movimientos y danzas que formaban parte del sistema enseñado por el Sr. Ouspensky, e inmediatamente después viajó a Siria con la esperanza de ver los ‘giros’ de los Derviches Mevlevi. Esto no lo pudo llevar a cabo, aunque conoció al Sheik de la “tekye” en Damasco.

La Segunda Guerra Mundial llevó a la reducción de las actividades de los grupos de Ouspensky y la situación en Londres llegó a ser tan difícil, con las censuras y la pérdida de las casas privadas de Ouspensky y del Colet House, que Ouspensky tuvo que mudarse a los Estados Unidos con el fin de conservar sus grupos. Janet y Rodney colaboraron en la compra de las Granjas de Franklin, en Mendham. Así pues, Rodney trabajó como censor en la Comisión Británica de Seguridad, lo que le permitió trasladarse a Nueva York, pasando antes por las Bermudas. Viajó a América y, por casualidad, en el mismo barco que lo hizo Ouspensky, y por consiguiente consiguió un contacto más estrecho con su maestro.

Después de seis meses en las Bermudas, Rodney se unió a la Organización de Seguridad Británica en Nueva York. Durante los seis años siguientes él y su familia vivieron en Franklin Farms, Mendham, en una enorme casa con jardines y granja donde se organizaba el trabajo para las familias inglesas que se habían unido al Sr. y la Sra. Ouspensky, y para muchos otros que habían asistido a las pláticas del Sr. Ouspensky en Nueva York. Rodney viajaba por tren diariamente desde y hacia su oficina y pasaba las tardes y fines de semana en la granja.

En 1943 fue enviado a Canadá en un viaje oficial de negocios En l943, 1944 y 1945, ausentándose del trabajo, pasó cortos periodos en México, país por el que se sentía fuertemente atraído. Cuando terminó la guerra dejó de prestar sus servicios al gobierno británico y se dedicó por completo al trabajo del Sr. y la Sra. Ouspensky.

Rodney pasaba más y más tiempo con el Sr. Ouspensky, llevándolo y trayéndolo de Nueva York para asistir a sus reuniones y permaneciendo regularmente con él por las tardes ya fuera en un restaurante o en su estudio en Franklin Farms. Se conectó profundamente con el Sr. Ouspensky de una manera que incluía sin limitaciones el afecto personal y el respeto. Mientras que antes se había concentrado en las enseñanzas del Sr. Ouspensky, lo que ocupaba ahora la atención de Rodney era el maestro y lo que estaba mostrando.

Desgraciadamente, América trajo tiempos difíciles para Ouspensky. Varios de los estudiantes de inglés más influyentes fueron capaces de establecerse en Nueva York, pero muchas cosas debían ser construidas de nuevo desde el principio. Para entonces Ouspensky bebía mucho y varios de sus propios estudiantes habían escrito relatos críticos de esos momentos. Sin embargo, después de una dramática noche en la que Collin y Ouspensky se enfrentaron, Collin se dio cuenta de que Ouspensky estaba en realidad viviendo el trabajo y que podía aprender mucho más de él. Después de esto, Rodney Collin comenzó a tener un papel más activo en la obra de Ouspensky, pasando mucho tiempo con él y llegando finalmente a liderar reuniones con su maestro.

En 1947 Ouspensky sufría de una enfermedad renal avanzada y en el mes de Enero regresó a Inglaterra y a Lyne Place. Rodney lo siguió llegada la primavera. El último mes de vida de Ouspensky se convirtió en una etapa de posibilidades milagrosas y de cambios intensos para Rodney. Ouspensky había perdido la esperanza en sus repetidos intentos de llevar la responsabilidad del Trabajo Interno de sus seguidores sobre sus hombros (y especialmente de contactar con las fuentes originales de las que Gurdjieff obtuvo el Conocimiento: los maestros de Gurdjieff), así que dirigió una serie de reuniones donde afirmó que abandonaba el Sistema… (*NOTA: Este crítico pasaje de la vida de Ouspensky, es relatado por Collin en su libro El Desarrollo de la Luz, y lo exponemos completo al final de este estudio, por considerarlo de gran importancia).

