Un estudio científico reciente (1) parece indicar que el momento en el que se nace afecta la personalidad, ¿es la astrología una ciencia arcana o solamente el resultado de un conclave de charlatanería y superstición?
La influencia de las estrellas en nuestra vida ha sido
despreciada por la ciencia, probablemente también influida por sus propias
estrellas escépticas (y dogmáticas) y por la industria de la charlatanería -el
horóscopo de bolsillo- que se ha generado en torno de la astrología, una
‘ciencia’ (que es también un arte) que en sus inicios esotéricos era solamente
practicada por los iniciados.
Grandes personalidades han utilizado y creído en esta
disciplina -que podríamos llamar una de las ciencias más viejas y a la vez
menos conocidas-: el presidente Ronald Reagan consultó un astrólogo toda su
presidencia para tomar decisiones (John Dee, el astrólogo de la Reina Isabel,
era parte fundamental de la estrategia del imperio); uno de los padres del
método científico, Francis Bacon, reconocía la influencia de los planetas; al
igual que Bacon, Isaac Newton también estudió alquimia, la ciencia hermana de
la astrología, y defendió a la astrología ante el escéptico Edwar Halley;
el psicólogo Carl G. Jung, sin creer necesariamente en la
influencia magnética de las estrellas, veía en la astrología una disciplina
intuitiva que a través de la sincronicidad y los arquetipos reflejados en las
constelaciones, permite al hombre comunicarse con lo más profundo de su ser, y
obtener respuestas adivinatorias de su inconsciente (en el espejo del cosmos).
Aunque existen algunos otros estudios que refererimos
más adelante, esta semana se dio a conocer un estudio de la Universidad de Vanderbilt que de forma inadvertida apunta a
que la astrología tiene una base científica, es decir que el momento en el que
se nace influye en el comportamiento y en la fisiología de los seres vivos. En
este caso se estudio a diferentes grupos de ratones genéticamente modificados
los cuales fueron expuestos a inviernos o veranos artificiales al momento de su
nacimiento. Los científicos notaron que no obstante que estos ratones fueran
cambiados de grupo después de nacidos seguían exhibiendo características
propias de la temporada en la que nacieron, es decir los ratones que nacieron
en invierno artificial al ser colocados en condiciones de luz de verano,
sigieron manteniendo características como un disminución de su ritmo de
actividad durante el día. Esta es la primera vez que se ha observado un efecto
de impronta o impresión de las condiciones en las que un animal nace. Algo que
los científicos llaman “biología estacional” (o seasonal biology).
El estudio está encaminado a investigar porque las
personas que nacen en los meses de invierno tienen una mayor propensión a
desarrollar trastornos neurológicos, como el trastorno afectivo estacional.
“Lo que es particularmente notable de estos resultados
es el hecho de que los efectos de impronta afectan tanto el comportamiento de
los animales como el ciclo neuronal del reloj biológico maestro de su cerebro”,
dijo de la Universidad de Vanderbilt.
En el caso de ratones nacidos en los equinoccios se
observaron efectos correspondientes intermedios que van acorde a lo observado.
Ahora bien, este estudio ha generado versiones
encontradas; aclamado por los astrólogos como la prueba de que ésta disciplina
tiene bases científicas, y por el stablishment como sólo una prueba de que las
condiciones de luz afectan la biología y la personalidad de los mamíferos.
Analizando el
estudio vemos que por una parte indica que el momento de nacimiento -no
necesariamente la posición de los planetas (pero si la posición de nuestro
planeta)- afecta la personalidad y la biología de un bebé de tal forma que
genera una impronta que lo acompaña durante su vida (los ratones en su
maduración mantenían características impresas en su nacimiento). Los
científicos creen que la impronta se da ya que la luz afecta el desarrollo de
algunas partes del cerebro en su estapa de gestación, lo que puede tener
efectos duraderos.
Ahora bien, de existir un efecto de los planetas ¿cómo
se daría desde la física? El Dr. Percy Seymour, miembro de la Royal
Astronomical Society, cree que sí existe un efecto físico ocasionado por la
posición de los planetas en el nacimiento de una persona, esto es una
influencia del campo magnético del Sol y de algunos planetas en el de la
Tierra, en realidad una red de interacción entre los diversos planetas
afectando los campos magnéticos de cada uno. Seymour en este artículo cita una serie de pruebas de cómo los campos
magnéticos, de Júpiter y Saturno, por ejemplo, afectan los ciclos solares, o el
campo magnético de la Luna afecta el de la Tierra (algo que resulta evidente si
observamos las mareas, los ciclos menstruales y de agricultura).Las variaciones
en el campo magnético de la Tierra, se ha demostrado, tienen efectos tan
diversos como en la intensidad de los sueños o hasta en las fluctuaciones del mercado de valores. Lo que plantea Seymour es una
versión sofisticada de la música de las esferas de Pitágoras, donde la armonía
-la gravedad, la posición, la masa, y campo magnético- de cada cuerpo celeste
forman parte de la gran sinfonía del universo.
