domingo, 25 de septiembre de 2016

España:Calma chicha política, con presagios de tormenta arrasadora

Calma chicha política, con presagios de tormenta arrasadora






Dice un conocido refrán español que ‘tras la tempestad, viene la calma’. Y otros, más o menos coincidentes en su sentido expresivo, que ‘Dios aprieta, pero no ahoga’ y que ‘no hay mal que por bien no venga’; aunque éste último tenga una versión algo más inquietante: ‘no hay mal que cien años dure..., ni cuerpo que lo aguante’.

Y cierto es que las malas situaciones siempre terminan pasando. Pero en el mar, la quietud y la calma chicha no dejan de ser preocupantes, a veces abriendo una puerta a la desesperación, como anunciando un mal augurio o un presagio de muerte. En todo caso, la tranquilidad siempre tiene su contrapunto en las irremediables turbulencias de la vida.

Lo que estamos viviendo en este momento político, tras la agitada no-investidura presidencial de Rajoy (y antes con la de Sánchez), es justo un episodio de pasividad o de calma chicha que no se compadece con una situación de desgobierno tan grave como la que han estado proclamando los líderes partidistas, y sobre todo el del PP. Es decir, de repente se ha producido una bajada de tensión en la vida pública, palpable incluso en la anodina campaña electoral de Galicia y el País Vasco, sólo alterada con las incidencias que se producen en las causas judiciales protagonizadas precisamente por gente de la política.

Pero, ¿tan importantes o decisivas son esas dos elecciones autonómicas como para que los políticos aparquen sus interés personales en la formación del Gobierno de la Nación…? ¿Cómo o en qué pueden incidir los resultados, ya cantados por la demoscopia electoral a favor de Feijoó y Urkullu, sobre esa necesidad superior…?

Llevando el tiempo que llevamos observando la realidad social, sólo nos cabe vislumbrar dos razones para entender este sorprendente impasse: el hecho de que, a la chita callando, todos los partidos estén dando por inevitables unas nuevas elecciones generales en diciembre, o que se esté preparando de forma silente una tempestuosa lucha para intentar otra investidura presidencial a partir del 25-S, de nuevo sea como sea (en parte podría solaparse). Cuando se sepa quién puede volver a protagonizarla, resurgirán las peleas y el fuego cruzado entre los partidos y sus afines.

Una batalla en la que, de darse, las huestes populares ocuparían la primera línea de combate, procurando un ‘gobierno continuista’ e intentando forzar otra vez la abstención de los socialistas. Aunque quizás también quepa un mínimo intento de entendimiento tripartito entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos, en forma de ‘gobierno reformista’, con una solidez teórica de 188 escaños (85+71+32), por imposible o inusitada que parezca la idea (no insensata).

Lo que sí parece haber caído en saco roto es la posibilidad más razonable de que, desde su potestad, el Rey propusiera un candidato independiente de los partidos para intentar formar un gobierno técnico y de estabilización institucional, al estilo ya vivido de forma reiterada y exitosa en Italia. Pero aceptar esa solución es algo que requiere una grandeza de la que carecen nuestros voraces partidos políticos, aunque tras el 20-D tanto Ciudadanos como Podemos ya la apuntaron, al comprobar las dificultades para armar un acuerdo de gobierno estable (y desde luego porque ni Rivera ni Iglesias se veían presidenciables).

El mes de octubre, y hasta que el día 31 concluya el plazo para en su caso disolver Las Cortes Generales y convocar nuevas elecciones generales, vamos a revivir con toda probabilidad una tormenta política perfecta, que nos puede encender el pelo. Y alentada también desde sectores económicos y empresariales teóricamente externos al PP (o no, que diría Rajoy).

Entre otras cosas, porque la anterior insistencia de los populares para recolocar a Rajoy como presidente del Gobierno, fuera como fuera e incluso con el apoyo de sus mayores oponentes políticos, ha sido tan brutal que cualquier conciliación del tema les dejaría ahora en evidencia o en mala posición ante le opinión pública. Es decir, quedando como quien ha querido matar moscas a cañonazos y con un presidente en funciones que, como candidato, ha sido duramente recusado en el Congreso (él mismo reconoció su temor a ser “apaleado”). ‘No la hagas y no la pagarás’, como advierte un sabio proverbio popular.

Cierto es que de continuar siendo candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez también ha sido derrotado en otro intento de investidura. Pero a nuestro entender con algo más de dignidad que Rajoy, tras haber aceptado la designación del Jefe del Estado que había rechazado el presidente en funciones, trabajándose a fondo el acuerdo con Ciudadanos (si bien era claramente insuficiente por la marginación de Podemos) y, sobre todo, porque supo poner en evidencia la falta de colaboración del PP, que votó su investidura con un rotundo y legítimo ‘no’, sin considerar ni por asomo la misma posible abstención que después reclamó tan airadamente del mismo PSOE para Rajoy…

Todo ello teniendo por medio a Rivera, que como perejil de todas las salsas luchará briosamente a base de propuestas más o menos gratuitas para no perder pie en el escenario electoral. Aunque, antes que buscar presencia mediática a la desesperada, tendría que decidir si quiere seguir siendo la muletilla de otros o marcar de verdad un territorio político propio entre el PP y el PSOE, evitando que los populares se lo merienden con el ‘abrazo del oso’, como siempre han hecho con sus partidos colaboradores (ese es el gran objetivo inmediato de Génova).

