domingo, 5 de diciembre de 2021

La Unión Europea Inicia su Disolución




El eclipse parcial de Luna del viernes 19 de Noviembre por la mañana hizo que nuestro satélite natural se volviese de color rojo o cobrizo durante unas horas, y fue visible desde América del Norte y América del Sur, hasta Australia y el este de Asia.

Con una duración de 3 horas, 28 minutos y 23 segundos, este eclipse parcial será el más largo de este siglo.
















Observábamos, con cierto respeto, el eclipse lunar parcial del pasado 19 de Noviembre domificado para Bruselas, ciudad donde se encuentra la sede de la Unión Europea y  la  de la OTAN .

Se da la situación de que en el gráfico del referido eclipse lunar, la Luna está situada en 27º20' Tauro, en conjunción con la estrella fija Algol, que en ese momento se encuentra en 26º28' Tauro.









Algol (β Per / Beta Persei) es una estrella que brilla en la constelación de Perseo. Es una de las binarias eclipsantes mejor conocidas, la primera de este tipo en ser descubierta, y también una de las primeras estrellas variables en general conocidas. La magnitud de Algol oscila regularmente entre 2.3 y 3.5 con un periodo de 2 días, 20 h y 49 min.

El nombre Algol significa "estrella endemoniada" (del árabe رأس الغول (Ras al-gul), "la cabeza del demonio"), y probablemente fue llamada así por su peculiar comportamiento. En épocas en las que se creía que el cielo era inmutable, el hecho de que una estrella pudiera variar de magnitud en ciclos de casi exactamente 68 horas y 49 minutos solo podía ser obra del Diablo. En la constelación Perseo, representa el ojo de la gorgona Medusa.




























                              




















                       






















Lo que resulta cierto y procupante es lo que sobre Algol dice la Astrología:

Ver mi antiguo mensaje:  Notas sobre la estrella fija Algol

La estrella Caput Algol es considerada, para los astrólogos, como la de más nefasta reputación en los cielos. 

En cuanto al cuerpo y la salud tiene relación sobre las hemorragias, la garganta y las operaciones quirúrgicas de la misma (incluimos también en sentido extremo las decapitaciones), el bulbo raquídeo del cerebro (la parte más primitiva del cerebro en los vertebrados que aun continúa existiendo en la médula espinal. También se relaciona con el control involuntario de funciones vitales (tales como las implicadas en corazón y pulmones), los accidentes extraños, los tumores malignos (el cáncer), los problemas mentales, la agorafobia, las bacterias (antibióticos), las alergias al polen, y las esporas, (moho) y la concepción. En muchos casos la mortandad infantil, como los fetos resultantes de abortos o los que sufren discapacidades de tipo prenatal tienen una influencia fuerte de Algol.

En el gráfico del citado eclipse, en su fase máxima, la presencia de Algol en conjunción a la Luna no promete nada bueno para los asuntos regidos por la Luna: El pueblo, el gentío, las masas, la fertilidad, las mujeres, las variaciones climatológicas, los movimientos populares y los lugares públicos.











En dicho gráfico domificado para Bruselas, Bélgica, vemos como la Luna, situada en 26º46' Tauro, de nuevo, como ya sucedía en el gráfico de la UE, está conjunta a la nefasta estrella fija Algol. La Luna es un gráfico mundano es el significador universal del pueblo, (en este caso de los pueblos de los paises integrantes que constituyen la Unión Europea) y se opone aplicativa al Sol, (el signficador universal de las primeras figuras públicas que detentan el poder de un país, como son los presidentes y primeros ministros). 

Ambos, Sol y Luna, componen una "T cuadrada" en signos Fijos junto con Júpiter, (el planeta de la Justicia y lo global), que transita en dicho gráfico en 24º01' Acuario. actúando en la figura disonante estructural "Fija" como Ápex ó planeta receptor.

