El
programa nuclear israelí siempre fue muy secreto. Tanto, que incluso hoy en día
hablar de ello en Israel puede constituir un delito. Entre 1950 y 1960, la
relación entre Israel y Francia era muy buena: Francia era su principal
proveedor de armamento, y varios científicos israelíes colaboraron en la
construcción del reactor de plutonio de Marcoule.
Es curioso que, por otra parte, los grandes genios judíos del proyecto
Manhattan (Szilard, Einstein, Oppenheimer, etc.) ya no quisieron tener nada que
ver con el programa israelí ni con ningún otro. En su lugar se unieron en la
Asociación de Científicos Atómicos, el primer grupo pacifista
contemporáneo.
Seis
semanas antes de la nacionalización del Canal de Suez,
Israel hizo una aproximación para ver si Francia colaboraría en montarles un
reactor nuclear. Ya existía un precedente, con el reactor
CIRUS canadiense instalado en la India.
David Ben Gurion
y Ernst
David Bergmann (director de la Comisión de Energía
Atómica israelí) se entrevistaron con miembros de la CEA francesa. Después del
fiasco de Suez, en el que Israel se quedó al final solo contra Estados Unidos y
la URSS -incluyendo una ambigua amenaza nuclear soviética realizada por
Bulganin- se produjo un encuentro entre Golda Meir,
Shimon Peres
y los ministros franceses Pineau y Bourges-Manoury. En compensación por lo de
Suez, Francia se mostró de acuerdo en suministrar a Israel un reactor nuclear
"altamente modificado" y asistencia para construir una fuerza de
disuasión nuclear. Este reactor de producción de plutonio, llamado EL-102, se
montó en el desierto del Negev,
cerca de Beersheba,
en un lugar llamado Dimona.
Oficialmente se trataba de una "fábrica de manganeso". El agua pesada
la suministró Noruega,
con un acuerdo de verificar que era para usos pacíficos durante 32 años, pero
los israelíes sólo les permitieron hacer la primera inspección. Había tantos
técnicos franceses en una localidad tan pequeña que los Estados Unidos se
dieron cuenta de lo que había antes de que terminara 1958.
En 1960
De Gaulle dio su golpe de estado y la cooperación francesa se suspendió.
Estados Unidos que aún quería ser el único país con armas nucleares, puso el
grito en el cielo por aquella época.
Pero
en 1962 los técnicos franceses habían regresado. El reactor de Dimona devino
crítico en ese mismo año, y la planta de plutonio se completó en 1964 o 1965.
La seguridad era tan estricta que un Mirage
israelí fue derribado por un misil tierra-aire cuando se aproximó al complejo
por error en 1967. Israel debía tener suficiente plutonio para construir una bomba
cuando se produjo la guerra de los Seis Días,
pero aún no estaba construida. En 1968, Moshé Dayan
dio luz verde al proyecto. Otro autor afirma que durante la guerra de los Seis
Días Israel disponía de 2 bombas atómicas que llegaron a entrar en alerta. Para
1973, cuando la Guerra del Yom Kippur,
Israel
disponía con toda probabilidad de al menos seis bombas atómicas. Al mismo
tiempo se estaba colaborando con el programa sudafricano a cambio de uranio
para Simona.
El
22 de septiembre de 1979 se produjo una misteriosa explosión nuclear en el sur
del Océano Índico,
que nadie se ha atribuido. Se cree que fue una prueba conjunta
sudafricana-israelí. El recientemente liberado Mordechai Vanunu,
que ha permanecido en la cárcel 18 años por hacer público el programa, afirma
que en 1986 Israel no sólo tenía decenas de bombas atómicas de segunda
generación avanzada, sino que estaba trabajando en diseños de tercera
generación (fission-boosted).
Centro de Investigación
Nuclear del Néguev
El Centro de
Investigación Nuclear del Néguev ( 31° 0'11.71"N, 35° 8'47.38"E)es
una instalación nuclear israelí situada en el desierto del Néguev, a unos diez
kilómetros al sur de la ciudad de Dimona.
Su construcción
comenzó en 1958, con asesoramiento francés, con el objetivo de construir un
reactor nuclear para alimentar una planta desalinizadora, que permitiría el
cultivo en el desierto del Néguev. No obstante, otro de los usos que se
sospecha que pudiera haber tenido el reactor de Dimona es el de construir armas
nucleares, y muchos expertos en asuntos de defensa apoyan esta hipótesis. El
Gobierno de Israel nunca ha confirmado o desmentido estas teorías, aplicando lo
que se conoce como "estrategia de ambigüedad".