Y con el acompañamiento expectante de los nacionalistas y soberanistas, que esperan encantados ver cómo la política nacional sigue embarrada por la torpeza de sus líderes y el desmedido poder de sus correosos aparatos partidistas (la enemiga en casa o el gran maligno de la partidocracia), que las nuevas fuerzas políticas han asumido de forma realmente frustrante.

De momento, Feijoó -la actual estrella de los populares- no ha dudado en afirmar en plena campaña electoral de Galicia que “con González, Zapatero, Rubalcaba o Vara enfrente no habría bloqueo”. Mientas la socialista Susana Díaz se pasea por los cenáculos conservadores madrileños, un día sí y otro también, pidiendo arteramente que se degüelle al mismo Pedro Sánchez al que ahora ella sería incapaz de desbancar en unas elecciones primarias socialistas, con tal de evitar unos nuevos comicios que muestren cómo el PSOE andaluz se le va de las manos…

Prepárense, pues, queridos abonados, para el totum revolutum político del ‘todos contra todos’ que con gran probabilidad vamos a vivir en octubre, salvo que, por vergüenza de lo visto hasta ahora, los partidos se achanten con una campaña electoral de punto en boca hasta poder abrirla en mejor ocasión. Lo veremos a partir del 25-S.


Fernando J. Muniesa









































1 comentario:

  1. Si, el analisis es correcto, solo falta añadir que la actual campaña contra Sanchez desde todos los poderes y medios de intoxicación proviene no solo de los que piensan en el como obstaculo a sus planes (el PP) sino de los quintacolumnistas de su propio partido, se llamen "barones" o baronesas. Ellos son los verdaderos artifices del acoso a Sanchez y en quien se apoyan mas y mas los argumentos de los podridos peperos. Y es que la culpa de que el PSOE baje a cada eleccion no es de Sanchez sino de los que diseñaron sus politicas y programas desde hace 20 años y hasta ahora en un clarisimo movimiento ideológico hacia el centro-derecha confirmado por reformas laborales anti-populares, reformas de la constitucion ultraliberales e indultos vergonzantes. Si, los culpables de que el PSOE se hunda son Felipe Gonzalez, Zapatero, Rubalcaba, Madina , Chacon y los famosos barones de Andalucia, Extremadura, Castilla la Mancha, Aragon, Asturias y Comunidad Valenciana, todos estos últimos, en un grado mayor o menor, partidarios de la continuidad del "establishment" y del campeon de los pufos, Mariano Rajoy. A nadie en la calle se le escapan estos deslizamientos hacia el liberalismo neo-capitalista y su alejamiento de cualquier politica favorable al pueblo trabajador que aun sigue engañado por las palabras "socialista" y "obrero" nunca antes desnaturalizadas hasta tal punto. Todo esto ya ocurrió en Grecia, Alemania, Francia o Portugal y estos "partidos socialistas" quedaron en la insignificancia o van hacia ella. Incluso el nacimiento de movimientos como 5 Estrellas o Podemos viene de este desistimiento de las izquierdas en sus valores principales. Incluso se podría achacar a esta alternancia de liberales de izquierda y derecha el auge y eclosion de partidos xenófobos y ultra derechistas. Y es que, amigos míos, de lo que se trata principalmente en este siglo XXI es de privatizar la economia mundial y globalizar la injusticia y la precariedad arrebatando a mordiscos la legitimidad de los estados para que esto pase a ser un asunto de balances de cuentas en manos de banqueros y corporaciones. Claro, para hacer esto sin que estallen revoluciones por todos lados hace falta el concurso de toda esta maraña de traidores instalados en los principales partidos politicos del sistema que a cambio de migajas de poder y dinero llevan a cabo estas oscuras agendas privatizadoras en cada país. Por todo esto es por lo que Pedro Sanchez esta siendo derribado y por lo que el PSOE no representa ya a ninguna base progresista. Sanchez es otro colaborador del sistema, por supuesto, pero la sola posibilidad de que llegase a pactar con los "outsiders" de Podemos hace temblar a estas fuerzas oscuras a las que se llama "mercados" eufemísticamente y a los que la corrupcion de los partidos beneficia siempre por no decir que son ellos los que la promueven. Porque si la democracia es el gobierno del pueblo ¿que pintan todos estos oscuros poderes dirigiendo este gobierno? . Esta pantomima desvirtua la democracia y nos hunde en la desesperación y el caos con la ayuda inestimable de esas hordas de lacayos creadores de opinion que son los Medios de Desinformación actuales, todos sin excepcion en manos de corporaciones privadas y haciendo el trabajo sucio de comer el coco al pueblo para que no se levante contra tanta ignominia y siga con su racion de "circo" y sus migajas salariales. Una vez mas hay que confiar en la espiral creciente de conciencia individual y colectiva aunque los tiempos se precipitan y el mal no descansa. Cada día que pasa se pone todo mas difícil para los desfavorecidos y aumenta la desregulacion de la economía, pero nadie vendra del espacio a arreglarlo, debe ser la suma de voluntades y mentes perspicaces la que invierta este movimiento fatal hacia la esclavitud, verdadero sueño de las elites que en toda epoca historica siempre aspiraron al poder absoluto y a la ausencia de derechos de los hombres y mujeres bajo su férula.

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