Por otro lado Marte, regente de IVª y domiciliado en 13º23' Escorpio se  opone a Urano  retrógrado, el astro de las mutaciones y de las sorpresas, que vemos está situado en 12º11' Tauro, y es el dispositor del Duplo Social, Júpiter - Saturno, ambos situados respectivamente en 24º00' y 08º08' Acuario, mientras  Saturno, domiciliado en Acuario, el astro de la represión y el control, se dirige a formar su ´tercera y última cuadratura regresiva ó de cierre con Urano, que tendrá lugar el próximo 24 de Diciembre. 

En el gráfico astral del nacimiento de la Unión Europea , establecido para la entrada en vigor del Tratado de Maastricht, vemos como la Luna estuvo situada practicamente en idéntico lugar  a la posición que hemos visto que ocupó en el pasado eclipse lunar parcial.

En dicho gráfico de la Unión Europea la Luna estaba situada en 24º19' Tauro también, y como ha vuelto a suceder durante el eclipse, formaba  conjunción aplicativa con la nefasta estrella fija Algol y desde esa posición enfrentaba en estrecha oposición aplicativa de solo 0º05' el punto medio de  la  violenta, soterrada, quirúrgica y punzante conjunción Marte-Plutón,ambos domicliados en Escorpio. Además todos ellos redundaban la asfixiante presión mediante una figura  disonante estructural en "T cuadrada Fija" con el astro de la represión ejercida desde el poder, Saturno, también domiciliado en 23º38' Acuario y conjunto a la estrella fija Spica. Exactamente los mismos grados donde en el gráfico del pasado eclipse lunar se situaba en tránsito de recepción de "T cuadrada" el, hasta su próximo contacto en conjunción con Neptuno del próximo 12 de Abril, ahora maltrecho astro de la legalidad y la justicia, Júpiter.

Por tanto la figura del pasado eclipse lunar produce una fuerte resonancia sobre la explosiva "T cuadrada Fija" que preside el grafico astral del nacimiento de la Unión Europea, con lo que es de esperar más y más control y otra batería de nuevos abusos de poder sobre la ciudadania...





Así en el gráfico de la Unión Europea la Luna estaba en 24º19' Tauro en conjuncion aplicativa sobre  la estrella Algol, que en ese momento se encontraba  en  26º05' Tauro, mientras en el eclipse lunar parcial estuvo situada en 26º46' Tauro y Algol en  26º28'Tauro.  







Pasados unos pocos días desde que sucedó el evento astronómico vemos como por el momento se van produciendo algunas noticias que revelan las consecuencias del pasado eclipse ...





FRANCIA-ITALIA
FIRMA DEL TRATADO DE QUIRINAL  
                                                 






UNIÓN EUROPEA







TRATADO DE QUIRINAL
26 Noviembre 2021






UNIÓN EUROPEA
SINASTRÍA
TRATADO DE QUIRINAL
26 Noviembre 2021



UNIÓN EUROPEA
GRÁFICO PROGRESADO
TRATADO DE QUIRINAL
26 Noviembre 2021







UNIÓN EUROPEA
PROGRESIONES SECUNDARIAS
TRATADO DE QUIRINAL
26 Noviembre 2021






UNIÓN EUROPEA
GRÁFICO PROGRESADO CONVERSO
TRATADO DE QUIRINAL
26 Noviembre 2021





UNIÓN EUROPEA
PROGRESIONES SECUNDARIAS CONVERSAS
TRATADO DE QUIRINAL
26 Noviembre 2021






‎¿Italia y Francia van a guiar la Unión Europea?‎

24 Noviembre 2021





El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Italia, Mario Draghi, ‎se disponen a firmar el 26 de noviembre un acuerdo entre sus dos países. ‎

Los gobiernos de Francia e Italia pretender asumir conjuntamente el liderazgo de la Unión Europea ‎a raíz de la próxima salida de la canciller alemana Angela Merkel de la escena política y de la ‎llegada al poder en Alemania de un gobierno de coalición encabezado por su sucesor, Olaf ‎Scholz. ‎

La firma del acuerdo franco-italiano coincide además con el hecho que el 1º de enero ‎de 2022 Francia debe asumir por 6 meses la presidencia rotatoria de la Unión Europea. ‎

El tratado entre Francia e Italia incluye una serie de disposiciones de cooperación industrial y ‎en materia de defensa. ‎