Seymour cree que el feto en el vientre materno recibe
señales magnéticas a través de las células de su sistema nervioso, las cuales
actúan como antena, e incluso el momento de nacimiento es detonado por esta
influencia magnética. A lo largo de su vida una persona mantendría sus
bioritmos y ciclos celulares conforme a esta impronta regulada por la la
influencia de ciertos planetas.
La astrología tradicionalmente explica los efectos de
los cuerpos celestes en el cuerpo humano bajo un concepto de espejo: “como
arriba, es abajo” ( urbi et orbi) reza la máxima hermética.
Esto sugiere que el diseño del universo obedece a
ciclos fractales, en el microcosmos y en el macrocosmos, el hombre es semejanza
del universo. En este sentido el zodiaco sería un código matemático animado de
forma intuitiva y simbólica para reflejar estos procesos que lleva el
universo y nuestro sistema solar con sus características particulares. Clave a
este entendimiento es la concepción holística de un sistema, en el que cada
parte influye a todas las demás con diferencias de magnitud, como puede ser la
cercanía de un planeta o su tamaño e intensidad electromagnética. ¿Las
estrellas: un collar de Indra donde cada perla no sólo refleja a
cada otra perla sino cada uno de los reflejos que se intersectan en la madeja?
Es curioso que las personas que nacen en los meses de
invierno tienen más riesgo de tener la llamada depresión invernal, esto
corresponde a Capricornio, el temperamento melancólico saturnino, un hecho que,
aunque aislado, parece mostrar cierta sabiduría intrínseca en los planos
zodiacales.
Por otra parte es interesante considerar que existen
diversos sistemas astrológicos, como el chino y el maya, además del babilónico,
lo cual parece indicar que esta es una ciencia complicada, que requiere un
profundo entendimiento y una maestría más allá del horóscopo en la caja del
cereal: que en un futuro tal vez requeriría aliarse de nuevo con la astronomía
-como la alquimia con la química para transmutar el cuerpo- para obtener mayor
precisión, para conocer las verdaderas interacciones entre los campos
magnéticos (por ejemplo, detalles que podrían no ser insignificantes, como el
hecho de que cada 8 minutos se abre un portal magnético
entre la Tierra y el Sol, a través del cual penetran toneladas de partículas
energéticas a través de la magnetósefra ¿Podría esto afectar la impronta
de una persona según el minuto en el que nace? Y ¿qué tanto sabemos de los
efectos físicos de las partículas de alta energía del Sol, las cuales causan
auroras boreales, pero que en ciertos casos perturban los sistemas eléctricos
de nuestro planeta (y nosotros también somos sistemas eléctricos)?
Entre otros estudios realizados sobre la validez
científica de la astrología está el famoso “efecto de Marte”. Michel Gauqelin
documentó una correlación estadística altamente significativa en la posición de
Marte, el vigoroso planeta de la guerra y de hierro como elemento, en el
nacimiento de los atletas profesionales. Algo que fue luego corroborado por estudios independientes.
El Dr. Mitchell E. Gibson encontró un método efectivo de predecir la
depresión en una
persona observando su carta astral. Un método similar parece ocurrir observando la carta astral de los asesinos
en serie. En este artículo se pueden investigar 10 supuestas pruebas de que los
planetas afectan la personalidad de los seres humanos.
Y quizás más allá de las pruebas de un paradigma de
conocimiento como la ciencia (un cambio de enfoque: “I would rather learn
from one bird how to sing than to teach 10000 stars how not to dance” e.e.
cummings), está la intuición cotidiana de cada persona. En ese sentido, la
mejor opinión sobre la validez de la astrología la tiene el lector. ¿Encuentra
en su vida que ciertas personas de ciertos signos, con ciertos planetas en sus
casas, se comportan conforme a un patrón? ¿Nota una diferencia en su
personalidad o en la naturaleza según la fase de la Luna? Pero
¿hasta que punto puede distinguir sus mecanismos de proyección psicológica de
los patrones que observa en la naturaleza? ¿Hasta que punto la sugestión de
esta narrativa proviene del mundo material, objetivo y no de la narrativa de la
cultura y de la conciencia colectiva? Pero, y sobre todo, ¿hasta que punto puede
separar estas narrativas, la física y el mundo supuestamente objetivo de su
mente y el mundo subjetivo? ¿Acaso no es posible que sean una misma cosa y esta
sea la clave de la Astrología: que los planetas en el cielo están también en
forma arquetípica dentro de su cerebro y el mismo universo tiene una especie de
mente y una pauta psicológica, como usted tiene un cuerpo hecho de la misma
sustancia que las estrellas en su constitución básica?
“The unveiling of the company of
heaven./ Every man and every woman is a star”.
Aleister Crowley
Fuente: Facebook
Autor: Aleister
Cromby and Witch
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