Para muchos, esto fue el final del camino, pero Rodney encontró que muchas cosas de la Enseñanza comenzaban a unirse a partir de ahora. En el mes de Agosto, Collin escribió el esbozo de El Desarrollo de la Luz, un estudio del hombre y del Universo de acuerdo con las ideas cosmológicas de las leyes del Sistema.

En Septiembre, Ouspensky planeó viajar de vuelta a Inglaterra, pero en el último momento se negó a hacerlo. Sus últimas semanas se llenaron de esfuerzos extraordinarios. Cuando Ouspensky falleció, el 2 de Octubre, Rodney se encerró en la habitación de Ouspensky por varios días sin comer. Cuando salió, a muchos les pareció muy cambiado. Indudablemente había sufrido algún tipo de regeneración, pues cuando salió era una persona diferente, muy infantil e inocente.

Las experiencias por las que pasó en este tiempo afectaron profundamente todo su ser. Durante la semana que siguió a la muerte del Sr. Ouspensky, logró la percepción de lo que tenía que ser su trabajo futuro. Se dio cuenta de que, a pesar de la conexión que sentía hacia su maestro durante y a través del tiempo que había permanecido con él, debía reconstruir en sí mismo lo que el Sr. Ouspensky le había enseñado, y en adelante tomar la responsabilidad de expresarlo de acuerdo con su propia comprensión.

Después de su muerte, al parecer, Ouspensky se apareció a varias personas y tuvo algún tipo de comunicación interna con Collin. En los meses siguientes, Collin escribió un relato íntimo e inspirador, Last Remembrances of a Magician, que nunca se llegó a publicar, y el libro La Teoría de la Vida Eterna.



El Desarrollo de la Luz continúa la obra de Ouspensky, completando una tarea dada a Collin por su maestro: “clasificar las ciencias” de acuerdo a los principios y las grandes leyes cósmicas del Cuarto Camino. Sin embargo, él deja muy claro que a pesar del majestuoso alcance del Sistema, uno nunca podría separarlo totalmente del ser de Ouspensky, el único “que pudiera inducir en otros los cambios necesarios de entendimiento y de actitud para comprenderlo”. 



Las últimas sugerencias de Ouspensky a unos pocos elegidos fueron que éstos debían reconstruir todo por sí mismos, de modo que las ideas que él había estado enseñado durante tantos años podían florecer en nuevas formas. Collin asumió ansiosamente esta tarea para derrumbar la distinción entre el conocimiento científico y la cosmología religiosa. 



El libre uso de la analogía parecerá una contradicción para aquellos que están acostumbrados a un lenguaje científico. En manos de Collin, la ciencia se convierte en una enseñanza acerca de nosotros mismos; de nuestros límites, y por encima de todo de nuestras posibilidades. El principio rector es que la unidad de las cosas no es accesible por una mente ordinaria en un estado de conciencia ordinario, sino solamente por una mente que se haya unificado, y que el significado del libro “sólo pueda residir en su ser derivado de las percepciones reales de la conciencia superior, indicando un sendero por el cual la conciencia tal vez pudiera ser abordada”. 



El libro está lleno de hechos impresionantes, pero se parece más a una pintura impresionista que a un mapa detallado. Las analogías de Collin despiertan la imaginación y, por primera vez, demuestran una unidad de las leyes y las influencias que se repite sucesivamente, como las octavas de un teclado, en todos los niveles de todo el universo y dentro de cada célula cósmica, de cada hombre, del Sol o de la Vía Láctea. La estructura del sistema solar y la composición del sol están relacionadas con las fuerzas que gobiernan los procesos de la vida biológica, los procesos fisiológicos en el cuerpo humano, y también las enseñanzas psicológicas de los sistemas antiguos. Cada cosmos, desde una célula hasta la galaxia, comparte idénticas propiedades, así como - 21 - el hecho de que las vidas de cada cosmos individual tienen la misma duración. La vida, el día y la respiración son divisiones cósmicas definidas de tiempo individual, y en su tiempo de vida, una célula respira tantas veces como lo hace un hombre o la galaxia. 



