España:
Así se presenta el único debate entre los cuatro principales candidatos
13 Junio 2016
A trece días de la cita con las urnas (26-J) se celebra el único debate que confrontará a los principales candidatos presidenciales. A tenor de la compleja situación política y de los últimos antecedentes, se prevé un debate duro y agresivo que servirá, en el mejor de los casos, para vislumbrar la política de pactos que cada formación propondrá tras las elecciones.
Elecciones generales en España 26-J
A las 10 de esta noche se celebra el primer y único debate que reunirá a los cuatro candidatos a la presidencia del Gobierno Español.
El debate, cuya duración se estima superior a dos horas, estará estructurado en cuatro bloques temáticos: Economía y Empleo; Políticas Sociales; Regeneración democrática y reformas políticas e institucionales y Política exterior, más un apartado adicional para hablar de los pactos que cada formación esté dispuesta a proponer. Al final, cada candidato dispondrá de un minuto de oro para pedir el voto y rematar su participación en el debate.
¿Que podemos esperar en el debate de esta noche?
Asistimos a un debate previo a una cita electoral que, con toda probablidad, dará lugar de nuevo a un escenario complejo, de gran fragmentación, y que necesite pactos para desbloquear la formación del gobierno. Por ello, es deseable que el debate arroje luz sobre lo que cada partido está dispuesto a hacer con la cuota de representatividad que las urnas le otorguen.
Es por ello que cada partido debe exponer cuales son sus posiciones, sus lineas rojas, sus condiciones, sus vetos mutuos y sus afinidades con el resto de oponentes. Así al menos podrán ofrecer un boceto de la política de pactos que seguramente marcará la etapa post-electoral.
El Partido Popular afronta este debate aferrado a un discurso con el que se presentan a si mismos como una opción segura, moderada, avalada por una supuesta recuperación económica de la que se consideran artífices. Llegan a esta cita mediática con la intención de distanciarse frontalmente de Unidos Podemos, a la que se refieren a menudo como una opción "radical"o "extremista". Están dispuestos a granjearse el apoyo del PSOE para una gran coalición, y de Ciudadanos, apelando a su similar posición conservadora en el espectro ideológico y a lo que ellos llaman "moderación". Rajoy tendrá que defender sus flancos más débiles: los numerosos y enormes casos de corrupción que salpican a su partido y el hecho de que la recuperación económica que suelen presentar como credencial es muy cuestionable.
Albert GeaReuters
Unidos Podemos llega a este debate con la moral alta tras los últimos resultados en las encuestas, que le sitúan como segunda fuerza política en intención de voto, y como líder de la izquierda en España. Su intención es enfrentarse directamente al PP, presentándose como única alternativa posible para una regeneración democrática del país, relegando al PSOE y a Ciudadanos un segundo plano. Para ello, efectivamente, cuestionarán eso que el PP llama recuperación económica, y denunciarán la implicación del partido de Mariano Rajoy en un ingente número de casos de corrupción. Es de esperar que tengan que afrontar de nuevo los ya habituales ataques de las demás formaciones, basados en sus supuestos vínculos con el chavismo en Venezuela o por su apoyo a formaciones políticas que promueven un referéndum soberanista en Cataluña.
Andrea Comas Reuters
El PSOE se presenta al debate tras resolver lo mejor que ha podido sus divisiones internas, que hace un mes generaron tanto "ruido" mediático en la escena política española, pero seriamente amenazado con dejar de ser la segunda fuerza política en España. Es previsible, no obstante, que insista en presentarse como la única alternativa posible, como el único partido político capaz de "liderar el cambio". Hasta ahora, su estrategia electoral ha consistido en separarse del PP criticando su corrupción y sus políticas de austeridad, y en criticar la "intransigencia" de la formación de Pablo Iglesias.
Juan MedinaReuters
Ciudadanos, por su parte, acude a esta cita queriendo presentarse como un partido libre de corrupción y sólido en su idea de unidad de España, lo cual explica, respectivamente, su distanciamiento del Partido Popular y de Unidos Podemos. Tras los malos resultados de las últimas elecciones sus expectativas son razonablemente bajas, por lo que su estrategia podría consistir en un desgaste agresivo de sus rivales directos. En ocasiones anteriores, su líder, Albert Rivera, ha demostrado confiar mucho en esta estrategia para captar votos de indecisos por la vía del miedo a una supuesta y demonizada radicalidad izquierdista, llegando incluso a desplazarse hasta la capital venezolana hace pocas semanas en un intento de vincular la candidatura de Unidos Podemos a los problemas locales de Venezuela.