Después del Brexit, el paso del tándem franco-alemán a la conformación de un binomio franco-‎italiano podría iniciar el regreso a la antigua rivalidad entre Francia y Alemania y acelerar el fin de ‎la Unión Europea. ‎

 

Fuente: Red Voltaire

 

La Unión Europea Inicia su Disolución

Por Thierry Meyssan




El Tratado que Francia e Italia acaban de firmar en Roma y el proyecto de la ‎coalición gubernamental del próximo canciller de Alemania, Olaf Scholz, son incompatibles con la ‎historia de la Unión Europea. París y Berlín acaban de dar pasos concretos que sólo ‎pueden dar inicio a la inevitable disolución de la Unión Europea. ‎

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill imaginó un sistema que permitiría a los ‎anglosajones garantizar que Europa occidental no cayera en manos de la Unión Soviética para ‎que ellos pudieran mantenerla bajo su propio control. Se trataba de crear un mercado común ‎europeo con los países arruinados por la guerra que aceptaran el Plan Marshall [1]. ‎

En aquella época, Estados Unidos y Reino Unido avanzaban de manera coordinada. En pocos ‎años sentaron las bases de nuestro mundo: la OTAN es una alianza militar cuyo control ejercen ‎Washington y Londres mientras que lo que acabaría convirtiéndose en la Unión Europea es la ‎organización civil donde los anglosajones alinean a sus aliados. Claro, los miembros de ‎la primera no son necesariamente miembros de la segunda, pero no es menos cierto que ‎las dos tienen sus sedes respectivas en Bruselas y que ambas son de hecho las dos caras de la ‎misma moneda. Los servicios comunes de ambas estructuras están discretamente instalados en ‎Luxemburgo. ‎

Luego de la crisis entre Washington y Londres, en el momento de la expedición de Suez, el ‎Reino Unido –que estaba perdiendo su imperio– decidió incorporarse a aquello que todavía ‎no era la Unión Europea. En 1958, Harold Macmillan fracasó en esa misión pero Edward Heath ‎finalmente lo logró en 1973. Sin embargo, la correlación de fuerzas siguió evolucionando y el ‎Reino Unido abandonó la Unión Europea a finales de 2020, volviéndose nuevamente hacia su ‎antiguo imperio, bajo la noción de la «Global Britain». ‎

Todos los documentos de la Unión Europea se traducen a cada una de las lenguas oficiales de sus ‎países miembros, más el inglés, que se convirtió en la lengua oficial de la UE a pesar de que ‎ninguno de sus miembros actuales lo tiene como idioma oficial. Y no es porque el Reino Unido ‎haya sido miembro de la Unión Europea sino porque esta última se halla bajo la “protección” de ‎la OTAN, lo cual se estipula en el artículo 42, párrafo 7 del Tratado de Lisboa, impuesto a ‎los pueblos europeos sin consulta en lugar del Tratado Constitucional que los electores habían rechazado [2].‎

Alemania, país que hasta 1990 vivió bajo la ocupación de las cuatro potencias vencedoras de la ‎Segunda Guerra Mundial, se adaptó a no seguir siendo una potencia militar. Todavía hoy los órganos ‎de inteligencia alemanes –reorganizados por Estados Unidos con la contribución del antiguo ‎personal nazi– siguen estando al servicio de los antiguos ocupantes occidentales mientras que ‎el Pentágono mantiene en suelo alemán importantes bases militares, bajo un estatus de supuesta ‎extraterritorialidad.‎

Francia, por el contrario, sueña con ser militarmente independiente. Fue por eso que Charles ‎de Gaulle, después haber sido el líder de la Francia Libre durante la Segunda Guerra Mundial, sacó ‎a Francia del mando integrado de la OTAN en 1965. Pero, otro presidente, Nicolas Sarkozy, la ‎reincorporó al bloque militar en 2009. Hoy en día, las operaciones de las fuerzas armadas ‎francesas en el exterior se desarrollan bajo la supervisión de generales estadounidenses. ‎