El reactor de Dimona se activó en algún momento entre
1962 y 1964. Con el plutonio producido, y quizás también con algo de uranio
enriquecido, supuestamente adquirido de forma misteriosa (ver Operación
Plumbat), las Fuerzas de Defensa Israelíes probablemente obtuvieron sus
primeras armas nucleares antes de la Guerra de los Seis Días.
Aunque el gobierno de
Israel ha afirmado siempre que este reactor se ha usado para fines civiles,
algunos U-2 norteamericanos sobrevolaron el lugar para medir los niveles de
radioactividad en el aire. También, se especula con que una señal detectada por
un satélite de los EEUU sobre el Atlántico el 22 de septiembre de 1979 era de
hecho una prueba nuclear realizada por Israel o Sudáfrica (incidente Vela).
Cuando la inteligencia norteamericana descubrió el
objetivo real de Dimona a principios de los 60, pidió que Israel se sometiera a
inspecciones internacionales. Israel aceptó, pero con la condición de que
fuesen los inspectores de EE.UU. y no los del Organismo Internacional de
Energía Atómica los que llevaran a cabo las inspecciones. Además, todas las
inspecciones deberían ser notificadas por adelantado. Algunos creen que los
israelíes conocían el plan de visita de los inspectores y pudieron ocultar el
objetivo real del complejo (la fabricación de armas nucleares). Esta tarea de
ocultamiento la habrían llevado a cabo instalando falsos muros y otros
dispositivos antes de cada inspección. De modo que los inspectores informaron
al gobierno norteamericano de que sus inspecciones eran inútiles, ya que los
israelíes restringían enormemente las áreas donde podían trabajar, hasta que
finalizaron en 1969.
Israel tampoco ha firmado
el Tratado de No
Proliferación Nuclear
En 1986, Mordechai Vanunu, un antiguo ingeniero de
Dimona, reveló a los medios algunas pruebas de la existencia del programa
nuclear israelí. En concreto, tomó 60 fotografías de la central de Dimona, que
fueron publicadas en el diario británico The Sunday Times. Su información sigue
siendo la fuente más detallada que se ha hecho pública sobre el programa
israelí de armas nucleares. Las fotografías de Vanunu cubrieron casi todas las
instalaciones de Dimona, mostrando la producción de plutonio, las esferas de
plutonio usadas en cabezas nucleares y también la fabricación de otros
componentes de bombas nucleares. Según la información de Vanunu, Israel podría
tener hasta 200 cabezas nucleares, incluidas bombas de neutrones. Varios agentes
del Mossad le secuestraron en Italia, sedándolo y llevándolo de vuelta a
Israel. Una corte israelí le juzgó en secreto por los cargos de traición y
espionaje, condenándolo a dieciocho años de prisión. En la primavera de 2004,
Vanunu salió de la cárcel, pero se le denegó el pasaporte. Fue arrestado de
nuevo en noviembre de 2004, acusado de nuevos cargos por violar los términos de
su libertad y liberado algunos días más tarde.
Tras el secuestro de Vanunu, en octubre de 1986, el
diario británico The Times publicó que Israel tenía material suficiente para
construir aproximadamente 20 bombas de hidrógeno o termonucleares y 200 bombas
de fisión o nucleares. Según el Carnegie Endowment for International Peace,
Israel dispone, en 2007, de entre 100 y 170 cabezas nucleares. Según el
teniente coronel Warner D. Farr, del Ejército de los EE.UU, Israel disponía en
1997 de más de 400 armas nucleares y termonucleares. Según la revista de
información de defensa Jane's, se cree que, en 2004, Israel tenía por lo menos
200 armas nucleares (posiblemente más que el Reino Unido), incluyendo las armas
termonucleares. Sus misiles balísticos de alcance intermedio (IRBM) son capaces
de alcanzar la mayoría de los países árabes e incluyen 50 misiles Jericho-2 con
un alcance de 1500 km y una carga útil de 1000 kg. También incluyen alrededor
de 50 misiles Jericho-1, que tienen un alcance de 500 km y una carga útil de
500 kg. El programa Jericho-3, que está actualmente en desarrollo, producirá
los misiles con un alcance de 4800 km y una carga útil de 1000 kg. Además, el
cohete Shavit se podría modificar para llevar armas nucleares, que darían a
Israel una capacidad intercontinental (alcance 7800 kilómetros). Las armas
nucleares pueden ser lanzadas también con aviones como F-4E Phantom, Kfir-C2,
F-l5 o A-4 Skyhawk. A finales de 2003, Israel y los EE.UU colaboraron para
desplegar en la flota israelí de submarinos misiles de crucero Harpoon,
suministrados por EE.UU, y que pueden ser armados con cabezas nucleares
Según publicó Jane's en noviembre de 1994, las
instalaciones nucleares israelíes son las siguientes: Soreq (diseño y prueba),
Dimona (reactor nuclear y planta de procesamiento del plutonio), Yodefat
(ensamblaje de las armas) y Kfar Zajariya (almacenamiento).