Collin propone un patrón universal para cada cosmos o unidad independiente: un núcleo vital alrededor del cual giran un número variado de satélites, cada uno de los cuales realiza una función determinada por el todo: el sol con sus planetas, los planetas con sus lunas, los núcleos de los átomos con sus electrones, los padres y la familia, el maestro y el alumno. Los planetas son funciones del sistema solar, así como nuestros órganos lo son para nosotros. Ellos “dotan al sol con todas sus funciones, y lo convierten en un completo ser cósmico que posee todas las posibilidades.” 



Su velocidad de rotación parece estar muy relacionada con el grado de desarrollo del planeta individual. La rotación es un método universal de separación entre lo basto y lo sutil y esto aquí se entiende como una analogía para el proceso de auto-observación y crecimiento de la conciencia en la esfera humana. 



“El hombre vive y se desarrolla en paralelo a la asimilación del alimento, el aire y las percepciones. El Sistema Solar se forma por un desarrollo paralelo de esferas sólidas, esferas atmosféricas y esferas de luz. Y de hecho, este desarrollo paralelo de tres niveles diferentes de la materia, que se originan en diferentes puntos, es una característica fundamental del universo…”. 



La obra de Collin está llena de dichos puntos de vista analógicos. Los hombres son las células del cuerpo de la humanidad, pero hay ciertos hombres, los hombres con espíritu consciente, que pertenecen a una categoría diferente, como Jesús, Buda, San Benito, Solón, Platón, quienes pueden elevar e inspirar tal vez a millones de hombres comunes y ordinarios. Estas personas son comunes y corrientes, así como un espermatozoide es una célula de tejido normal, y pueden dar origen a las civilizaciones de igual modo que un óvulo fecundado da lugar a un nuevo ser humano. La vida de este tipo de hombres es la concepción de una nueva cultura. 



La vida de una civilización sigue una progresión logarítmica que Collin mide en meses lunares; 10 meses, o aproximadamente 8 años representan el período de gestación cuando el nuevo maestro permanece invisible, quizás en reclusión; 100 meses o 80 años representan la expresión física de las enseñanzas en el trabajo en soledad, el trabajo de toda una vida del círculo inmediato del maestro; 1000 meses o 700 u 800 años serán el total de la vida de una civilización, tras lo que su inicial fuerza impulsora e instituciones morirán. 


Collin adopta también el tema de las tríadas introducido ya por Gurdjieff y Ouspensky y le añade una nueva dimensión. De acuerdo con los principios del Cuarto Camino, una o dos fuerzas nunca pueden producir un fenómeno. La presencia de una tercera fuerza es necesaria. Estas fuerzas se conocen como la fuerza Activa, la Pasiva y la Neutra, o como la Afirmativa, la Negativa y la Reconciliación. Collin expresa las seis posibles combinaciones de las tríadas como principios cósmicos. Todos los fenómenos de la vida son el producto de las tres fuerzas actuando a través del Sol como VIDA activa; la Tierra como MATERIA pasiva y los planetas, los cuales determinan la FORMA y la función. Estos tres principios, Vida, Materia y Forma, se pueden combinar de seis formas diferentes, produciendo así procesos diferentes: CRECIMIENTO, DESTRUCCIÓN, MEJORA, CRIMEN, CURACIÓN y REGENERACIÓN. Todos los fenómenos en la tierra, los conocidos y los desconocidos, pertenecen a uno u otro de esos seis procesos y este conocimiento ofrece una única y completa visión de las funciones vitales del universo. 





G.I. Gurdjieff




EL SER DEL HOMBRE EN LOS MUNDOS INVISIBLES



En La Teoría de la Vida Eterna, Collin explora la posibilidad de supervivencia después de la muerte, con su modelo metódico tradicional. Supone un asunto de suma importancia que sólo puede ser tratado de una forma inteligente y científica. En la muerte entramos en la eternidad, donde todos los puntos en el tiempo son accesibles de igual forma, ya no relacionados por el tiempo, sino por “la intensidad de la energía que los forma”. 