Alemania y Francia asumieron por años el liderazgo de la entidad que hoy conocemos como la ‎Unión Europea. El presidente francés Francois Mitterrand y el canciller alemán Helmut Kohl ‎concibieron la transformación de la Comunidad Económica Europea en una entidad supranacional ‎‎–la Unión Europea– capaz de rivalizar con la URSS y China pero que seguiría siendo vasallo de ‎Estados Unidos. Esta estructura, a la cual se incorporaron –por exigencia de Estados Unidos– ‎los ex miembros del Pacto de Varsovia, a la vez que pasaban a ser miembros de la OTAN, ‎se convirtió en una gigantesca burocracia. ‎

A pesar de las apariencias, el Consejo de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea ‎no es un súper gobierno sino una caja de resonancia de las decisiones de la OTAN. ‎Esas decisiones se toman en el Consejo del Atlántico Norte, controlado por Estados Unidos ‎y Reino Unido, se transmiten a la Comisión Europea y al Parlamento ‎Europeo y son en definitiva ratificadas por el Consejo Europeo.

Es importante saber que la OTAN tiende a meterse en todo: desde los ingredientes del chocolate ‎‎(la ración del soldado incluye una barra de chocolate) hasta la construcción de los puentes ‎europeos (ahora los puentes que se construyen en Europa tienen que ser utilizables para ‎el tránsito de los tanques de la OTAN), pasando por las vacunas anticovid (hay que velar por ‎la salud de los civiles para que los militares estén sanos) y las transferencias bancarias (para ‎vigilar las transacciones “enemigas”). ‎

Las fuerzas armadas de Reino Unido y Francia eran los dos únicos ejércitos con un peso real en la ‎Unión Europea. Así que iniciaron un proceso de acercamiento con la firma de los Tratados de ‎Lancaster House, en 2010. Pero vino el Brexit y el ejército francés volvió a quedarse solo, como ‎pudo verse con la reciente anulación de la compra de submarinos franceses pactada con Australia, ‎anulación que favoreció al Reino Unido. ‎

La única opción que le quedaba a Francia era acercarse a las fuerzas armadas de Italia, a pesar ‎de que estas son dos veces más pequeñas que las fuerzas armadas francesas. Eso es lo que ‎acaba de decidirse con la firma del Tratado del Quirinal, el 26 de noviembre de 2021. Esta ‎maniobra se vio facilitada por la afinidad evidente entre el presidente francés Emmanuel Macron ‎‎–quien fue banquero con Rothschild– y el primer ministro italiano Mario Draghi –ex banquero en ‎Goldman Sachs– y su liderazgo común en la respuesta política ante la epidemia de coronavirus. ‎De paso también vale la pena observar la increíble jerga políticamente correcta que caracteriza ‎la redacción de este documento, muy lejana de las tradiciones latinas [3].

Mientras tanto, en Alemania, la canciller Angela Merkel deja ese cargo en manos de Olaf Scholz, ‎a quien no le interesan las cuestiones militares ni los déficits presupuestarios de Francia y ‎de Italia. El acuerdo de coalición de su gobierno [4] simplemente alinea la política exterior alemana tras la política ‎exterior de los anglosajones, o sea la de Washington y Londres.

Hasta ahora, los gobiernos alemanes encabezados por Angela Merkel luchaban contra el ‎antisemitismo. El gobierno de Scholz va mucho más lejos y se compromete a respaldar «todas ‎las iniciativas que promuevan la vía judía y promuevan su diversidad». Ya no se trata de proteger ‎a una minoría sino de «promoverla». ‎

En cuanto a Israel, país que Estados Unidos y Reino Unido crearon siguiendo una lógica imperial ‎‎[5], el acuerdo de la coalición alemana de gobierno estipula también que «la seguridad ‎de Israel es un interés nacional» de Alemania y promete bloquear «los intentos antisemitas de ‎condenar a Israel, incluso en la ONU». Precisa además que Alemania seguirá apoyando la ‎solución de los dos Estados ante el conflicto israelo-palestino –lo cual es una manera de decir ‎que se opondrá al principio de «una persona, un voto»– y expresa regocijo ante la ‎‎«normalización» de las relaciones entre Israel y los países árabes. El gobierno Scholz entierra así ‎la política tradicional del SPD, olvidando que Sigmar Gabriel, siendo ministro alemán ‎de Exteriores (de 2013 a 2018) calificaba el régimen israelí de «apartheid». ‎