El reactor de Dimona fue defendido por baterías de
misiles Patriot en previsión de ataques durante la guerra de Irak de 2003.
Recientemente se han manifestado preocupaciones por
este reactor, que ya tiene más de 40 años. En 2004, las autoridades israelíes
distribuyeron tabletas anti radiación de yodo a miles de residentes de la zona.
PRIMERA EXPLOSIÓN NUCLEAR
SINASTRÍA
ISRAEL
PRIMERA EXPLOSIÓN NUCLEAR
SINASTRÍA
ARABIA SAUDÍ
PRIMERA EXPLOSIÓN NUCLEAR
SINASTRÍA
ARABIA SAUDÍ
TRÁNSITOS
¡El Medio Oriente está nuclearizado!
Por Thierry Meyssan
7 Marzo 2016
Mientras Occidente presionaba a Irán para que abandonara su programa nuclear civil, la familia real saudita compraba la bomba atómica a Israel o a Pakistán. Para sorpresa de todos, ahora resulta que el Medio Oriente se ha convertido en una zona nuclearizada, y quienes tienen las armas atómicas son Israel y Arabia Saudita.
En 1979, Israel terminaba el proceso de obtención de su bomba atómica, con ayuda del régimen sudafricano del apartheid. El Estado hebreo nunca firmó el Tratado de No Proliferación y siempre ha esquivado responder a cualquier pregunta sobre su programa nuclear.
Desde 1980, la Asamblea General de la ONU ha adoptado por consenso, año tras año, una resolución en la que exhorta a convertir el Medio Oriente en una zona desnuclearizada. El objetivo de esa resolución era lograr que Israel renunciara a su arsenal atómico y evitar que otros Estados de esa región emprendieran una carrera armamentista.
El Irán del shah Mohamed Reza Pahlevi también tenía un programa nuclear de carácter militar. Después de la revolución islámica aquel programa nuclear iraní de carácter militar sobrevive sólo de manera marginal, fundamentalmente debido a la guerra impuesta al país por Irak, de 1980 a 1988. Pero al final de esa guerra, el ayatola Rullah Khomeini se opone a las armas de destrucción masiva y prohíbe expresamente la fabricación, la posesión y el uso del arma atómica.
Comienzan entonces las negociaciones para la restitución de los 1 180 millones de dólares que Irán había invertido en el complejo Eurodif de enriquecimiento de uranio. Pero la cuestión nunca llegó a resolverse. Por consiguiente, en el momento de la disolución de Eurodif, en 2010, la República Islámica seguía siendo propietaria de un 10% del capital. Es incluso probable que Irán aún siga siendo hoy en día propietario de una parte de la empresa de enriquecimiento nuclear que opera el complejo dedicado a esa actividad en Tricastain, Francia.
De 2003 a 2005, el jeque Hassan Rohani, un religioso estrechamente vinculado a los presidentes iraníes Rafsandjani y Khatami, preside la delegación iraní a las negociaciones sobre el diferendo nuclear. En esas negociaciones, los europeos exigen de paso que Irán renuncie a la enseñanza de la física nuclear, para garantizar que el país no pueda reactivar su programa militar.
En 2005, Mahmud Ahmadinejad –partidario del regreso a los principios fundamentales de la revolución de Khomeiny– es electo presidente de la República Islámica. Ahmadinejad rechaza el acuerdo negociado por el jeque Rohani y lo destituye, reactiva la enseñanza de la física nuclear e inicia un programa de investigación cuyo objetivo es lograr un proceso de producción de electricidad a partir de la fusión, renunciando al proceso de fisión actualmente utilizado por Estados Unidos, Rusia, Francia, China y Japón.
Acusando al presidente Ahmadinejad de «preparar la apocalipsis para acelerar el regreso del Mahdi» (sic), Israel desata entonces una campaña de prensa internacional y exige el aislamiento de Irán.
