viernes, 18 de septiembre de 2015

23 Septiembre 2015 y Teoría de la Opinión Contraria



¿Realidad?, ¿Fantasía?,  o simplemente  llana manipulación...

Cada vez estoy más convencido de que no se producirán hechos relevantes durante , al menos, este mes de Septiembre.


Demasiadas personas están convencidas de que algo verdaderamente importante se avecina. Cuando eso sucede todo parece indicarme que una vez más funcionará la "Teoría de la Opinión Contraria".




Teoría de la Opinión Contraria


La "Teoría de la Opinión Contraria" se puede formular en los siguientes términos:

"Cuando la mayoría de las personas tienen la misma opinión sobre algo que se supone va a suceder, la probabilidad de que suceda justamente lo contrario es elevada"

El motivo es sencillo:

En el mundo de la inversión y los mercados, donde esta teoría cobra casi el carácter de axioma,  si la masa cree que la bolsa va a subir, es muy probable que esa masa ya haya efectuado sus compras por lo que quedará menos dinero para nuevas adquisiciones. Lo mismo sucede en sentido contrario.

No olviden el viejo aforismo que dice:

"Cuando todos compren, vende inmediatamente".

En los mercados financieros esto significa que si el grueso de las personas, completamente ignorantes de los principios que operan en la especulación financiera ya efectuaron sus compras, llevadas por la euforia desatada por los medios de comunicación en el sentido de que la bolsa vive un rallye alcista y hay que comprar, eso supone que se ha tocado techo y va a iniciarse una corrección.

No vemos indicadores astrales de suficiente peso en estos momentos para esperar algo fuerte, más bien interpretamos que una vez más la manipulación de la masa está servida.




La Espiral del Silencio


La Espiral del silencio es una teoría de ciencias políticas y comunicación propuesta por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro La Espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social (1977), donde estudia la opinión pública como una forma de control social en la que los individuos adaptan su comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable y lo que no. La opinión pública es para Noelle Neumann la piel que da cohesión a la sociedad. Neumann teoriza sobre que la sociedad amenaza con el aislamiento a los individuos que expresan posiciones contrarias a las asumidas como mayoritarias, de tal forma que el comportamiento del público está influido por la percepción que se tiene del clima de opinión dominante. Los individuos sondean continuamente el clima de opinión con lo que Neumann denomina sentido cuasi-estadístico observando qué relación gradual guardan sus opiniones con los del espacio público, alentándoles si se acercan al mayoritario o cohibiéndoles si detectan que pueden formar parte de las minorías. La tendencia de la espiral es a enmudecer a quienes prestan o tienen posiciones diferentes a las mayorías, pero para en seco cuando se encuentra con el “núcleo duro”, aquellos individuos que, aunque pocos, se reafirma en sus posiciones y opiniones y no cesan en el empeño de que su voz sea escuchada. La perspectiva del “núcleo duro” gana adeptos puesto que las opiniones mayoritarias, acomodadas en el número, no encuentran tesis para defender sus opiniones que al ser poco contestadas se han dejado llevar por la masa.

La teoría de la espiral del silencio parte del supuesto básico de que la mayor parte de las personas tienen miedo al aislamiento y, al manifestar sus opiniones primero tratan de identificar las ideas, para luego sumarse a la opinión mayoritaria o consensuada. En esta disyuntiva la principal fuente de información serán los medios de comunicación y estos definirían el clima de opinión sobre los asuntos de que se trate.

Un clima de opinión es una tendencia inespecífica que decanta las tendencias hacia una determinada opción. Este clima se cristaliza en opiniones y votos. Según Noelle-Neumann, un clima de opinión actúa como un fenómeno de contagio ya que la opción aparentemente mayoritaria se extiende rápidamente por toda la sociedad. En su libro, la autora alemana expone dos ejemplos de climas de opinión.

La Espiral del silencio se formula en una época en la que la televisión es ya un relevante medio de comunicación masivo. Por eso, Noelle-Neumann entiende que la televisión ayudó a consolidar los climas de opinión.