“Este es el progreso de la conciencia y la memoria en el estado de debilidad en que existe el hombre común y corriente; sin embargo, el punto que se haya en la cúspide del círculo es una barrera insuperable. Pasado este aislante de la muerte y la concepción, la conciencia del hombre no puede pasar, y de lo que hay más allá de eso, ya sea antes o después, su memoria no le dice nada”. (Rodney Collin, La Teoría de la Vida Eterna). 

Collin se basa en textos antiguos desde el Mito de Er de Panfilia hasta las Leyes de Platón, el Libro Tibetano de los Muertos, el Libro del Arte de Morir, el Libro Egipcio de los Muertos, la Hermética y textos de Zoroastro para describir la existencia del alma en los mundos después de la muerte y quienes explican, estando todos de acuerdo, que hay un intervalo definido entre la muerte y el renacimiento. 







Se propone así que el alma está compuesta de materia en estado molecular, pero que este alma no es un derecho automático, sino que ha de ser creada artificialmente por gran acumulación de la mejor energía que el organismo produce y que él mismo cristaliza a través de continuos intentos de llegar a ser consciente.
“El hombre común no puede hacer nada a la hora de invertir esta energía tan rápido como se produce… la ira, la envidia, la nostalgia y su estado normal de fascinación con él mismo y con el mundo que lo rodea. Con el fin de frenar esta pérdida, él debe crearla en sí mismo. Con el fin de crearla, él debe tener un objetivo. Con el fin de tener un objetivo, él debe haber aprendido de todas sus partes y haberlas obligado a aceptar el dominio de su conciencia. Antes de esto, primero debe despertar la conciencia del sueño. Y ninguna de estas etapas puede lograrlas por sí mismo”. (Rodney Collin, La Teoría de la Vida Eterna). 

La posibilidad de estados de conciencia superiores en el hombre depende precisamente de ciertas materias excelentes producidas por el órgano sometido a su atención. La atención tiene la capacidad de sostener en un campo fijado cierta materia invisible o energía en estado molecular, y es este ejercicio de atención en la autoobservación y la auto-conciencia el que construye el alma. Los estados más sutiles de la materia en la esfera después de la muerte son demasiado rápidos y demasiado intensos para el hombre no preparado, quien a duras penas recupera su conciencia, como mucho. Cuanto más rápido uno pueda recobrar la conciencia, tanto más alto subirá. Pero para hacer esto requeriría un Ser excepcional. 

Tal y como las grandes religiones del mundo enseñan, el sufrimiento es el medio principal por el cual una parte del mecanismo humano puede separarse de las otras. El dominio de un gran dolor le da a la conciencia intensidad y “vuelo” para sobrevivir en ella misma. El problema es encontrar un choque suficientemente penetrante mientras se mantiene el experimento bajo control, el cual sólo se puede llevar a cabo en presencia de una Escuela de Regeneración y con un maestro en el que se confía incondicionalmente. 

Para Collin las ideas que él enseña no son mera filosofía; el milagro es posible: “Un juego de ajedrez con ideas, que deja al Ser y a la Conciencia justo igual que antes, es bastante inútil”. Los sucesos notables después de la muerte de Ouspensky lo convencieron de que su maestro había llegado a la meta que toda su vida había estado preparando y que dio a Collin el impulso y la inspiración para continuar con la Gran Obra. 

Collin creía que sus intentos de unir el conocimiento científico moderno y la escuela de conocimiento, para relacionar el flujo constante de nuevos conocimiento con los principios fundamentales, daría lugar a una verdadera mística científica o ciencia mística que sería el verdadero “camino” o “forma” para el porvenir. Todo el conocimiento humano y la experiencia tenía que ser visto desde un punto de vista esotérico, desde su relación con la conciencia, con las leyes cósmicas y con el acercamiento del hombre a la perfección, en la que forma un solo Todo. Él habló de esta Nuera Era mucho antes de que se hubiera convertido en un eslogan para el mercado de la espiritualidad que hoy vemos. 

