Mariano Rajoy y José María Aznar en su enésima crisis política y personal. En ciernes de una ruptura total hacia la que avanzan ambos con idéntica firmeza, mientras el resto del PP asiste atónito a una nueva batalla. Ni el intento de la dirección de menospreciar la opinión del ex presidente del Gobierno, dándole la misma categoría que a cualquier otro militante ha logrado suturar esta brecha pública.
Aznar volvió ayer a decir lo que piensa, con la misma intensidad que lo hizo el lunesa través de un comunicado de Faes [léalo en PDF], después de Rajoy le reprochara en televisión que no dice las cosas «a la cara». En un coloquio organizado por el Foro Futuro en Español en la Casa de América de Madrid donde el ex presidente iba a conversar con el periodista colombiano Juan Carlos Iragorrisobre la relación entre España y América Latina, la primera pregunta fue sobreCataluña. Y Aznar se reafirmó en todo su análisis, incluso con más profundidad, para meter el dedo en el ojo sobre un hecho -la victoria de Ciudadanos sobre el PP- que la dirección se empeña en subestimar. «La clara victoria de Ciudadanos sobre el PP le da la primacía en el centro-derecha y puede tener su importancia en las elecciones generales», dijo. Me parece que se debe analizar, añadió, por qué el electorado de centro derecha ha preferido votar a Ciudadanos antes que el PP y si los votantes piensan que el orden constitucional «puede estar mejor defendido» por Albert Rivera.
Este análisis, consideró, no ha sido «desautorizado», si acaso «reafirmado» con el paso de los días y sólo ha recibido «descalificaciones personales».
Aznar se refería así no sólo a la reacción de Rajoy sino también a las críticas que diversos dirigentes le han dedicado por no decir lo que dice en el seno del Comité Ejecutivo. Pero tampoco la seudo discusión sobre las formas ha podido anegar la preocupación de mucha gente del PP por el avance de Ciudadanos y la coincidencia con la valoración política que hace de los resultados en Cataluña. Al margen de que presentarse en el Comité Ejecutivo para hacer su reflexión, mantienen fuentes populares, habría tenido el mismo impacto o más que el comunicado.
Sin que nadie en el PP se atreva ya a negar la preocupación que ha generado las desavenencias públicas entre Rajoy y Aznar a dos meses y medio de las elecciones, la participación en la campaña del ex presidente empieza a parecer una quimera. En las elecciones autonómicas y municipales casi hizo una segunda caravana tras aceptar la petición de cinco dirigentes regionales de acompañarles en sus mítines. A la campaña de las elecciones catalanas, en cambio, Génova y elPPC, decidieron no invitarles. Es cierto que tenía viajes programados pero también que la opinión de la dirección del PP es que «moviliza a la izquierda». Ahora su implicación en la carrera para que Rajoy repita al frente del Gobierno se antoja complicada. A sus continuos viajes se suma el cumplimiento de un protocolo que pase porque Génova le invite oficialmente y él acepte participar. Y en estos momentos no se producen estas circunstancias.
Fuentes del PP admiten que estamos ante un recrudecimiento de las hostilidades entre Aznar y Rajoy que incluso está afectando al trabajo que Faes realiza para el partido. Los entornos, reconocen, se han visto afectados por la distancia sideral entre ambos y la conexión entre el PP y su think tank es cada vez menor. Su condición de laboratorio de ideas del PP está vez cada más mermada. Aunque, según las fuentes consultadas, siguen enviando al partido las conclusiones de todos los temas en los que trabajan, la estrecha colaboración de hace unos años cuando dirigentes del PP y miembros de Faes trabajaban conjuntamente en la elaboración de propuestas se ha esfumado. De hecho fuentes populares confirman que están participando en el programa electoral pero en la misma condición que cualquier otro proponente. Se les ha mandado una plantilla y tienen que volcar ahí sus ideas.
Y va a ser difícil conjugarlas cuando el análisis sobre el mapa político previo a las elecciones generales es tan dispar. Aznar sigue insistiendo en que no se puede perder de vista a Ciudadanos y que hay actuar después de su victoria en Cataluña. La valoración de Rajoy es que lo sucedido el 20-D no es extrapolable y el único adversario del PP es el PSOE.
Pero, a pesar de esta lectura del presidente, lo que ocurrió ayer es que la dirección del PP abrió una vía de crítica a Ciudadanos que nunca antes había explorado. Aznar había advertido de que el partido de Albert Rivera gana peso entre el electorado de centro derecha y la respuesta de Génova fue negar este axioma y apuntar que Ciudadanos es de «centro izquierda».
El vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, lo fundamentó ayer en su comportamiento en Madrid y Andalucía, donde están votando con el PSOE, y en las declaraciones públicas de Albert Rivera y Pedro Sánchez que están exhibiendo, dijo, un «noviazgo político». En resumen que el PP advierte de un posible pacto entre el PSOE y Ciudadanos -uno de los últimos y más intensos temores de lospopulares-. Según Maroto la posibilidad de ese acuerdo «hay que ponerla sobre la mesa» aunque, a continuación, el PP no niega su disposición a llegar a un pacto con Ciudadanos tras las generales. De hecho, internamente se considera la única posibilidad real de permanecer en el Gobierno.
Mientras cunde la preocupación en el partido por la imagen de división que se transmite, la solución del permanente conflicto entre Aznar y Rajoy queda a la espera del desenlace de las generales. La obsesión del ex presidente es que nadie pueda reprocharle haber permanecido impasible ante el deterioro del PP. A falta de un mediador las posiciones políticas de Aznar y Rajoy parecen ya irreconciliables.
Gráficos
Por Egarciaber
JOSE MARIA AZNAR
12 Febrero 1953
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27 Marzo 1955
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