En realidad, Mahmud Ahmadinejad no comparte la visión judía, según la cual vivimos en un mundo negativo que debe ser destruido para poder reconstruirlo. Para Ahmadinejad, el regreso del Mahdi y de los profetas será fruto de una madurez progresiva de la conciencia colectiva. En todo caso, el Mossad israelí se dedica a asesinar uno a uno a los numerosos científicos nucleares iraníes. Mientras tanto, las potencias occidentales y el Consejo de Seguridad de la ONU adoptan contra Irán sanciones cada vez más duras, hasta aislarlo totalmente en el plano económico y financiero.
En 2013, el ayatola Alí Khamenei, Guía de la Revolución iraní, acepta conversar en secreto con Washington, en Omán. Convencido de que tiene que hallar la manera de aflojar el cerco que asfixia su país, Khamenei se plantea la posibilidad de obtener un acuerdo temporal de 10 años. Como resultado de un acuerdo preliminar, el candidato de Ahmadinejad a la elección presidencial no es autorizado a participar en el proceso electoral. Se produce entonces la elección del jeque Rohani. Este último retoma las negociaciones que ya había iniciado en 2005 y acepta las condiciones de Occidente, como la prohibición de enriquecer uranio al 20%, lo cual pone fin a las investigaciones sobre la fusión.
En noviembre de 2013, Arabia Saudita organiza una cumbre secreta entre los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo y varios Estados musulmanes amigos de Riad. En presencia de delegados del secretario general de la ONU, el presidente de Israel, Shimon Peres, interviene en el encuentro por videoconferencia. Los participantes concluyen que el peligro no es la bomba israelí sino la que Irán podría quizás fabricar algún día. Los sauditas aseguran a sus interlocutores que Riad tomará iniciativas al respecto.
La cooperación militar entre Israel y Arabia Saudita es reciente, pero los dos países ya vienen concertando acciones desde 2008, cuando Riad financió la expedición punitiva «Plomo Fundido» de Israel en Gaza.
El acuerdo 5+1 no se hará público hasta mediados de 2015. Durante las negociaciones, Arabia Saudita proclama repetidamente su intención de iniciar una carrera armamentista si la comunidad internacional no logra que Irán desmantele su programa nuclear.
El 6 de febrero de 2015, el presidente estadounidense Barack Obama publica su nueva «Doctrina de Seguridad Nacional», donde escribe:
"Una estabilidad a largo plazo [en el Medio Oriente y el norte de África] exige más que el uso y la presencia de fuerzas militares estadounidenses. Exige socios que sean capaces de defenderse por sí mismos. Por eso invertimos en la capacidad de Israel, de Jordania y de nuestros socios del Golfo para desestimular cualquier agresión manteniendo a la vez nuestro indefectible compromiso con la seguridad de Israel, lo cual incluye su avance militar cualitativo."
El 25 de marzo de 2015, Arabia Saudita inicia en Yemen la operación «Tempestad Decisiva» para restaurar el poder del presidente yemenita derrocado por una revolución popular. Pero el verdadero objetivo es aplicar el acuerdo secreto israelo-saudita de explotación del campo petrolífero de Rub’al-Khali [6].
El 26 de marzo de 2015, el entonces embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, Adel Al-Jubeir, se niega a responder una pregunta de CNN sobre el proyecto saudita de obtención de la bomba atómica.
El 30 de marzo de 2015, Israel y Arabia Saudita instalan un estado mayor común en Somalilandia, un Estado no reconocido. Desde el primer día, Arabia Saudita, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Marruecos y Sudán participan bajo las órdenes de Israel.
Al día siguiente, 1º de abril de 2015, la cumbre de la Liga Árabe, reunida en Charm el-Cheick adopta el principio de una "fuerza común árabe" . Oficialmente, se trata de aplicar el Tratado de Defensa árabe de 1950 para luchar contra el terrorismo. De hecho, la Liga Árabe extiende su aval a la nueva alianza militar árabe bajo el mando israelí.
En mayo de 2015, la fuerza común árabe, bajo las órdenes de Israel, utiliza en Yemen una bomba atómica táctica. Podría tratarse de un intento de eliminación de un bunker subterráneo.
El 16 de julio de 2015, el especialista en temas de inteligencia Duane Clarridge declara a Fox Business que Arabia Saudita compró la bomba atómica a Pakistán.
El 18 de enero de 2016, el secretario de Estado John Kerry afirma ante las cámaras de CNN que no es posible comprar y transferir la bomba atómica. También advierte a Arabia Saudita sobre toda violación del Tratado de No Proliferación.
El 15 de febrero de 2016, el analista saudita Dahham Al-’Anzi declara a Russia Today en árabe que Arabia Saudita posee la bomba atómica desde hace 2 años, afirmando que la intención de Riad es proteger a los árabes y que las grandes potencias lo saben.
