Italia, base y trampolín de Estados Unidos hacia África
Por Manlio Dinucci
5 Octubre 2016
Al Pentágono no le basta con organizar guerras en la región europea de Donbass, en Siria y en Yemen. También despliega actualmente tropas en África, con vista a la conquista del llamado continente negro.
Mientras las luces de la atención político-mediática apuntan hacia Siria, centro de una colosal operación psicológica (PsyOp) para presentar a los agredidos como agresores, lo que sucede en otras partes del Medio Oriente y en África se mantiene en la sombra.
Estados Unidos, Arabia Saudita, Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos –países que desde hace 5 años imponen a Siria una guerra a través de fuerzas terroristas infiltradas y que ahora atribuyen al gobierno sirio crímenes de guerra, financiando para ello la exposición fotográfica que se presenta en Roma [1]– siguen masacrando civiles en Yemen. Y en esa masacre participa el CentCom, con ataques «antiterroristas», cuya existencia está oficialmente documentada, realizados en Yemen con drones y cazabombarderos.
Todavía más en la sombra permanecen, en los medios masivos de comunicación, las operaciones militares de Estados Unidos en África. Esas operaciones se realizan bajo el mando del AfriCom, que dispone de dos importantes mandos subalternos en suelo italiano.
El US Army Africa (Ejército de Estados Unidos para África), cuyo cuartel general se halla en el cuartel Ederle, en la ciudad italiana de Vicenza, «garantiza el mando de misión y emplea fuerzas para el teatro de operaciones», garantizando al mismo tiempo asistencia militar a los socios africanos para implantar «seguridad y estabilidad» en el continente.
El otro mando subalterno son las Fuerzas Navales de Estados Unidos para Europa y África (US Naval Forces Europe-Africa) que tienen su cuartel general en Nápoles, en la base de Capodichino. Ese mando se compone de 6 fuerzas de las que forman parte los buques de guerra de la Sexta Flota estadounidense, con base en Gaeta, Italia. Su «área de responsabilidad» abarca Rusia, Europa y África (exceptuando a Egipto que cae en el «área de responsabilidad» del CentCom), además de la mitad del Océano Atlántico, el Polo Norte y la Antártida. Esas fuerzas están bajo las órdenes de la almirante Michelle Howard, quien a la vez encabeza el Mando de la Fuerza Aliada Conjunta (Joint Force Command o JFC de Nápoles), cuyo cuartel general se sitúa en Lago Patria, Nápoles.
Con esas fuerzas, incluyendo las aeronaves de los portaviones y los drones armados con base en Sigonella (Sicilia), Estados Unidos intensifica sus operaciones militares en África. Los ataques aéreos iniciados en Libia en agosto de este año, so pretexto de detener el avance del Emirato Islámico (Daesh), amenaza que fue por cierto ampliamente subestimada, en realidad son parte del plan de reconquista y recolonización de Libia, donde desde hace tiempo operan unidades de fuerzas especiales estadounidenses y europeas.
Pero esa es solamente la parte visible del «gran juego» africano. Entre las numerosas «misiones» del AfriCom está la ya iniciada construcción de una base de drones armados en Níger, oficialmente destinada al «antiterrorismo». Esa base está al servicio de las operaciones militares que desde hace años realiza Estados Unidos, junto a Francia, en el Sahel, principalmente en Mali, Níger y Chad. Tres países entre los más pobres del mundo (el índice de analfabetismo en Níger abarca el 70% de los hombres y el 90% de las mujeres), pero muy ricos en materias primas (coltán y oro en el caso de Mali, uranio en Níger y petróleo en Chad) y explotados por transnacionales estadounidenses y francesas temerosas de la competencia que ya representan para ellas las empresas chinas que ofrecen a los países de África condiciones de intercambio mucho más favorables.
Otra operación militar estadounidense, con uso de drones y de fuerzas especiales, ya se desarrolla en Somalia, país africano de primera importancia en el plano geoestratégico.
Simultáneamente, la US Army Africa penetra en el continente a fuerza de programas de «cooperación para la seguridad», cuyo verdadero objetivo es garantizar la formación de élites militares al servicio de Estados Unidos. Con ese mismo objetivo los navíos de guerra del US Naval Forces Africa recorren las costas africanas prestando «asistencia a la seguridad marítima».
Tampoco se descuida la asistencia «espiritual». El capellán del buque de asalto anfibio USS Wasp celebró, por videoconferencia desde el Mediterráneo, una misa para los marinos delUSS San Antonio, actualmente en misión en África.
Fuente Original: Il Manifesto (Italia)
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio.
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