“En cada época, un gran Plan Esotérico se establece para el conjunto de la humanidad, y en cualquier momento se forma una cierta fase de comprensión. En el momento actual nos encontramos entre la concepción y el nacimiento de un Nuevo Plan”. 

Collin considera que el Cuarto Camino es la única salvación para la raza humana, “nuestro planeta está creciendo. Es la hora de dejar las cosas de niño”. El sistema es “el gran armonizador de todos los experimentos esotéricos anteriores, fue la explicación de cómo hacer lo imposible, hacer milagros“… “Me horroriza recordar la forma como lo tomamos todo, como un método de hacer pequeños ajustes en nuestra psicología personal, e incluso juzgamos las últimas posibilidades y a él (Ouspensky) también a este nivel”. 

El sistema es demasiado grande y demasiado milagroso para derrochar simplemente de forma indefinida la clasificación de los contenidos de la propia mente. Se debe utilizar para la comprensión del proyecto dentro de campos más amplios. Esta reconstrucción del sistema del Cuarto Camino fue algo fundado desde un nivel más alto al que él llamó “Gran Escuela”, donde Gurdjieff y Ouspensky fueron los principales agentes para lanzar al mundo un nuevo experimento esotérico. Aquellos que recibieron la enseñanza podrían un día ser requeridos para pasar cuentas de la utilización que han hecho de ella. Pero aparentemente, un maestro debe pasar a un mundo superior para ser capaz de transmitir la “gracia” que hace posible cualquier avance en el Trabajo… “la construcción de arcas para navegar desde un nivel superior”, de acuerdo con Collin. Ouspensky efectivamente se hizo inmortal, independiente del tiempo, y ahora es accesible a cualquiera que desee su ayuda con la suficiente urgencia y creencia. 

Collin creyó que la tarea fundamental de un verdadero maestro era abrir la puerta a otros para que lo siguieran, crear un nuevo campo de conciencia en el mundo y conseguirlo sólo por renuncia a la vida. Él había escrito que la muerte de su propio maestro era un “juego…cuya trama era su propia muerte”, y además, “nada es finalmente alcanzado hasta llegada la muerte, e incluso ella, a su vez, debe suponer simplemente un nuevo comienzo con nuevo equipamiento”. 

Mientras que algunos especulan con que Collin se había ofrecido voluntariamente a Dios con el objetivo de que la Obra pudiera entrar en una nueva fase, lo más probable es que su muerte fuera simplemente el resultado de su exceso de trabajo. 

El resultado final es el mismo, porque efectivamente él dio mucho de sí mismo en servicio y sacrificio y su legado es que la Obra se ha expandido y ha crecido de una manera tal que ni Gurdjieff ni Ouspensky podrí- an haber imaginado. Uno sólo tiene que leer la secuela de su gran obra, La Teoría de la Armonía Consciente para llenarse de una renovación espiritual; para convencerse de que la Gran Obra vive y de que todo es posible. 






A continuación les propongo la lectura de "The Theory of Celestial Influence", La obra maestra escrita por Rodney Collin en 1947, que vería la luz en español  bajo el título "El Desarrollo de la Luz", un portentoso compendio universalista, magnum opus, posíblemente inspirada o revelada en gran parte desde las Alturas, habida cuenta del brillante , harto original y diríamos que sobrehumano contenido de sus 392 páginas que hierven de talento filosófico.












SOBRE  RODNEY COLLIN






Rodney Collin a los 39 años







*NOTA: “Encontré por primera vez a O. (Ouspensky) en Londres, en septiembre de 1936, cuando dictaba conferencias privadas. Estas ‘conferencias’ versaban so bre un sistema extraordinario de conocimiento que había encontrado, imposible de compararse con cualquier otro que antes yo había cono cido. Empero, el sistema no era nuevo: por el contrario, se decía que era muy antiguo, que siempre había existido en forma oculta y cuyas señales de tiempo en tiempo podían verse surgir en la superficie de la historia, en una u otra forma. Aunque explicaba en forma extraordinaria cosas incontables acerca del hombre y del universo, que hasta en tonces parecieron inexplicables, su solo propósito –como hacía hincapié constantemente O.– era ayudar al hombre individual a despertar a un plano diferente de conciencia. 