Juan MedinaReuters
Reproches del pasado reciente
Es probable que este debate cuente con un asunto adicional: el comportamiento que cada partido tuvo en la política post electoral de estos últimos meses… o dicho de otra forma, la contribución que cada fuerza política hizo al fracaso en el intento de formar un gobierno.
El PSOE, por ejemplo, podría reprochar a Podemos su falta de apoyo para investir a Sanchez como presidente, o la forma y condiciones en que Iglesias ofreció al PSOE un pacto de gobierno.
Por su parte, es muy probable que el PSOE sea acusado de ambigüedad ideológica por pactar en su momento con Ciudadanos.
El PP ha lamentado en repetidas ocasiones que no se "permitiera gobernar a la lista más votada", y probablemente volverá a buscar el apoyo del PSOE y de Ciudadanos en este sentido, apelando al ya usado argumento de la "responsabilidad" o a la "moderación" que supuestamente comparten con estas fuerzas políticas, dada su intención de presentar a Unidos Podemos como una opción extremista.
La decisión de Rajoy de no acudir en su momento al debate de investidura ha sido y podría volver a ser una fuente críticas.
¿A quien interesa polarizar la campaña?
En las últimas semanas han sido evidentes los esfuerzos del Partido Popular y de Unidos Podemos por polarizar la campaña.
El PP opta por enfrentarse directamente con la formación liderada por Pablo Iglesias, para presentarla como un partido extremista, vinculado al chavismo y socialmente radical, y ofrecerse como una opción moderada y segura frente a semejante "peligro". Al PSOE prefieren no oponerse tan frontalmente, porque están más interesados en contar con su apoyo en un una "gran coalición". Esto, sin embargo, parece poco probable, ya que una de las líneas rojas más frecuentemente anunciadas por el PSOE es precisamente esa: no permitir ni facilitar un gobierno del PP.
A Unidos Podemos también le beneficia una polarización en esta campaña, ya que eso les permite erigirse en representantes de la izquierda española en estas elecciones, sobrepasando al PSOE y relegando a Ciudadanos a una posición irrelevante.
Es muy posible que esa estrategia de polarización de la campaña que comparten PP y Unidos Podemos tenga un claro reflejo en el desarrollo del debate de hoy.
Interesantes antecedentes
La última vez que Mariano Rajoy aceptó participar en un debate televisivo la tensión acabó desbordándose: fue aquel debate del 14 de diciembre en el que Pedro Sanchez le dijo “Usted no es decente” y Rajoy le respondió “Usted es ruin y miserable”. El debate marcó en adelante las relaciones entre ambos líderes políticos y reveló una distancia entre PP y PSOE mayor de la que se había percibido hasta el momento.
Pablo Iglesias y Albert Rivera también protagonizaron un bronco debate en el programa Salvados, del canal de televisión La Sexta, moderado por el periodista Jordi Évole, en el que destacó el afán de Albert Rivera por atacar a la formación de Iglesias en virtud de su supuesta cercanía ideológica al gobierno de Venezuela y al comunismo.
Anoche tuvo lugar también en La Sexta otro debate a cuatro, centrado exclusivamente en la economía, al que acudieron, representando a sus partidos, Luis de Guindos (PP), Alberto Garzón (Unidos Podemos), Luis Garicano (Ciudadanos) y Jordi Sevilla (PSOE). Esta vez el debate tuvo un tono más moderado, y tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación, la opinión mayoritaria es que fue "pobre" y "aburrido".
Sin embargo, en el debate de esta noche, teniendo en cuenta los últimos encuentros, las enconadas posiciones de los partidos y un posible rencor acumulado auguran un encuentro tenso con actitudes decididamente agresivas. No obstante, es difícil calcular el impacto de este debate en los resultados electorales y su influencia en el voto de los indecisos. A trece días de las elecciones se encuentra un poco demasiado lejos del momento decisivo, y su influencia en el voto podría verse reducida por esta razón.
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