El rechazo a un gobierno de unidad propiciado por la ONU
acentúa el vacío de poder y hace temer las peores hipótesis.
País destruido. Sirte, el lugar natal de Kadhafi, arrasado en 2011 (AP/Archivo)
Trípoli, Libia. Cuatro años después del asesinato de Muamar Kadhafi, Libia se asoma a un peligroso vacío de poder a causa de la negativa del Parlamento de Tobruk, internacionalmente reconocido y cuyo mandato finalizó ayer, a aceptar el gobierno de unidad propuesto por Naciones Unidas.
Según las normas que rigieron su Constitución, la legitimidad de esta Cámara concluyó ayer, sin que exista una alternativa más allá de aceptar la extensión de seis meses que el propio Parlamento votó días atrás de forma unilateral, una decisión sobre cuya legalidad existen dudas.
“Libia afronta tres opciones, todas ellas pésimas y alejadas de los supuestos objetivos de la revolución que en octubre de 2011 acabó con la tiranía”, afirmó una fuente diplomática en Túnez. “La primera, una fragmentación aún mayor. La segunda, el eventual triunfo del yihadismo y la tercera el retorno de la dictadura”, en este caso en la figura del controvertido general Jalifa Hafter, agregó la fuente.
Miembro de la cúpula golpista que llevó al poder a Kadhafi en 1969, Hafter es considerado el principal escollo para la paz en un país rico en petróleo, con sólo seis millones de habitantes que siempre vivió de espaldas al radicalismo.
Lo cierto es que en Libia coexisten dos gobiernos: El Parlamento internacionalmente reconocido de Tobruk y el Ejecutivo islamista instalado en la capital, Trípoli.
Ambos gobiernos se niegan a aceptar una administración de unidad nacional acordado tras prolongadas negociaciones con mediación de la ONU y de su enviado especial, el español Bernardino León.
La Unión Europea (UE) advirtió ayer que sopesa imponer sanciones a Libia después del rechazo a formar un gobierno de unidad. “Si las partes en conflicto obstaculizan adrede un acuerdo, estamos dispuestos a aprobar sanciones en la UE”, señaló una portavoz de la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini.
Kadhafi, gobernó Libia tras tomar el poder en 1969, mediante un golpe de Estado que abolió el régimen monárquico apoyado por Occidente. Fue linchado el 20 de octubre de 2011, tras ocho meses de conflicto iniciado por una revuelta alentada en Bengazi.
Territorios violentos; gobiernos en la mira
Bajo fuego. La caída y muerte en 2011 del régimen de Muamar Kadhafi fue propiciada por una operación militar en la que participaron Francia, Estados Unidos, el Reino Unido y Libia.
Puja tribal. El país, de estructura tribal, ha quedado a merced de milicias armadas formadas por antiguos rebeldes, con combates en varias regiones, y dos gobiernos se disputan el poder pese a los esfuerzos de la ONU por instaurar un gobierno de unión nacional.
Yihadistas. Favorecidos por ese vacío político y la inseguridad permanente, este año el grupo yihadista Estado Islámico (EI) echó raíces en el país.
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