La teoría del silencio definía el mecanismo que permite captar los cambios en la opinión pública. Sus supuestos, brevemente resumidos, eran los siguientes: las personas temen permanecer aisladas del entorno social y, por este motivo, prestan una atención continua a las opiniones y comportamiento, supuestos por la mayoría, que se producen a su alrededor. Dado que las personas gustan también de ser populares y aceptadas, se expresan de acuerdo con las opiniones y comportamientos mayoritarios. Sin embargo, hay dos tipos de opiniones y actitudes: las estáticas, concernientes a las costumbres, por ejemplo, y las cambiantes. Con respecto a las primeras, el individuo puede optar por definirse de acuerdo con ellas o, por el contrario, permanecer aislado. Con respecto a las opiniones cambiantes, el individuo debe observar con atención en qué dirección se produce el cambio. Los individuos que entienden que el cambio se produce en la misma dirección que sus propias opiniones personales, las expondrán en público, pero, al contrario, si el cambio se produce en oposición a las suyas tenderá a ser más cauto al exponerlas en presencia de otras personas.

Según la espiral del silencio el hecho de que un individuo hable o se quede callado depende de las observaciones que ha hecho sobre la mayoría pública y decida cuál será su posición. Los medios de comunicación influyen en que la gente hable o no. En primer lugar las personas son más valientes para apoyar públicamente una opinión si esta aparece como dominante en los medios de comunicación. En segundo lugar, los medios ofrecen a los ciudadanos, las palabras, los textos, los medios, los argumentos e ideas con las que defender las opiniones en debate. Generalmente habla de cómo se forma la opinión pública (el proceso), que parte de la observación que hace el individuo de su entorno social. 

En palabras de la autora: “el resultado es un proceso en espiral que incita a otros individuos a percibir los cambios de opinión y a seguirlos hasta que una opinión se establece como la actitud prevaleciente, mientras que la otra opinión la aportarán y rechazarán todos, a excepción de los duros de espíritu, que todavía persisten en esa opinión. He propuesto el término espiral del silencio para describir este mecanismo psicológico”.

El fenómeno es calificado de espiral de silencio porque la lógica de fondo que se sostiene es que cuanto más se difunde la versión dominante por los medios, más guardarán silencio las voces individuales contrarias, con lo que se produce un proceso en espiral, un bucle de retroalimentación positiva, un círculo vicioso.

Partiendo de los resultados de este análisis, podemos deducir si hay que contar con un cambio de opinión. Entonces es posible hacer previsiones tales como:

Si una mayoría se considera minoría, tenderá a declinar en el futuro. A la inversa, si una minoría es vista como mayoritaria, irá en aumento.

Si los miembros de una mayoría no prevén que ésta pueda mantenerse en el porvenir, fracasará. A la inversa, si la creencia en una evolución favorable es compartida por muchos, sus miembros necesitarán mucho tiempo para cambiar de opinión.

Si la inseguridad en cuanto a lo que es la opinión dominante, o lo que será, aumenta, es porque está ocurriendo un cambio profundo en la opinión dominante.

Si dos facciones se distinguen claramente por su respectiva disposición para exponer sus puntos de vista en público, la que muestre mayor disposición será quizá la que predomine en el futuro.

Combinando estas ponderaciones, podemos concluir que una minoría convencida de su predominio futuro y, por consiguiente, dispuesta a expresarse, verá hacerse dominante su opinión, si se confronta con una mayoría que duda de que sus puntos de vista sigan prevaleciendo en el futuro y, por lo tanto, menos dispuesto a defenderlos en público. La opinión de esta minoría se convierte en una opinión que en adelante no se puede contradecir sin correr el riesgo de alguna sanción. De este modo pasa de la jerarquía de simple opinión de una facción a la de opinión pública.

La espiral del silencio es uno de los modelos sobre opinión pública más importantes del siglo XX. Esta teoría fue propuesta por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro La Espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social en 1977, este libro estudia el comportamiento de las personas de acuerdo a la opinión pública y a los efectos de los medios. El punto principal de la teoría es la dominación de la opinión pública por los medios de comunicación y los líderes de opinión. Las opiniones masivas tienen el poder de influir en nuestra percepción de la realidad. La Espiral del silencio fue propuesta en una época en la que la televisión ya se encontraba posicionada como un medio de comunicación masivo. Es por ello que Noelle-Neumann considera a la televisión como un punto decisivo para la consolidación de opiniones públicas. La autora expone dos casos donde la opinión pública fue determinante para el resultado. En el 1965 la Democracia Cristiana ganó las elecciones en el último momento gracias al surgimiento de un nuevo clima de opinión favorable a este partido. En 1972 se invirtió la tendencia. Ganaron los socialdemócratas gracias al clima de opinión favorable creado por la población alemana.