Olaf Scholz es un abogado preocupado sobre todo por hacer funcionar la industria de su país ‎en base a un compromiso entre obreros y patronos. Nunca estuvo demasiado presente al ‎tratarse de temas internacionales y ha designado como ministro de Exteriores a la jurista verde ‎Annalena Baerbock. Esta última no sólo es partidaria de liquidar el uso de los combustibles ‎fósiles sino que trabaja como agente de influencia de la OTAN, así que clama a toda voz que ‎Ucrania debe convertirse en miembro de la OTAN y de la Unión Europea, milita contra Rusia y ‎por ende rechaza el gasoducto Nord Stream 2 mientras que promueve la construcción ‎en Europa de terminales especializadas para recibir por barco gas importado desde ‎Estados Unidos, a pesar del costo exorbitante de tales instalaciones. Además, califica a China ‎de «rival sistémico» y apoya a todos los separatistas que puedan afectar en algo a ese país –‎el separatismo taiwanés y también a los separatistas tibetanos y uigures. ‎

Así que es previsible un lento alejamiento de las políticas de Alemania y de Francia y hasta el ‎probable resurgimiento del conflicto que enfrentó a esos dos países y que dio lugar a 3 guerras ‎entre 1870 y 1945. ‎

Contrariamente a lo que afirma la propaganda, como señalé al principio, la Unión Europea ‎no fue creada para garantizar la paz en Europa occidental sino para mantener a las poblaciones ‎de esa parte de Europa en el bando de los anglosajones durante la guerra fría. Así que ‎el conflicto franco-alemán nunca llegó a resolverse.

Lejos de instaurar la paz, la Unión Europea sólo escondió ‎el problema franco-alemán bajo una especie ‎de manta sin tratar de resolverlo. Peor aún, durante las recientes guerras en la antigua ‎Yugoslavia, Francia y Alemania llegaron a enfrentarse militarmente: Alemania apoyaba a Croacia ‎mientras que Francia respaldaba a Serbia. Berlín y París se concertaban dentro de las fronteras ‎de la Unión Europea pero se hacían la guerra fuera de ellas y los especialistas en operaciones ‎especiales saben que hubo muertos de ambas partes. ‎

Las políticas exteriores eficaces son aquellas que traducen la identidad de sus naciones. El Reino ‎Unido y Alemania siguen hoy su camino, como naciones orgullosas de ser lo que son. ‎

Eso no sucede con Francia, hoy en plena crisis de identidad. El presidente francés Emmanuel ‎Macron aseguraba al principio de su mandato que «no hay una cultura francesa». Luego, bajo ‎la presión de los franceses, Macron cambió de discurso… pero su pensamiento sigue siendo el mismo.

Francia cuenta con medios, pero ya no sabe qué es ni adónde va. Sigue persiguiendo la quimera ‎de una Unión Europea independiente, que rivalizaría con Estados Unidos, mientras que los otros ‎‎26 miembros de la UE quieren otra cosa. Pero Alemania comete un grave error al apostar por el ‎‎«paraguas nuclear» estadounidense en momentos en que Estados Unidos ha entrado en un ‎proceso de descomposición. ‎

Es evidente que acabamos de entrar en la fase de disolución de la Unión Europea, una estructura ‎tan anquilosada que será una suerte para cada uno de sus miembros tener la oportunidad de ‎recuperar su plena independencia. Pero será también, y sobre todo, un desafío que puede ‎rápidamente tomar un cariz dramático. Estados Unidos está desmoronándose sobre sí mismo, ‎así que la Unión Europea se verá pronto sin amo a quien obedecer. Los países que ‎forman parte de esa entidad tendrán que posicionarse cada uno ante los otros. Es ‎tremendamente urgente que los europeos comiencen a entenderse entre sí, ya no como simples ‎socios comerciales sino como compañeros en todo. No hacerlo los llevará inevitablemente a la ‎catástrofe, a la guerra generalizada.

