De Necesaria y Obligada Lectura
John O’Neill, Editor Científico de New York Herald Tribune, Premio Pulitzer, reconocido como uno de los más brillantes científicos americanos. Citado por Marcia Moore en “La Astrología en la actualidad”, ediciones Sirio, 1969.
Julio 8 de 1951
Estimado Señor Omar: Recibí su carta en la que me solicita que verifique la acotación de una de mis disertaciones, que usted utilizó en un debate con el Dr. Roy K. Marshall, Director del Planetario Fels, sobre estación WPEN.
“La acotación que usted cita es: Mientras que no creo que toda la astrología sea científica y valga la pena, existe una cantidad de trabajo bien hecho en ese campo, que es lo que me ha hecho tratar de hacer algo en ayuda de los astrólogos”. La acotación es totalmente correcta.
“No tengo reparo alguno en verificar la misma. Si tuviese hoy que hacer la declaración, la haría mucho más fuerte basado en el desarrollo del interín.
“Pueda que se pregunte, qué experiencia tengo yo para dar valor a mis opiniones sobre la cuestión en discusión. Yo no soy astrólogo. Soy fundamentalmente un astrónomo. Mucho de mi tiempo quedó rendido ante el ocular de mi telescopio, en hacer artefactos astronómicos y en trabajar sobre los problemas de la astronomía, más que en cualquier otra de mis actividades. Durante un gran período de años, tuve un vasto contacto profesional con todas las ciencias, desde la antropología a la zoología. Tengo un buen antecedente sobre historia, historia de la ciencia y filosofía.
“Con este útil y provechoso conocimiento hice numerosos contactos con la astrología. Durante años la condené como anticientífica y totalmente irracional. Esta ha sido la fórmula habitual de los astrónomos. Lo mismo que ellos hicieron durante tanto tiempo, yo la condené sin hacer una adecuada investigación de lo que condenaba.
“Tal proceder es la completa negación de la actitud científica, pero fui totalmente ciego sobre el hecho en dicha época y equivocadamente creí rendir un útil servicio a la ciencia.
“En los repetidos contactos que efectué y con la incrementación de mis conocimientos acerca de lo que la astrología es realmente, me he dado cuenta de que es algo totalmente diferente de lo que pensaba que era y de lo que muchos astrólogos piensan que es. He tenido indudablemente un contacto con la astrología mucho más grande que cualquier otro científico y de esta manera estoy capacitado para expresar una opinión sobre ella. A muchos de los críticos les ha faltado la capacidad proveniente de una adecuada investigación. El reverso también es verdad, que mayor parte de los charlatanes y agresivos propagandistas de la astrología, son menos hábiles para la tarea que muchos de aquellos que permanecen discretamente silenciosos.
“Hablo como un científico que no ha desviado el más mínimo grado de las muchas rigurosas adherencias de las altas normas de evidencia demostrada a favor de la verdad. Me aparto de la actitud promedio de los científicos porque confío mucho más en la directa observación de la naturaleza que en los libros de texto y autoridades humanas. Puesto que no estoy asociado a ninguna institución académica, posiblemente disfruto de una libertad mucho mayor para hablar y escribir que el término medio de los científicos. Es sólo a través de la libertad que gozan los individuos tales como en mi caso, que la ciencia pueda progresar hacia nuevos dominios y trato de no dañar cuando hace falta discutir lo que creo que es una verdad o una mentira.
“La astrología es uno de los campos más importantes para la investigación científica en la actualidad y uno de los más descuidados. La astrología correctamente definida, es la ciencia de las relaciones del hombre y su medio ambiente celeste; es el acumulado y organizado conocimiento de los efectos sobre el hombre, de las fuerzas que llegan a la tierra desde el espacio circundante.
“El estudio de esta disciplina ha estado en marcha desde hace por lo menos 5.000 años, y una vasta cantidad de conocimientos ha sido acumulada. Prácticamente todas nuestras ciencias han nacido de ella y verdaderamente son especialidades dentro del gran campo de la astrología. La actual astrología ocupa de por sí un campo definido más restringido y severo. Su centro de gravedad más conduce al campo de la biología que al de las ciencias físicas, pero sus bordes se extienden hacia ambas regiones. Ella es todavía como una viril vena madre intelectual de la cual nacen en continua sucesión nuevas ciencias y nuevos conocimientos.
“No hay absolutamente nada anticientífico al ocuparse de investigar en este campo y no debería existir estigma alguno que esté asociado contra ella en la mente de cualquier hombre de ciencia o lego.
“La raza humana no debería tolerar más que se dilate en llevar a cabo la totalidad de los recursos cooperativos de la ciencia para extender la investigación en este campo. Sabemos muy poco del conjunto de fuerzas que influyen sobre la tierra, pero lo poco que se sabe demuestra la gran urgencia que existe para realizar más investigaciones y las posibilidades fascinantes que esperan descubrirse.