La teoría nace después de la Segunda Guerra Mundial, con el régimen de Hitler que todavía tenía bastante peso en Alemania; toma como ejemplos la democracia cristiana en 1965 y la influencia que tuvieron en 1972 Ostpolitik y Willy Brandt. Pero fue hasta 1984, cuando la televisión tuvo lugar en las masas públicas y que la teoría del silencio se fortaleció.

Existe un gran debate acerca de saber si los medios anticipan la opinión pública o si solo la reflejan. Según la espiral del silencio, conviene ver a los medios como creadores de la opinión pública. Constituyen el entorno cuya presión desencadena la combatividad, la sumisión o el silencio. Los medios son el sistema que la sociedad utiliza para informarse de aquello que no pertenece a su esfera personal. Por tanto, lo que en los medios se diga sobre un asunto influye en la construcción de la opinión de los individuos sobre ese tema.

La impotencia ante los medios puede darse de dos formas: -La gente hace cosas para captar su atención y no lo consiguen. -Sin buscarlo, son los medios los que se encargan de sacar a la luz hechos anónimos y de exponer a una persona como chivo expiatoriopara tener de qué hablar.

El conocimiento público legitima y da a conocer una conducta que viola normas sin censurarla enérgicamente la hace más adecuada socialmente, más aceptable. Todos pueden ver que esa conducta ya no aísla. Los que rompen normas sociales anhelan con frecuencia recibir las mínimas muestras de simpatía pública. Y su avidez está justificada, porque de ese modo la regla, la norma, queda debilitada. Las dos fuentes de que disponemos para obtener información sobre la distribución de las opiniones en nuestro medio son la observación de primera mano de la realidad y la observación de la realidad a través de los ojos de los medios.

Existen cinco hipótesis sobre el surgimiento de la opinión pública y fueron desarrolladas por la politóloga alemana Noelle-Neumann. Primero, los individuos de un grupo establecen mentalmente un mapa de la distribución y de las principales tendencias de la opinión en su entorno social. Esto lo hacen a través de la observación y posteriormente deducción sobre cuáles puntos de vista ganan fuerza y cuáles se debilitan. Dependiendo del grado de interés de una persona en un tema y de qué tanto quiera hacerse notar públicamente, la intensidad de la observación aumenta o disminuye. Generalmente, para este punto el individuo ya tiene muy claro cómo está distribuida la tendencia de opiniones. Su deseo de expresarse crece si intuye que su punto de vista será el dominante, a pesar de que en ese momento no lo sea. Y por el contrario, su deseo de expresarse disminuye si se da cuenta de que su opinión es repudiada por el grupo. De esta manera podemos ver que el grado de disposición para que una persona exprese su punto de vista se basa en la percepción que tenga de la distribución de opiniones favorables y no favorables. A partir de aquí se deduce que si la evaluación de la distribución actual de la opinión y de la distribución real son claramente divergentes, es porque la opinión cuya fuerza está sobreestimada aparece más en público. Existe un fenómeno estadístico que dice que la percepción de distribución presente no difiere tanto de la futura, es decir si una opinión es considerada como la prevaleciente, es más común ser considerada como la prevaleciente en el futuro también y viceversa, pero en diversos grados. Cuanto más débil es la estadística de coincidencia de opiniones prevalecientes, mayor proceso de cambio está pasando en la opinión pública.

"Si hay una divergencia en la evaluación de la fuerza de un punto de vista en particular en el presente y el futuro, es la expectación de la posición futura la que determina el grado en el que el individuo está dispuesto a exponerse. Esto se produce a partir de la hipótesis de que la causa de los diferentes grados de voluntad es el miedo de la persona de su aislamiento y de su confianza en sí mismo siendo agitada si su punto de vista no es confirmado por la mayoría o por las tendencias de opinión. Si se convence de que las tendencias se mueven en su dirección, el riesgo de aislamiento es de poca importancia."

Elisabeth Noelle-Neumann, La Espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social












1 comentario:

  1. Anónimo14:08

    https://yahel.wordpress.com/2015/09/18/la-verdad-sobre-el-flujo-de-refugiados-en-alemania/

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