Ya se ha podido comprobar que todos los miembros de la Unión Europea –con excepción de ‎los ingleses, que en definitiva ya la abandonaron– tienen en común ciertos elementos ‎culturales. Esos elementos son también parte de la cultura de Rusia, más cercana de la cultura ‎europea que la del Reino Unido.

Ahora se hace posible reconstruir Europa, pero no como una burocracia centralizada sino como ‎una red de Estados, abriéndola a quienes se vieron artificialmente marginados por los ‎anglosajones deseosos de garantizar su propia dominación sobre el continente ‎durante toda la guerra fría. De eso hablaba Charles de Gaulle cuando, oponiéndose a Winston ‎Churchill, se declaraba partidario de una «Europa de Brest a Vladivostok».

 

NOTAS

[1] «Historia secreta de la Unión Europea», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 ‎de enero de 2005.

[2] «Si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance, de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Ello se entiende sin perjuicio del carácter específico de la política de seguridad y defensa de determinados Estados miembros.

Los compromisos y la cooperación en este ámbito seguirán ajustándose a los compromisos adquiridos en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que seguirá siendo, para los Estados miembros que forman parte de la misma, el fundamento de su defensa colectiva y el organismo de ejecución de ésta».

[3] «Traité du Quirinal», Réseau Voltaire, 26 de noviembre de 2021.

[4] Mehr Fortschritt wagen. Bündnis für Freiheit, ‎Gerechtigkeit und Nachhaltigkeit, Sozialdemokratischen Partei Deutschlands (SPD), Bündnis 90 / Die Grünen und den ‎Freien Demokraten (FDP), 2021.

[5] «¿Quién es el enemigo?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 4 de agosto ‎de 2014.

Fuente: Red Voltaire

 

 

 

«EL ARTE DE LA GUERRA»‎

‎¿Hacia dónde nos lleva el eje Roma-París?‎

Por Manlio Dinucci

2 Diciembre 2021



Con el Tratado del Quirinal, el presidente de Italia Sergio Matarella, el primer ministro italiano ‎Mario Draghi y el presidente de Francia Emmanuel Macron conforman el nuevo binomio “líder” ‎de la Unión Europea: Francia e Italia. ‎

 

El Tratado que Italia y Francia acaban de firmar en Roma modifica radicalmente la ‎arquitectura de la Unión Europea en materia de defensa. Ya no serán las dos únicas ‎potencias nucleares europeas (Francia y Reino Unido) quienes encabecen la defensa de ‎la Unión Europea. Tampoco lo harían el ejército de Francia y la chequera de Alemania ‎sino los dos ejércitos más importantes que aún quedan en la UE, que son los de Francia ‎e Italia. Por supuesto, siempre bajo las órdenes de la OTAN.

Con el Tratado del Quirinal, el presidente de Italia Sergio Matarella, el primer ministro italiano ‎Mario Draghi y el presidente de Francia Emmanuel Macron conforman el nuevo binomio “líder” ‎de la Unión Europea: Francia e Italia. ‎

El Tratado que acaba de firmarse en Roma, en el Palacio del Quirinal, promovido por ‎el presidente de la República Italiana, Sergio Matarella, y firmado el 26 de noviembre por ‎el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro italiano Mario Draghi, es un tratado ‎político mediante el cual Italia y Francia «se comprometen a desarrollar su coordinación y a ‎favorecer las sinergias entre sus acciones respectivas a nivel internacional», facilitando ‎‎«asociaciones industriales en sectores militares específicos» y otros programas que impliquen ‎obligaciones financieras para el Estado ‎ [1]‎‏.‏

Sin embargo, para que el presidente de la República Italiana pudiese ratificarlo ese Tratado ‎tendría que haber contado primero con la autorización del parlamento italiano conforme al ‎Artículo 80 de la Constitución, donde se estipula que «las Cámaras autorizan por ley la ‎ratificación de los tratados internacionales que sean de naturaleza política o prevean gastos ‎financieros». A pesar de lo anterior, el texto del Tratado se mantiene en secreto, ‎exceptuando solamente a un restringido círculo de miembros del gobierno, hasta que se decida ‎publicarlo… después de firmado. ‎