“Cualquier intento de utilizar este conocimiento en propósitos distin tos o más ordinarios, era descartado o prohibido. Mas, no obstante la perfección sorprendente de este ‘sistema’ en sí mismo, nunca podía separarse por entero del ‘ser’ del hombre que lo exponía, el mismo O. Cuando alguna otra persona intentaba explicarlo, el ‘sistema’ degeneraba, perdía calidad en alguna forma. Y aunque nin guno podía neutralizar por completo la gran fuerza de las mismas ideas, era claro que el ‘sistema’ no podía separarse de un hombre de cierto nivel inusitado de conciencia y de ser. Porque únicamente un hombre así, podía inducir en los otros los cambios fundamentales de compren sión y de actitud necesarios para alcanzarlo.

“Personalmente, me sentía en una encrucijada en aquel entonces y en la primera ocasión que vi en privado a O. –en sus atestadas y pequeñas habitaciones de Gwyndyr Road– le dije que era escritor innato y le pedí consejo sobre los caminos que se abrían ante mí. Me dijo, con mucha sencillez: “Es mejor que no se comprometa mucho. Más tarde podemos encontrar algo para que Ud. escriba”.

“Esto era típico de la extraña confianza inspirada por O., ya que pareciéndome una respuesta completa a mi problema –o, más bien, sentí que no tenía por qué preocuparme más de aquél, me había sido quitada de encima. De hecho, resultado de esta conversación, durante diez años prácticamente no escribí nada. Había demasiadas cosas que hacer. Pero al cabo O. cumplió su promesa. Y la mayor parte del presente libro fue escrito en los dos meses que precedieron inmediatamente a su muerte, en octubre de 1947, como resultado directo de lo que él procuraba realizar y mostrar en ese tiempo. Posteriormente, un segundo libro, que continúa desde donde acaba éste, fue escrito después de su muerte. 

“Durante el intervalo de diez años O. nos expuso en innúmeras formas –teórica, filosófica y práctica– todos los diferentes aspectos del ‘sis tema’. Cuando yo llegué, muchos de los que lo rodeaban habían estado estudiando en esta forma, y procurando penetrar hasta el resultado por él indicado, durante diez o quince años y estaban capacitados para ayudar a un recién llegado como yo, a entender mucho de lo que era y de lo que no era posible. Infatigablemente O. explicaba, infatigablemente nos mostraba nuestras ilusiones, infatigablemente nos señalaba el camino, aunque tan sutilmente que si alguien no estaba preparado para comprender, sus lecciones pasaban inadvertidas para aquél y era sola mente años después que se podía recordar el incidente, y se daba cuenta de lo que le había estado demostrando. Métodos más violentos pueden ser posibles, pero éstos en ocasiones dejarían heridas que son difíciles de cicatrizar. 

“O. nunca trabajó para el instante. Hasta podría muy bien decirse que no trabajó para el tiempo –trabajaba sólo para la recurrencia. Pero esto exige explicarse mucho. En todo caso, era perfectamente evidente que trabajaba y planeaba con un sentido completamente diferente del tiempo al resto de nosotros, aunque a quienes le urgían impacientes su ayuda para lograr rápidos resultados, les diría: “No, el tiempo es un factor. No puedes dejarlo a un lado”. 

“Así pasaron los años. Y aunque en verdad mucho fue lo logrado, a menudo nos parecía que O. estaba muy por delante de nosotros, que tenía él algo de que carecíamos, algo que para él hacían prácticas cier tas posibilidades que para nosotros seguían siendo teóricas y que, pese a todas sus explicaciones, no descubríamos cómo alcanzarlas. Parecía haberse extraviado alguna llave esencial. Posteriormente, apareció esta llave. Pero esto es asunto aparte. 