Las declaraciones del analista saudita Dahham Al-’Anzi aRussia Today, el 15 de enero de 2016, declaraciones inmediatamente traducidas y divulgadas por el servicio israelí del MEMRI (Instituto de Investigación sobre los Medios de Comunicación en el Medio Oriente, siglas en inglés.), tuvieron considerable repercusión en el mundo árabe. Sin embargo, ningún responsable político internacional, ni siquiera de la propia Arabia Saudita, ha emitido comentario al respecto. YRussia Today las retiró de su sitio web.
Las declaraciones de Dahham Al-’Anzi, intelectual cercano al príncipe Mohamed ben Salman –hijo del rey Salman y actual ministro de Defensa de Arabia Saudita–, permiten pensar que no hablaba de una bomba atómica estratégica (bomba A o H) sino de un artefacto táctico (bomba N). En efecto, es imposible imaginar cómo podría Arabia Saudita «proteger a los árabes» de «la dictadura» en Siria utilizando una bomba atómica estratégica. En todo caso, la posesión de una bomba nuclear táctica corresponde a la explosión que se vio en Yemen. Pero nada ha podido comprobarse con certeza.
Es, por supuesto, muy poco probable que Arabia Saudita haya fabricado una bomba atómica, sobre todo porque ese país carece totalmente de las capacidades científicas necesarias. Lo que sí es posible es que Riad haya comprado la bomba atómica a un país no firmante del Tratado de No Proliferación, como Israel o Pakistán. Según Duane Clarridge, el vendedor sería Islamabad, lo cual excluiría la posibilidad de que se trate de una bomba de neutrones.
Sea cual sea el tipo de bomba nuclear comprada, Arabia Saudita es firmante del Tratado de No Proliferación (TNP) y no tenía derecho a comprar ese tipo de armamento. Pero el rey Salman podría declarar que compró la bomba atómica a título personal. Como se sabe, el Estado llamado Arabia Saudita es propiedad privada del rey y su presupuesto sólo es parte del patrimonio real. Asistiríamos así una “privatización” del armamento nuclear, escenario hasta hoy inimaginable, pero que debe tomarse muy en serio.
En definitiva, todo hace pensar que los sauditas han actuado en el marco de la política estadounidense, pero que han ido demasiado lejos al violar el Tratado de No Proliferación. Su acción ha sentado las bases de un Medio Oriente nuclearizado, donde Irán no podrá desempeñar el papel que el jeque Rohani esperaba recuperar, el papel de «gendarme regional» al servicio de sus amigos anglosajones.
NOTAS:
[1] Eurodif SA es una empresa especializada en el enriquecimiento de uranio creada en 1973 con la participación de varias firmas europeas. En 1974, el Irán del shah Mohamed Reza Pahlevi había adquirido el 10% de Eurodif en el marco de un acuerdo franco-iraní firmado el 27 de junio. En aquel mismo acuerdo, Francia se comprometía además a construir varias instalaciones nucleares en Irán, a garantizar la formación de científicos y especialistas iraníes y a proporcionar a Irán uranio enriquecido (10% de la producción de Eurodif). Nota de la Red Voltaire.
[2] «El presidente de Israel habló ante el Consejo de Seguridad del Golfo a fines de noviembre», Red Voltaire, 3 de diciembre de 2013.
[3] «La guerra de Israel en Gaza, Palestina, es financiada por Arabia Saudita», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de enero de 2009.
[4] “Prospect of deal with Iran pushes Saudi Arabia and Israel into an unlikely alliance”, Kim Sengupta, The Independent, 30 de marzo de 2015.
[5] «El rearme de Obama», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 9 de febrero de 2015.
[6] «Exclusivo: los places secretos de Israel y Arabia Saudita», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 de junio de 2015.
[7] «La Fuerza “Árabe” de Defensa Común», por Thierry Meyssan,Red Voltaire, 20 de abril de 2015.
Las consecuencias para los poseedores de armamento atómico serán aun peores que sus demenciales planes de dominación. Quizás sobran varios miles de millones de personas en el planeta..........quizas el planeta prefiera tomar este "purgante" que seguir soportando la continua violacion y exterminio de especies y de hábitats............quizas las razas no terráqueas pero si humanas impiden e impediran con su tecnología un apocalipsis nuclear que daña los intereses de otras razas mas evolucionadas y conscientes.......quizas no sepamos nada........pero quien juega con fuego se acaba quemando...........
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