El objetivo del Tratado, revelado al cabo de una negociación secreta, se percibe claramente por ‎su timing: se concluyó en el preciso momento en que, al salir de la escena la canciller ‎alemana Angela Merkel, aparecen nuevas correlaciones de fuerzas en el seno de la Unión ‎Europea. Francia, que asume en enero la presidencia semestral de la UE, sustituye el eje París-‎Berlín por un eje París-Roma. ‎

El acuerdo franco-italiano se centra en el Artículo 2, dedicado a la «seguridad y la defensa», ‎que cuenta 7 párrafos. Italia y Francia se comprometen a «fortalecer las capacidades de ‎la Europa de la defensa, trabajando así igualmente por la consolidación del pilar europeo de ‎la OTAN». Como ha subrayado el primer ministro italiano Draghi, en sintonía con Washington, ‎hay que construir «una verdadera defensa europea, que naturalmente es complementaria a ‎la OTAN, no sustitutiva: una Europa más fuerte hace que la OTAN sea más fuerte». ‎

Para pagar simultáneamente la OTAN y la Europa de la defensa, será necesario un colosal ‎aumento del gasto militar italiano, que ya hoy sobrepasa los 70 millones de euros diarios. ‎

En el marco de las «alianzas estructurales» entre sus industrias militares respectivas, Italia ‎ayudará a Francia a desarrollar las fuerzas nucleares estratégicas francesas y contribuirá también ‎al desarrollo de los sistemas militares espaciales de ambos países. El presidente francés ‎Emmanuel Macron ha iniciado un programa de «modernización» que prevé el desarrollo de ‎submarinos de ataque nuclear de tercera generación armados de nuevos misiles balísticos, ‎así como el desarrollo de un avión de combate de sexta generación (FCAS) armado con nuevos ‎misiles cruceros hipersónicos portadores de ojivas nucleares, concretamente el misil Tempest, actualmente ‎en etapa de concepción en Reino Unido. ‎

El programa que el presidente francés anunció en octubre, sobre la construcción de un sistema ‎de pequeños reactores nucleares modulares –a un costo de 30 000 millones de euros–, encaja en la «modernización» de las fuerzas nucleares francesas, lo cual indica que el Tratado del ‎Quirinal probablemente incluye una colaboración de Italia en ese sector, en el marco del plan ‎tendiente a la reintroducción de la energía nuclear en el sistema energético italiano. ‎

En el mismo Artículo 2 del tratado, Italia y Francia se comprometen a «facilitar el tránsito y el ‎estacionamiento de las fuerzas armadas de la otra Parte en su propio territorio», sin especificar ‎con qué objetivo, y a coordinar la participación de ambos países «en misiones internacionales ‎de gestión de crisis», particularmente en el Mediterráneo, en el Sahel y en el Golfo de Guinea. ‎

Se prepara igualmente un fuerte incremento de la participación de fuerzas especiales italianas –‎con blindados, aviones y helicópteros de ataque– en la Task Force Takuba, que opera en Mali y ‎en los países limítrofes con este último Estado bajo el mando de las fuerzas armadas francesas. ‎Oficialmente, el objetivo de Takuba en esa región sería la «lucha contra el terrorismo», pero ‎en realidad apunta a controlar una de las zonas más ricas en materias primas estratégicas, cuya ‎explotación está en manos de transnacionales estadounidenses y europeas, temerosas de los ‎cambios políticos en África y de la creciente presencia económica de China en ese continente. ‎

Así, según proclama el Tratado del Quirinal, Italia y Francia unidas actúan en «su objetivo ‎conjunto de contribuir al mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales, proteger y ‎promover los derechos humanos».‎

NOTAS

[1«Traité du Quirinal», Réseau ‎Voltaire, 26 de noviembre de 2021.

 

Manlio Dinucci

Fuente: Red Voltaire

Fuente original:Il Manifesto (Italia)

 

Traducido al español por Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio

 











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