LAS INCOHERENCIAS DEL 7 DE OCTUBRE
Lo que se esconde tras las mentiras de Netanyahu y las fintas de Hamas
La versión oficial sobre la guerra entre Israel y Hamas plantea más interrogantes que respuestas. En este artículo
el autor subraya 7 contradicciones fundamentales. La reflexión parece
indicar que tanto el Hamas como Benyamin Netanyahu actúan sin importarles
las vidas de los palestinos ni de los israelíes. Por detrás de esos
actores, son Estados Unidos y Reino Unido quienes mueven los hilos.
Seguimos reaccionando ante el ataque del 7 de octubre contra Israel y la
subsiguiente matanza de civiles en Gaza en función de la información
que tenemos. Pero sentimos que la versión oficial del gobierno israelí
no se ajusta a la verdad.
Hoy, 7 preguntas fundamentales siguen sin respuesta:
• ¿Cómo pudo Hamas excavar y
acondicionar 500 kilómetros de túneles a 30 metros de profundidad
sin llamar la atención?
El equipamiento destinado a la perforación de túneles se considera material de doble uso, civil y militar. Ese tipo de equipamiento no se fabrica en Gaza y es imposible introducirlo en ese territorio… a menos que quien lo haga cuente con cómplices dentro de la administración israelí.
La vigilancia aérea no detectó el trasiego de tierra extraída durante las
excavaciones (1 millón de metros cúbicos). Aun suponiendo que todo
ese volumen de tierra haya sido dispersado en numerosos lugares diferentes y
mezclado con tierra proveniente de otras obras en construcción, es
imposible que los servicios de inteligencia de Israel no notaran algo en
20 años.
El equipamiento destinado a garantizar la ventilación de los túneles no se considera material de uso militar, así que era posible introducirlo en Gaza. Pero la cantidad necesaria para equipar 500 kilómetros de túneles tendría que haber llamado la atención.
El concreto armado necesario para sostener las paredes de los túneles no se produce en Gaza. Tampoco se considera material de uso militar, pero también en este caso la cantidad necesaria para 500 kilómetros de túneles tendría que haber llamado la atención.
• ¿Cómo pudo Hamas acumular tanto armamento?
• ¿Por qué Benyamin Netanyahu ignoró a todos los que le avisaron?
El jefe de la inteligencia de Egipto, Kamel Abbas, telefoneó personalmente al primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, para advertirle sobre un gran ataque de Hamas.
El coronel Yigal Carmon, director del Middle East Media Research Institute (MEMRI), previno personalmente a Netanyahu sobre un ataque de gran envergadura de Hamas.
• ¿Por qué Benyamin Netanyahu desmovilizó las fuerzas de seguridad en la noche del 6 de octubre?
• ¿Por qué los responsables de la seguridad se mantuvieron encerrados en la sede del Shin Bet en la mañana del 7 de octubre?
Hasta ahora no ha sido posible determinar con precisión qué israelíes murieron a manos de los atacantes y cuáles murieron a manos de su propio ejército.
• ¿Por qué las fuerzas occidentales amenazan ahora Israel?
¿Qué se esconde tras estos misterios?
Es evidente que la versión que defienden tanto Hamas como Israel es falsa. Para no dejarnos manipular por ninguna de las partes, hay que explorar otras explicaciones plausibles.
Formulemos entonces otra hipótesis. Nada indica que sea correcta, pero al menos tiene la virtud de ser compatible con los hechos, lo cual no sucede con la versión que hoy comparten todos. Y, aunque esta otra versión puede parecer extremadamente chocante, sólo pueden descartarla quienes sean capaces de responder claramente las 7 preguntas que planteábamos antes.
Esta otra interpretación de los hechos se basa en el análisis de la compleja estructura de Hamas, organización donde los combatientes de la base ignoran lo que planean sus dirigentes. Esta es la hipótesis alternativa:
Todo el conjunto de la operación Hamas-Israel es dirigido por estadounidenses, quizás bajo la batuta del straussiano Elliot Abrams [1] y de su Vandenberg Coalition, el think tank sucesor del Project for a New American Century. La Hermandad Musulmana y los sionistas revisionistas, aparentemente enemigos irreconciliables, son en realidad cómplices, a espaldas de los combatientes que conforman la base del Hamas, a espaldas del pueblo palestino y también a espaldas de los soldados israelíes. Y este sería el plan de esos elementos: presentar a Hamas como la única fuerza realmente eficaz frente a la opresión que sufre el pueblo palestino, pero que al mismo tiempo justifica la acción de Israel para liquidar la esperanza de ver nacer un Estado palestino, mientras que la Hermandad Musulmana, gracias a la aureola creada por el sacrificio de los palestinos, se instala en el poder en el mundo árabe.