“O. vino a América durante la guerra. En relación con este extraño desarrollo de posibilidades formuladas con el nombre de ‘conferencias’ de O., recuerdo cómo en Nueva York, alrededor de 1944, nos dio una tarea que dijo nos resultaría interesante. Era ésta la de ‘clasificar las ciencias’, de acuerdo con los principios que había explicado en el sis tema; clasificarlas de acuerdo con los mundos que aquéllas estudiaban. Se refirió a la última clasificación de las ciencias –la de Herbert Spen cer– y dijo que, aunque interesante, no era muy satisfactoria desde nuestro punto de vista ni desde el punto de vista de nuestro tiempo. Escribió, también, a sus amigos en Inglaterra acerca de esta tarea. Fue solamente después que el presente libro se había terminado, unos cinco años más tarde, que me di cuenta de que, de hecho, era una respuesta a la tarea que nos señaló O. 

“Volvió O. a Inglaterra en enero de 1947. Estaba viejo, enfermo y sumamente débil. Pero, también, era algo más. Era un hombre diferente. Mucha de la vigorosa, extraordinaria y brillante personalidad que sus amigos habían conocido y disfrutado durante tantos años, había quedado atrás, al punto que muchos que lo vieron nuevamente quedaron sorprendidos, desconcertados o, algunos también, tuvieron una nueva comprensión de lo que era posible en el camino del desarrollo. 

“En el cruel camino de la primavera de 1947, concertó varias asambleas numerosas en Londres, de todas las gentes que anteriormente lo habían escuchado y de otros que lo oían por primera vez. Les habló en una forma nueva. Díjoles que abandonaba el sistema. Les interrogó acerca de lo que deseaban, y dijo que sólo sobre esta base podrían comenzar el camino del recordarse a sí mismos y de la conciencia. 

“Es difícil expresar la impresión creada. Durante veinticinco años en Inglaterra, antes de la guerra, O. casi diariamente había explicado el sistema. Había dicho que todo debía referirse a aquél y que las cosas sólo podían entenderse en relación con aquél. Para quienes le habían escuchado, el sistema representaba la explicación para todas las cosas difíciles, les indicaba el camino de todas las cosas buenas. Sus palabras y su lenguaje habíanse hecho más familiares a ellos que su propio idio ma natural. ¿Cómo, entonces, podrían ‘abandonar el sistema’? 

“Y, sin embargo, para cuantos le escucharon con una actitud positiva lo que ahora tenía que decirles, fue como si repentinamente un gran peso se les hubiese quitado de encima. Se dieron cuenta de que en el camino del desarrollo, el conocimiento verdadero debe adquirirse pri mero y, luego, abandonárselo. Exactamente lo que hace posible abrir una puerta, puede hacer imposible abrir la siguiente. Y, por primera vez, algunos comenzaron a adquirir la idea de dónde yacía aquella lla ve perdida, que podría admitirlos al lugar donde O. estaba y no ellos. Después de esto O. se retiró a su casa en el campo, vio a muy poca gente y apenas si hablaba. Solamente él, ahora, demostraba, realiza ba en los hechos y en el silencio el cambio de conciencia cuya teoría había explicado por tantos años. 

“No puede aquí referirse la historia de estos meses. Pero en el ama necer de un día de Septiembre, quince días antes de su muerte, después de extraña y prolongada preparación, dijo a unos cuantos amigos que con él estaban: “Deben ustedes empezar de nuevo. Deben hacer un nuevo comienzo. Deben reconstruir todo por sí mismos –desde el principio mismo”. Era esto, pues, el verdadero significado de “abandonar el sistema”. Cada sistema de verdades debe ser abandonado con el objeto de que pueda renacer. Los había librado de una expresión de la verdad que pudo convertirse en dogma pero que, en vez de aquello, reverdecería en un centenar de formas vivas, que afectarían a todo aspecto de la vida. 

“Lo más importante de todo, “reconstruyendo todo por uno mismo” significaba evidentemente “reconstruyendo todo en uno mismo”; esto es, creando efectivamente en uno mismo la comprensión que el sistema había hecho posible, y alcanzando la meta de que hablaba –superando efectiva y permanentemente la vieja personalidad y adquiriendo un nuevo plano de conciencia. 