“La hipótesis de los astrólogos de que las energías son transmitidas a la tierra sin el atenuante por el incremento de distancia y que no varían según las diferencias de masas del Sol, Luna y Planetas sobre lo que ellos suscitan, era totalmente inconsistente con el viejo sistema mecanicista Newtoniano, pero hoy día ello está totalmente de acuerdo con la reciente teoría fotoeléctrica de Einstein, que demuestra que el efecto de un fotón no disminuye con la distancia, y que ha sido adoptada universalmente por los científicos para suplantar la mecánica Newtoniana en aquel campo.
“La hipótesis de los astrólogos de que efectos diferentes son producidos por diferentes configuraciones de los cuerpos celestes, es enteramente compatible con los descubrimientos modernos en el campo de la química, en la cual las propiedades de las sustancias están establecidas en función de las configuraciones arquitectónicas de los átomos dentro de las moléculas y con las teorías de los físicos atómicos de que las propiedades de los átomos están asociados con la estructura orbital de los electrones.
“Es bueno tener en cuenta que la misma longitud de onda de la transmisión radial puede llevar a los oyentes tanto la “sonata Suicida” como una viva marcha militar con muchísimos diferentes efectos psicológicos sobre el auditorio, pero ello no quiere decir que estos efectos serán detectados por un ondómetro.
“La moderna astronomía, mecanicista y materialista, que hace del hombre orgánico un ser extraño en un universo inorgánico es anticuada en este concepto por lo menos en un siglo. Una cosmogonía vitalista reconocerá una completa y más íntima relación en un único modelo entre cada entidad, desde las partículas fundamentales a través de átomos del hombre, del sistema planetario, del Cosmos, a la propia Divinidad. La hipótesis de la astrología está de acuerdo con dicha cosmogonía vitalista. A este respecto, el concepto astrológico es mucho más moderno que el astronómico.
“Los científicos actuales no pueden despreciar la astrología; en realidad, deberían elevar su vista para admitir los elevados horizontes que los astrólogos han preservado para ellos.
“Al presentar este punto de vista objetivo de la astrología, no quiero ser mal interpretado -como reconocimiento a los científicos que tomen lecciones sobre la técnica de levantar e interpretar horóscopos-, o que crean que estoy sancionando las equivocaciones y pretensiones sin sostén a las que muchos astrólogos acceden. La astrología tiene los mismos chances de estar al borde de la insensatez como lo está la astronomía, biología, psicología y economía. Casi todo nuevo desarrollo en cualquier ciencia que sea, franquea un estado al borde de la locura antes de ser incorporado al núcleo ortodoxo, pero por supuesto la mortalidad al hacer la transición es muy alta
“Yo invito a que se realice una extensa investigación estadística de cada demanda de los efectos específicos y de las configuraciones atribuidas a los planetas por los astrólogos. Hasta que esto no se haga, ningún científico puede proporcionar unas justificaciones haciendo declaraciones a favor o en contra de tales efectos.
“Los ataques a la astrología sin previas y extensas investigaciones por individuos competentes, deben ser consideradas de ahora en adelante como una muy anticuada y anticientífica práctica, estrechamente relacionada con la caza de brujas y debería ser correctamente diagnosticado como un síntoma de paranoia profesional por parte del individuo atacante.
“Esto, por supuesto, no incluye la crítica de naturaleza constructiva, que sea concebida con buenas intenciones e interés, para abordar de una manera más científica la investigación de los interesantísimos problemas que presenta la astrología. Doy por sentado que el presente debate pertenece a esta categoría porque estoy seguro de que el Dr. Marshall no disipará su energía y valiosos esfuerzos en cosas que no sean actividades positivas.
“Quisiera sugerir al Dr. Marshall que prepare una demostración especial del Sistema Solar en el planetario. Él podría extender una invitación especial a los astrólogos para que asistan. Él podría compartir la tribuna con un astrólogo y dejar que cada uno presente en igual tiempo la historia acerca de todos los cuerpos celestes. Puede ser conveniente preparar una serie de tales encuentros. El experimento sería algo muy interesante y pienso que las finanzas no sufrirían demasiado.
“Los científicos no entrarán en forma precipitada en este campo, para dedicarse a los problemas de investigación. La tarea debe descansar mayormente sobre los propios astrólogos. Las sesiones experimentales sugeridas podrían conducir a un esfuerzo de cooperación en el cual los astrólogos deberían aprender más acerca de los aspectos astronómicos y de los problemas que ellos tienen que resolver. Ambas partes podrían unirse para cantar esa reciente canción popular que dice: “acentúe lo positivo, disminuya lo negativo”.
“Ha sido mi experiencia, que cuando dos hombres no están de acuerdo entre sí, los dos en gran parte tienen razón y que una declaración explicando sus diferencias en forma más completa, conducirá a un acuerdo mayor.
Sinceramente suyo.
John O’Neill”
Parece mentira que los chimpances intelectuales traten de dilucidar sobre lo Real........por suerte y derecho existen "homo sapiens" que utilizan el cerebro.
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