Sobre Inteligencia Artificial y Mecanicidad
Por Ernesto G. Bermejo
Antes de comenzar el siglo XXI, películas como, 2001. Odisea Espacial, Blade Runner, Terminator ó Matrix, expusieron, en términos metafísicos, el argumento del enfrentamiento de la humanidad contra las máquinas.
Viendo el imparable avance de la IA y de los robots que estamos contemplando hoy, afirmar en 2024 que tales visiones fueron prácticamente proféticas resultaría tentador, sino fuese porque en realidad lo que estamos viviendo es sólo un primer aviso, apenas la primera señal, (y tal vez la más inofensiva), de lo que de no estar sucediendo ya, pudiera suceder en forma masiva en un futuro más o menos próximo.
Escribo “pudiera” porque esta interpretación es sólo parcialmente correcta, ojalá las cosas se hubiesen detenido ahí...
Las “verdaderas máquinas”, las que hoy amenazan al ser humano, no son las creaciones de silicio y chips alimentados por electricidad, sino los propios seres humanos “mecanizados”, o sea, los robots de carne y hueso que sumidos en la denominada “nueva normalidad” cada vez se hacen más y más numerosos en nuestro entorno, lo que implica la asunción de hábitos rutinarios como, trabajar en piloto automático, pasar horas contemplando una pantalla, u otras rutinas mecánicas, tales como despertar, levantarse, viajar en transporte colectivo y regresar a casa todos los días a la misma hora.
En resumen, actuar como verdaderos autómatas carentes de alma y de consciencia.
La “avanzada” sociedad del Primer Mundo ha terminado siendo una tediosa pesadilla burguesa en la que se observa a diario el crecimiento imparable de un verdadero ejército de máquinas con apariencia humana que amenazan con extinguir a la humanidad. Poco a poco de forma indefectible se ha convertido en una pesadilla que apuesta por la mecanización de la existencia y el olvido del espíritu y la creatividad, que son ahogados en zonas de confort creadas para embrutecer y someter al hombre, a cambio de tener unas vacaciones preestablecidas, seguir hábitos urbanos destructivos y asumir la falsa promesa de “seguridad”, de poder “vivir” vidas extendidas en el tiempo, aunque esto se haga en forma artificial mediante inoculaciones e implantes,.
En éste contexto aparece ahora la IA y los robots electrónicos que amenazan con suprimir todos los puestos laborales existentes. En la naturaleza todo tiende a la eficiencia y al perfeccionamiento evolutivo y un robot de carne y hueso nunca podrá ser más eficiente que uno electrónico.
El descenso espiritual “Involutivo” de la humanidad, que ha bajado desde el nivel humano al sub-humano, concretado en su abrazo indisoluble a vidas monótonas, y vacías que han sido programadas y que son impuestas desde fuera ya sea por políticos, científicos, religiosos ó economistas sin escrúpulos, ha sido lo que ha posibilitado que la humanidad de hoy en su conjunto se muestre temerosa, indefensa y amenazada de ser esclavizada ante la llegada, para quedarse, de una inteligencia artificial, sabedora como es de que ésta, al menos, presenta mejores ratios en rapidez y eficacia que los actuales humanos.
Las verdaderas “máquinas” que hoy debemos combatir para poder recuperar el dominio propio de una existencia plena y con ella, retomar el control de nuestro “espíritu” son las “máquinas” que no en pocas ocasiones se han creado e implantado en nuestro interior en forma de “adoctrinamiento Involutivo” y que dejan su rastro en forma de hábitos nocivos, vicios, y automatismos. En definitiva, son las programaciones que, a nuestras espaldas y sin consulta previa alguna, se decide sean las que en cada momento deben ser socialmente aceptadas y por tanto adoptadas por la masa, que después mediante el apoyo, irremplazable por imprescindible, de las correas de transmisión en las que hoy se han convertido los mass media (y por supuesto también ahora gran parte de las redes sociales que han irrumpido con fuerza creciente en el mundo de la comunicación). Ambas son patas de una misma silla y son quienes posteriormente promocionan ciertas ideas que son poco a poco sembradas en la masa mediante técnicas de marketing y publicidad invasiva, unas ideas que finalmente son fijadas e implantadas en la masa inconsciente mediante las adecuadas herramientas de ingeniería social.
Esas directrices son las que crean nuestras respuestas automáticas ante los estímulos exteriores.
Estamos comprobando como la mayor parte de la filmografía futurista y de ciencia ficción que se crea en la actualidad y se exhibe de forma masiva en cines y televisiones, son películas que todas ellas presentan guiones de un parecido sesgo en las que se nos muestra con detalle un mundo futuro distópico, donde todo gira alrededor de la lucha por la supervivencia, y el mundo de los antiguos humanos deja de existir, para dar paso a humanos relegados a nivel de las bestias. Un mundo caótico de violencia y escasez en donde toda la filosofía de la existencia ha quedado resumida en la frase, "Sálvese quien pueda."
Por ello en estos momentos de miedo y confusión inducida y de cara al incierto futuro distópico que se nos presenta mediante formas de programación predictiva a través del consumo masivo de contenidos audiovisuales enmarcados en la franja del entretenimiento, tenemos que decir que esta programación es desde luego cualquier cosa salvo inofensiva.
Ahora resulta de vital importancia detenerse a pensar qué futuro queremos crear, legar a las generaciones futuras y asumir. Cada uno debemos luchar por un mundo mejor y más justo para todos, por compromiso hacia los demás y responsabilidad propia.
Pero esta batalla comienza en el combate con nosotros mismos, al tratar de liberarnos de la opresión que de facto suponen estas "cadenas invisibles" a las que me he referido que manipulan nuestras mentes, sembrando y fijando en ellas ideas preconcebidas que más tarde fomentan y crean las realdades que vivimos en un mundo cada vez más inhumano y asfixiante.
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