“Es así como, si el presente libro se toma como una ‘reconstrucción’, será sólo una reconstrucción externa, o por así decirlo, una representación del conjunto de ideas que nos dio, en una forma particular y en un particular lenguaje. A pesar de su apariencia científica, no tiene im portancia alguna como compendio de hechos científicos ni siquiera como una nueva forma de presentar estos hechos. Cualquier significación que pueda tener reside solamente en que procede, y no muy distante, de las percepciones reales de una conciencia superior, y en que indica un sendero por el cual tal conciencia puede alcanzarse de nuevo”. 


Rodney Collin Lyne, 
Agosto de 1947 México, 
Octubre de 1951 




OBRAS DEL AUTOR: 




Palms and Patios (Palmas y Patio): Obra escrita cuando él tenía veintidós años; éste es un vívido relato de sus viajes por España. 

The Whirling Ecstacy: Una traducción de una parte de Les Saints des Derviches Tourneurs, es en sí misma una traducción de Aflaki’s Lives of the Gnostics. Esto ya se observa en Rumi y su amigo y maestro Shems-eddin. 

Last Remembrances (of a Magician): Distribuido de manera mecanografiada, pero nunca publicado, éste es un relato íntimo y poco pulido sobre los últimos meses de Ouspensky. 

The Theory of Eternal Life (La Teoría e la Vida Eterna): Escrito después de la muerte de Ouspensky, este intenso libro une varias teorías sobre la muerte, el alma, la recurrencia, la reencarnación y la inmortalidad. 

Hellas: Un drama en verso en el que se ven diferentes etapas de la civilización Griega, con Homero, Sócrates y Platón, quienes se asemejan a Gurdjieff y Ouspensky, y Plotino y Porfirio. 

The Theory of Celestial Influence (El Desarrollo de la Luz, en español): La monumental obra de Collin. Empezó como una clasificación de las ciencias de acuerdo a las ideas del Sistema y creció hasta incluir el universo, el hombre y la civilización, todo visto desde el punto de vista de ideas tales como la Ley del Tres, la Ley del Siete y el Eneagrama. 

The Pyramid of Fire: Uno de una serie de folletos. Se investiga a los antiguos dioses de México. 

The Mysteries of the Seed: Basado entorno a los Misterios Griegos, la autoría de este folleto es discutida, y si bien se publicó definitivamente por Collin, parece ser que él no fue el autor. 

The Herald of Harmony: Una mirada poética de la escuela y la civilización desde el principio de los tiempos hasta la nueva civilización, de la que Collin sintió que fue un gran precursor. Collin ve a Gurdjieff y a Ouspensky como dos polos de una obra diseñada por Fuerzas Superiores. 

The Christian Mystery: Los acontecimientos del drama de Cristo y el desarrollo de la civilización Cristiana son colocados en el eneagrama. 

A programme of Study: Publicado por sus grupos, este folleto describe muchas de las ideas generales que habían estudiado. 

Lessons in Religion for a Skeptical World: Un folleto publicado a título póstumo que consta de notas y fragmentos, en su mayoría con una perspectiva religiosa, algunos de los cuales han sido revisados por sus estudiantes. Una segunda parte de éste fue publicado solamente en español. 

The Theory of Conscious Harmony (La Teoría de la Armonía Consciente): Una colección póstuma de extractos de cartas. Collin fue un gran escritor de cartas, y estos extractos, organizados por temas, ofrecen una perspectiva alentadora y emocional de la Obra. A diferencia de algunas otras publicaciones póstumas, Conscious Harmony es totalmente auténtica. 

The Mirror of Light (El Espejo de la Luz): Recopilación de sus cuadernos de notas, ésta se siente más auténtica que las Lecciones de Religión, pero todavía contiene algunos escritos que probablemente no eran de Collin. Una segunda recopilación se publicó sólo en español, titulada como La Nueva Luz.





























No hay comentarios:

Publicar un comentario