Tanto los jefes del ala militar de Hamas como los de su ala política
están subordinados al Guía de la Hermandad Musulmana en Gaza, Mahmud
Al-Zahar, el sucesor del jeque Ahmed Yassine, personaje que
nadie menciona. Desde su punto de vista, la Hermandad Musulmana será
la gran ganadora de la Operación Diluvio de Al-Aqsa… aunque Gaza sea arrasada y
los palestinos sean expulsados definitivamente de su tierra.
Es muy importante recordar que Hamas está dividido hoy en dos facciones.
La primera, encabezada por Ismail Haniyeh, sigue manteniendo la línea
de la Hermandad Musulmana. Su objetivo no es liberar Palestina de la
ocupación israelí ni fundar un Estado palestino sino instaurar
un califato que gobernaría todos los países del Medio Oriente.
La segunda facción surgida dentro de Hamas, lidereada por Khalil Hayya, ha dejado atrás la ideología de la Hermandad Musulmana y lucha por poner fin a la opresión israelí sobre el pueblo palestino.
La Hermandad Musulmana es una sociedad secreta de naturaleza política, organizada por los servicios de inteligencia británicos, siguiendo el esquema de la Gran Logia Unida de Inglaterra [2]. Poco a poco, la CIA estadounidense recuperó la Hermandad Musulmana, al extremo que esa secta llegó a estar representada en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Después del derrumbe de los regímenes islamistas surgidos de la «primavera árabe», la Hermandad Musulmana se dividió en dos tendencias:
El Frente de Londres, formado alrededor del Guía Ibrahim Munir (fallecido hace un año), que propone salir de la crisis abandonando el ámbito político y obteniendo la liberación de los miembros de la Hermandad Musulmana encarcelados en Egipto; y el Frente de Estambul, dirigido por el Guía interino Mahmud Hussein, que se pronuncia por mantener la línea de la Hermandad Musulmana y continuar la lucha por instaurar un Califato.
También existe un tercer grupo, que trata de fijar una posición intermedia
proponiendo abandonar la política, pero sólo hasta obtener la liberación de los
prisioneros y retomarla después con más fuerza.
Hoy en día, la Hermandad Musulmana se mantiene en el poder únicamente en la Tripolitania libia (en el oeste de Libia), donde fue instalada por la OTAN. Los miembros de la Hermandad Musulmana no son bienvenidos en casi ningún lugar, sólo en Qatar y en Turquía –y este último país no es un Estado árabe. La Hermandad Musulmana está incluso prohibida en la mayoría de los Estados árabes, principalmente en Arabia Saudita, donde trató de derrocar al rey en 2013, y en Emiratos Árabes Unidos –lo cual provocó la crisis entre Qatar y los demás Estados del Golfo Pérsico. En Siria, la Hermandad Musulmana trató de derrocar el gobierno en 1982 y posteriormente participó, junto a la OTAN e Israel, en la agresión occidental contra el Estado sirio, de 2011 a 2016. En Túnez, la Hermandad Musulmana está a punto de ser prohibida, después de haber gobernado ese país durante un decenio.
Si el verdadero objetivo de lo que está sucediendo en Gaza no es el futuro de Palestina sino quién regirá los destinos de los Estados árabes en general, seguramente veremos en el Medio Oriente una ola de cambios de régimen, siempre a favor de la Hermandad Musulmana, una especie de segunda «primavera árabe» [3].
Como en la «primavera árabe», los servicios secretos británicos garantizan la propaganda de la Hermandad Musulmana. Basta recordar cómo garantizaron en Libia la promoción de Abdelhakim Belhaj, también miembro de la Hermandad Musulmana [4] o los magníficos logos que diseñaron para los numerosos grupos yihadistas que implantaron en Siria. Todo eso se ha visto confirmado después por filtraciones provenientes de la diplomacia británica.
Esta vez, han creado un nuevo personaje, Abu Obeida, el vocero del brazo armado en Gaza. Desconocido hasta hace poco, este hombre se ha convertido en una estrella en el mundo musulmán, donde las camisetas con su foto se venden como pan caliente. Es un hombre al parecer entrenado para hacer uso de la palabra en público, maneja los símbolos con una soltura sin precedentes entre los líderes sunnitas.
Por todas esas razones, los gobiernos árabes están actuando con prudencia: apoyan la creación de un Estado palestino pero se mantienen a distancia de Hamas. Mientras Hamás hace todo lo posible para hacer imposible la creación de un Estado palestino.
[3] «El proyecto de “primavera árabe” se superpone a la “doctrina Cebrowski”», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 27 de diciembre de 2021.
[4] «De cómo los hombres de Al-Qaeda llegaron al poder en Libia», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de septiembre de 2011.
Fuente:
https://www.voltairenet.org/article220070.html
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