¿Qué falló para que los avisos por precipitaciones no provocasen una alerta generalizada ante la crecida de los barrancos? ¿Por qué los avisos masivos a la población llegaron tan tarde? No hay respuestas definitivas ni un único culpable, pero esta es la cronología de lo sucedido.
Martes 29 de Octubre
A las 06:42 de la mañana, la AEMET lanza un aviso naranja por fuertes lluvias en varias zonas de la provincia de Valencia. El aviso se actualiza a las 07:37 elevando el nivel a rojo en el interior norte de la provincia, donde la DANA descargaba ya con intensidad.
A las 09:48, se lanza el aviso rojo a todo el litoral de Valencia, seguido 12 minutos más tarde de una alerta de nivel rojo emitida por Emergencias de la Generalitat.
A las 11:30, se desborda el barranco de Chiva, cuyas aguas confluyen con las de otras ramblas y barrancos en el barranco del Poyo, también conocido como barranco de Torrent.
A las 12:20, el Centro de Coordinación de Emergencias emite una alerta hidrológica para todos los municipios del barranco del Poyo, siguiendo la información facilitada por la Confederación Hidrográfica del Júcar. Se aconseja a los vecinos no acercarse al agua.
A las 13:00, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, anuncia que lo peor ha pasado y que la intensidad de la DANA disminuirá en las horas siguientes. Pero los peores efectos de las precipitaciones en la parte alta de los cauces estaban todavía por llegar.
A las 18:30, el barranco del Poyo se desborda e inunda los municipios de Torrent, Picanya, Paiporta, Benetússer, Sedaví, Massanassa y Catarroja, que acumulan la mayoría de víctimas. A su paso arrasa también con puentes y otras infraestructuras.
A las 20:12, cuando miles de personas tienen ya el agua al cuello, la Generalitat lanza una alerta masiva por SMS pidiendo a la población de la provincia de Valencia que evite salir de casa y hacer desplazamientos.
“En Valencia no había llovido en dos días. En Torrent, tampoco. No podíamos pensar que podía pasar esto por mucho que la AEMET avisase de que iba a llover en Chiva. La población no se pudo preparar”, señala Toni Martínez. “Las autoridades tienen que avisar de que el barranco se está llenando aguas arriba, de que puede desbordarse. Además el barranco estaba muy seco y muy sucio, con lo que el agua bajó muy rápido y llena de sedimentos y restos de todo tipo”.
Torrent..Vehículo de Bomberos destrozado por la riada.
La importancia de tomarse en serio la alerta temprana
Este tipo de fenómenos de lluvias intensas están pasando de ser poco habituales a ser cada vez más frecuentes e intensos. Su potencial de destrucción es alto, pero el daño que causen depende en gran medida de lo preparados que estemos para hacerles frente. Es decir, de la prevención y la adaptación a la nueva realidad.
En este punto, los sistemas de alerta temprana son fundamentales. De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, los daños provocados por desastres naturales se reducen un 30% (de media) cuando se lanza un aviso a la población con al menos 24 horas de antelación. Estos sistemas deben estar compuestos por un equipo con buen conocimiento sobre el riesgo de los desastres más habituales en la zona, un equipo dedicado a la detección, el seguimiento, el análisis y la previsión, un equipo enfocado en la difusión y la comunicación de alertas y en una estrategia efectiva de preparación y respuesta. Con los datos preliminares sobre la mesa, poco de esto se cumplió en el desastre de Valencia.
Los avisos naranjas y rojos de AEMET llegaron poco antes de que empezasen las lluvias. Además, esto no se tradujo en avisos sobre los riesgos de inundación en la parte baja de los cauces (que se desbordaron a pesar de que en estos sitios apenas llovía). La primera alerta por riadas llega el mismo día 29, pasado el mediodía. Esta se reproduce en los medios de comunicación y en las redes sociales, pero el aviso masivo no llega hasta bastante más tarde. Cuando la Agencia de Seguridad y Emergencias, dependiente de la Conselleria de Justicia, decide mandar los SMS, la mayor parte del daño estaba ya hecha. Tal como señalaba ayer el jefe de Climatología de AEMET en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez: "no sé qué ha podido fallar, pero es inaceptable que esto ocurra en 2024".
“Yo creo que lo que falló, sobre todo, fue no entender el aviso de la AEMET. El gobierno valenciano no se lo tomó en serio, tenía que haber avisado antes a la población en la ribera del barranco, cuando la confederación hidrográfica ya había dicho a mediodía de que venía una crecida fuerte. La gente seguía trabajando cuando empezó todo, cuando mandan el mensaje muchos estaban de camino a casa. Si lo piensas bien, es brutal”, concluye Toni Martínez. “Además, hay que tener en cuenta que la Generalitat cerró en su día la Unidad Valenciana de Emergencias, y eso puede haber influido también en la respuesta al problema. Al final, las emergencias y las políticas de prevención nunca parecen necesarias hasta que lo son”.
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